Filosofia
Enviado por irinabello • 21 de Febrero de 2014 • 3.538 Palabras (15 Páginas) • 237 Visitas
LA ORTOGRAFIA DEL ESPAÑOL Y SUS PROBLEMAS
El problema de la ortografía es un caos, el cual se debe encontrar una solución buscando las causas que la originan. La ortografía es la forma correcta de escribir las palabras. La idea de intercambiar letras, frases, oraciones, y párrafos de manera tal que todo lo escrito quede correlacionado y sea entendido con facilidad para todo aquel que lo lea. Al igual que la redacción, las dos son capacidades básicas que permiten desarrollar en la mente una disputa en el uso de la lengua escrita. Las personas desarrollan la habilidad de expresarse mejor y más ordenadamente, de esta forma ejercitan su ortografía y la escritura. La ortografía se encarga de la forma correcta de escribir las palabras y su primordial uso está en el idioma de la comunicación.
Corresponde a la sesi�n de GA 1.13 C�MO SE ESCRIBE
Entre las dificultades ortográficas más frecuentes en la escritura de palabras se encuentran las que llevan h, g, b, v, II, y, c, s y z; se recomienda para superar estas dificultades la visualización de palabras con dificultades ortográficas, así como su ejercitación; y el uso habitual de esas palabras mejorara la ortografía y acrecentara el vocabulario personal.
La letra fantasma en el alfabeto
En la lengua española hay un fantasma que ocasiona confusiones ortográficas. Se sabe que está en una palabra cuando esta se escribe, pero cuando se pronuncia no provoca sonido y nadie la nota: es la hache (h) que se distingue de casi todas las demás letras del alfabeto por no representar ningún sonido de la lengua (o fonema), salvo cuando va después de la c (por ejemplo en chabacano).
El lector puede apreciar que la hache tiene una presencia "fantasmal" si lee en voz alta los siguientes términos: haba, habitante, hacha, helecho, hechicera, hemorragia, Hidalgo, hincar, hogar, hojalata, hombre, huapango, huasteca, hueco.
Ante todo, es de notar que en el diccionario no figuran palabras que comiencen con ier o ue, así, sin hache.
La ortografía del español utiliza una variante modificada del alfabeto latino, que consta de 27 letras: nota 1 a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y y z. Asimismo, se emplean también cinco dígrafos para representar otros tantos fonemas: «ch», «ll», «rr», «gu» y «qu», considerados estos dos últimos como variantes posicionales para los fonemas /g/ y /k/.5 Los dígrafos ch y ll tienen valores fonéticos específicos, por lo que en la Ortografía de la lengua española de 17546 comenzó a considerárseles como letras del alfabeto español y a partir de la publicación de la cuarta edición del Diccionario de la lengua española en 18037 8 se ordenaron separadamente de c y l,9 y fue durante el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española celebrado en Madrid en 1994, y por recomendación de varios organismos, que se acordó reordenar los dígrafos ch y ll en el lugar que el alfabeto latino universal les asigna, aunque todavía seguían formando parte del abecedario.10 Con la publicación de la Ortografía de la lengua española en 2010, ambas dejaron de considerarse letras del abecedario.11 Las vocales (a, e, i, o, u) aceptan, además, el acento agudo o tilde (´, como en á, é, í, ó, ú), para indicar la sílaba acentuada y la diéresis o crema (¨), que modifica a la u en las sílabas güe, güi para indicar su sonoridad.
Desarrollada en varias etapas a partir del período alfonsino, la ortografía se estandarizó definitivamente bajo la guía de la Real Academia Española, y ha sufrido escasas modificaciones desde la publicación de la Ortografía de la lengua española de 1854. Las sucesivas decisiones han aplicado criterios a veces fonológicos y a veces etimológicos, dando lugar a un sistema híbrido y fuertemente convencional. Si bien la correspondencia entre grafía y lenguaje hablado es predecible a partir de la escritura ―es decir, un hablante competente es capaz de determinar inequívocamente la pronunciación estimada correcta para casi cualquier texto―, no sucede así a la inversa, existiendo numerosas letras que representan gráficamente fonemas idénticos (la mayor parte del español de América posee 25 fonemas, mientras que el castellano septentrional distingue 27). Los proyectos de reforma de la grafía en búsqueda de una correspondencia biunívoca, los primeros de los cuales datan del siglo XVII, han sido invariablemente rechazados. La divergencia de la fonología de la lengua entre sus diversos dialectos hace hoy imposible la elaboración de una grafía puramente fonética que refleje adecuadamente la variedad de la lengua; la mayoría de las propuestas actuales se limitan a la simplificación de los símbolos homófonos, que se conservan por razones etimológicas
El ranking de los 10 problemas ortográficos más comunes entre los jóvenes argentinos
1- El uso de la C y la Z
2- El uso de la B y la V
3- El uso de la Q y la K (muchas veces se reemplaza el "que" por el "ke" o "k", para abreviar su escritura)
4- El uso de la G y la J
5- El uso de la Y y la LL (por ejemplo, la escritura de yendo ("llendo"
)6- Las reglas de acentuación en genera
l7- El uso de la H
8- El uso de los signos de puntuación
9- El uso de la diéresis
10- Las palabras mal escritas más frecuentemente son: tal vez, quizás, viniste, consejo, rasgo
Entre las dificultades ortogr�ficas m�s frecuentes en la escritura de palabras se encuentran las que llevan h, g, b, v, II, y, c, s y z; se recomienda para superar estas dificultades la visualizaci�n de palabras con dificultades ortogr�ficas, as� como su ejercitaci�n; y el uso habitual de esas palabras mejorar� la ortograf�a y acrecentar� el vocabulario personal.
La letra fantasma en el alfabeto
En la lengua espa�ola hay un fantasma que ocasiona confusiones ortogr�ficas. Se sabe que est� en una palabra cuando �sta se escribe, pero cuando se pronuncia no provoca sonido y nadie la nota: es la hache (h) que se distingue de casi todas las dem�s letras del alfabeto por no representar ning�n sonido de la lengua (o fonema), salvo cuando va despu�s de la c (por ejemplo en chabacano).
El lector puede apreciar que la hache tiene una presencia "fantasmal" si lee en voz alta los siguientes t�rminos: haba, habitante, hacha, helecho, hechicer�a, hemorragia, Hidalgo, hincar, hogar, hojalata, hombre, huapango, huasteca, hueco.
Ante todo, es de notar que en el diccionario no figuran palabras que comiencen con ier o ue, as�, sin hache. Por otro lado, es evidente que algunos derivados de verbos con her y hel (hervir, helar) cambian su primera vocal por el diptongo ie y conservan
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