Hijos Del Divorcio
Enviado por shirleymatheus • 13 de Octubre de 2012 • 1.607 Palabras (7 Páginas) • 632 Visitas
Hijos del Divorcio.
Introducción.
El divorcio genera mucha tensión en la vida de cualquier ser humano que pase por esa situación y trae como consecuencia grandes cambios que conducen a desórdenes físicos y mentales. Según el doctor Robert Felner, este evento incrementa la posibilidad de que los niños padezcan desórdenes emocionales.
Cuando un individuo atraviesa por problemas relevantes en su vida no se deben evitar ni negar, según Keplen. La crisis produce desequilibrio dentro del organismo cuando se esfuerza por lidiar con un problema y todos sus intentos son en vano, lo que hace que el individuo sea susceptible a influencias externas.
La Transición y Adaptación.
Durante la transición la persona pasa por múltiples estados de adaptación, retos y cambios dramáticos, y se requiere de varios años para llegar a la estabilidad y equilibrio.
La preocupación de De Longis radica en los cambios que sufre el niño en su medio ambiente después del divorcio. Según Felne y Terre, el sexo del niño será determinante en sus patrones de ajuste.
Para Kuder, la edad mental y social del niño y sus habilidades cognoscitivas jugarán un papel muy importante en la habilidad para afrontar el problema y su percepción del divorcio.
Los hijos de parejas divorciadas muestran conductas inconsistentes, agresivas y disruptivas, según lo observado por Wallerstein. Estas conductas se observan más cuando ocurre un divorcio que cuando muere el padre.
Las investigaciones efectuadas por el doctor Felner revelan que los hijos de divorciados tienen niveles más bajos de tolerancia a la frustración y dificultad para seguir órdenes, que aquellos niños que están ante la muerte de uno de sus padres.
Otros estudios han demostrado que la disolución familiar o la ausencia del padre no es lo que propiamente actúa como factor detonante sino las condiciones que acompañan el cambio de la organización familiar.
Hetherington señala que dos años después del divorcio, los hijos de parejas divorciadas presentan conflictos y problemas de ajuste.
El nivel de calor materno y permisividad indican mejores resultados en éstos niños, según el doctor Hodges.
Tipos de Ajuste.
Asociado al ajuste positivo se encuentran la cantidad de tiempo y contacto que el niño posea con el padre no custodio. Si alguno de los padres tiene alguna patología o conflicto serio, el contacto puede resultarle contraproducente al niño. Según la forma en que sea tomado el divorcio por parte de los padres, dependerá el grado de ajuste y la eficiencia en que puedan tratarse psicológicamente los hijos.
En los casos en que el padre abandona el hogar e inicia los trámites de divorcio, los hijos muestran mejores relaciones interpersonales que en los casos donde la madre es la que rompe la unión.
Según el doctor Hetherington las relaciones positivas entre madres e hijos está relacionada con la confianza y autoestima; si se produce lo contrario dará como resultado ansiedad, depresión, conducta nociva y agresividad.
El Aspecto Económico y La Inseguridad Familiar.
Existe una estrecha relación entre el divorcio y el desmejoramiento del nivel de vida, sobre todo en las familias encabezadas por las madres. Los niños se ven afectados negativamente debido a las dificultades financieras que se producen en éstos hogares.
El disminuir los recursos materiales la relación entre madre e hijo desmejora considerablemente. Al alterarse las rutinas diarias y la ubicación del domicilio familiar empeora la vida familiar y se añade estrés al padre que tiene la custodia.
Problemas de trabajo y demandas de divorcio que experimenta el padre custodio, suelen relejarse en la dificultad de manejar tareas rutinarias, al igual que el planificar eventos de la vida familiar.
La Calidad de la Relación Familiar.
Los hijos de parejas divorciadas son menos estimulados educativamente, tienen menos atención de sus padres, baja ejecutoria académica y motivacional, mayores problemas económicos, según lo observado por el doctor Felner.
La calidad del tiempo que los niños pasen con sus padres determinará la manera en que se enfrenten los problemas económicos y residenciales que ocurren después del divorcio.
Incidencia.
Las estadísticas de Paul Glick revelan que el 40% de los hijos nacidos en los años ochenta experimentó el divorcio de sus padres antes de los dieciocho años, y el 25% de éstos fue miembro de una nueva familia antes de cumplir veintiún años. Un gran número de divorciados vuelven a casarse aproximadamente a los tres años de haber ocurrido este hecho. Otras estadísticas presentadas por Furstenberg y Spanier indican que el 55% de los padres que se vuelven a casar se divorcian luego de diez años de compromiso.
Una buena relación con los abuelos maternos afecta positivamente a los niños de éstas familias.
Cherllin y MacCarthy encontraron que en cuatro de cada diez matrimonios, por lo menos uno de los cónyuges había estado casado.
La novena parte de los niños norteamericanos viven con parejas que han tenido matrimonios previos y se han vuelto a casar.
Cuando una persona vuelve a casarse
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