Guía de atención a pacientes con trastorno mental grave (T.M.G.)
violeta1Tutorial2 de Septiembre de 2014
3.481 Palabras (14 Páginas)473 Visitas
ANEXO 1
2.1 INTRODUCCIÓN
El foco principal de interés para la Psiquiatría Comunitaria lo constituyen los
pacientes con trastorno mental grave (T.M.G.) en el sentido de que puedan vivir en
su medio social de pertenencia, contituyéndose como un auténtico test para la
reforma psiquiátrica.
“las deficiencias de este campo siguen siendo fuente de insatisfacción para
los usuarios y sus familias... Es el nivel de protección alcanzado por este colectivo
lo que va a dar o quitar credibilidad a cualquier modo de atención al
enfermo mental” (Espino, A. 1995).
En esta guía partimos de la idea de que si se dotan de enfermeros suficientemente
entrenados, los CSM pueden orientar su intervención al cuidado del T.M.G. en la
comunidad, favoreciéndose la capacidad de los equipos de estos centros para rehabilitar
y mantener en su medio a las personas con enfermedad mental grave, así
como la continuidad asistencial y la satisfacción de los pacientes, familias y comunidad.
a) La gestión de cuidados en el Centro de Salud Mental (C.S.M.)
La gestión de cuidados es un método organizativo y un proceso activo de gestión
del enfermo mental grave (T.M.G.), persigue adaptar los servicios sociales y sanitarios
a las necesidades concretas de cada paciente en su medio natural para consolidar la
continuidad asistencial. Asegura una red de servicios comunitarios que permitan
favorecer el alcance y mantenimiento de niveles aceptables de calidad de vida, es un
proceso que facilita el acceso a todos los servicios disponibles útiles en la vida de los
pacientes. Ofrece elementos terapéuticos en el proceso rehabilitador (p.e. visita
domiciliaria o intervenciones directas en la familia o en el medio). Favorece la continuidad
de cuidados. Utiliza la relación como eje (lo que anima al aprendizaje y al
seguimiento del tratamiento). Define el nivel de ayuda necesario para cada situación
y representa firmeza en el cumplimiento de la medicación. En términos generales
potencia todos los recursos personales de que disponen los pacientes para alcanzar
un nivel de vida lo más adaptado posible. Pero no solo se persigue la adaptación a
través de las posibilidades de paciente asistido, se trata de intervenir, como se deduce
– 29 –
de lo planteado hasta ahora, sobre los ambientes estableciendo estrategias de intervención
que incluyan en los cuidados la adaptación del medio a las dificultades de los
pacientes.
Al proponer la gestión de cuidados desde enfermería, nos planteamos adoptar
como eje del sistema de provisión de cuidados de calidad para el (T.M.G.) el Centro
de Salud Mental, y desde ahí desarrollar una aportación importante al mantenimiento
de la continuidad asistencial, de tal manera que la enfermera gestora de cuidados
se constituya en el referente del paciente y de su familia independientemente
del lugar en el que se encuentre un paciente en un momento dado (en su medio,
ingresado en la Unidad de Corta Estancia o de Media Estancia, Centro de Día, Hospital
de Día, acudiendo a recursos intermedios o en programas de rehabilitación con
objetivos de alta en la Unidades de Larga Estancia). Lo que va a diferenciar la gestión
de cuidados según dónde se encuentren los pacientes es la intensidad del seguimiento
pero nunca el perder el contacto del paciente ni la coordinación con el
equipo correspondiente para adaptar la agenda de cuidados a la situación concreta
como veremos más adelante.
En definitiva y para concluir este apartado, la gestión de cuidados pretende establecer
un programa de seguimiento de las personas caracterizadas de trastorno mental
grave (T.M.G.) responsabilizando de su desarrollo a la enfermera del Centro de
Salud Mental y definiendo diferentes ámbitos de intervención según dónde se
encuentren los pacientes: subprograma de gestión de cuidados en el C.S.M., en la
U.C.E., el la U.M.E., en el C.D., en el H.D o en la unidades de larga estancia U.L.E.
2.2. DERIVACIÓN A LA ENFERMERA
El primer tema que se debe resolver en la red de salud mental y en el ámbito del
C.S.M. consiste en establecer los criterios por los cuales un paciente puede ser catalogado
como trastorno mental grave (T.M.G.). Necesariamente exige llegar a acuerdos
consensuados respecto de los criterios que se van a utilizar para ello y en el caso
de que los cumpla proceder a la derivación al programa de gestión de cuidados que
en nuestra propuesta responsabiliza a la enfermera de su aplicación. Así pues, los
pacientes que puedan ser catalogados de (T.M.G.) serán derivados a la consulta de
enfermería.
– 30 –
Actualmente tras la revisión que hemos realizado en nuestro ámbito de los criterios
relevantes por los cuales un paciente puede ser catalogado de trastorno mental
grave, planteamos algunos de ellos a continuación. Es evidente que para hacer operativo
este funcionamiento, cada equipo de salud mental deberá concretar el empleo
de alguno o todos estos criterios y llevarlos a la práctica para comenzar a funcionar
de esta manera. Algunos aspectos relevantes para la inclusión de un paciente con
T.M.G. en el programa de gestión de cuidados de enfermería en el centro de salud
mental son los siguientes:
• Diagnóstico clínico. No todos los diagnósticos médicos son incluibles, es
necesario determinar cuál de ellos incluye o excluye a un paciente como
T.M.G.
• Gravedad. Este es otro grado que debe ser evaluado previamente a la
inclusión.
• Persistencia en el tiempo. Existen diferentes propuestas al respecto y es
necesario llegar a un acuerdo junto al diagnóstico, la consideración de su gravedad
y la duración en el tiempo.
• Tendencia al deterioro. No en todos los pacientes que cumplen los criterios
anteriores puede evidenciarse que cursan con tendencia al deterioro. Este
es pues otro indicador a desarrollar.
• Alteración de relaciones personales. Si un paciente cumple los criterios
diagnósticos establecidos, el nivel de gravedad, la duración del trastorno con
evidencia de deterioro debe manifestarse a su vez una alteración de las relaciones
personales.
• Alteración de relaciones familiares. Que unido al criterio anterior van a
dificultar seriamente su vida autónoma en el medio habitual de pertenencia.
• Necesidad de ingresos en UCE. La evaluación de este criterio adquiere
especial importancia y es fácil de cuantificar. Se suele emplear un periodo
reciente, por ejemplo, ingresos en los últimos cinco años o dos años etc.
• Necesidades médicas. La intensidad de las intervenciones médicas no
adquiere la misma importancia en todos los pacientes. La enfermera debe
favorecer que los pacientes asignados a este programa (T.M.G.), cumplan sus
citas con el psiquiatra y se adhieran al tratamiento, que lógicamente va a
necesitar de mayor intensidad en el seguimiento y en el apoyo.
– 31 –
• Necesidades farmacológicas. Sirve el mismo razonamiento anterior.
• Necesidades psicológicas. Como en el caso de las necesidades médicas la
relación con el psicólogo va a adquirir características diferentes a las de otros
pacientes no asignables a T.M.G. por no cumplir los criterios que se establezcan.
La gestión de cuidados debe ocuparse de los cumplimientos derivados de
sus necesidades psicológicas.
• Necesidades sociales. El trastorno mental grave va a encontrarse entre
otras con la contradicción de necesitar buenos soportes sociales y a su vez con
altas dificultades de procurárselos. La gestión de cuidados debe intervenir
activamente en esta dimensión de los casos.
• Necesidades rehabilitadoras. Derivado del perfil que apuntamos y de
manera simultánea a lo anterior, favorece la clasificación de los pacientes
como trastorno mental grave y determina un número de actividades, de citas
y de su consecuente cumplimiento que la enfermera gestora de cuidados
debe establecer.
• Recuperar / mantener sus capacidades y autonomía. Este criterio presupone
la necesidad de una evaluación previa del nivel de funcionamiento social
en general y del nivel global de autonomía funcional que junto a los anteriores
criterios va a perfilar al paciente como T.M.G. Una vez evaluado indica dos
direcciones o niveles, el de asignación al programa y el de evaluaciones sucesivas
de los efectos de la actividad de la gestión de cuidados entre otros.
• Familia como soporte. La evaluación previa de la capacidad de "soporte"
de la familia, en muchas ocasiones y por diferentes cuestiones va a verse desbordada,
constituye otro indicador de elección significativo. Las acciones de
la gestión de cuidados deben plantearse en general el aumento de la capacidad
de contención del núcleo familiar y/o de pertenencia.
• Cumplimiento de citas. Es una de las consecuencias de determinadas
patologías, la de falta de cumplimiento de citas. Como criterio puede ser muy
útil para su asignación como
...