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Inteligencia Emocional


Enviado por   •  6 de Abril de 2015  •  4.556 Palabras (19 Páginas)  •  230 Visitas

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MARCO TEORICO

Bases teóricas de la Inteligencia Emocional

Definiciones de Inteligencia Emocional

A pesar de que el concepto “Inteligencia Emocional” (IE) es conocido desde que en 1990 Peter Salovey y John Mayer lo etiquetasen por primera vez, en la actualidad todavía es difícil encontrar una definición unívoca de este constructo.

Un punto de partida que se considera fundamental en el desarrollo del concepto de la Inteligencia Emocional, es el de la psicología Humanista, destacando de ella autores como Gordon Allport, Abraham Maslow y Carl Rogers, quienes a mediados del siglo XX ponen especial énfasis en la emoción.

Encontramos la logoterapia de Victor Frankl, al buscar el sentido de la vida, llego a conceptos como “la responsabilidad en la actitud ante la vida”. Así mismo con la psicoterapia racional-emotiva de Albert Ellis que se focaliza en el ámbito emocional del cliente, defendiendo que cada persona tiene la necesidad de sentirse bien consigo misma, experimentar las propias emociones y crecer emocionalmente.

Por otro lado, Edward Thorndike, quien en 1920 propuso el concepto Inteligencia Social; esta se define como: “La habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas y actuar sabiamente en las relaciones humanas”, “La capacidad de comprender a los demás qué los motiva, cómo actúan, cómo relacionarse o cooperar satisfactoriamente con ellos”

La Inteligencia Emocional fue definida por Peter Salovey y John Mayer como “la habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones y las de los demás promoviendo un crecimiento emocional e intelectual”. (Salovey y Mayer, 1990). Para entender mejor este concepto veamos un ejemplo: “Estando en casa has tenido una discusión con tu pareja, esa discusión ha hecho que te enfadaras, pero no lo puedes solucionar en ese momento, tienes que ir a trabajar. Sientes que estas muy enfadado o enfadada, pero sabes que con los compañeros de trabajo no tienes que discutir y no te puedes desahogar con ellos, no son las personas adecuadas con las cuales expresar tu enfado; cuando vuelvas a casa y veas a tu pareja lo hablaras con ella, con la persona con la que iniciaste la discusión y con quien lo tienes que solucionar”.

Mayer, Caruso y Salovey: exponen que la IE está dividida en cuatro ramas básicas o habilidades: percepción, uso, comprensión y gestión. Cada rama incluye diferentes estadios de habilidad que se aprenden a dominar de manera secuencial. Otro aspecto destacable de esta definición de la inteligencia emocional es su concepción en términos de conjuntos de habilidades, como las de percibir, asimilar, entender o manejar emociones. Es una concepción claramente diferente de la propuesta por otros modelos de inteligencia emocional.

Gardner (1193), sienta las bases para la ampliación del término refiriéndose a la inteligencia intrapersonal como: “La capacidad de formarse una idea rigurosa y verídica de uno mismo y ser capaz de usar esa idea para operar de forma efectiva en la vida.” Estos tipos de inteligencias señalados por Gardner son importantes para el desarrollo del concepto de Inteligencia Emocional de Goleman.

La verdadera fama y conocimiento mundial, sobre la Inteligencia Emocional vino de la mano de Daniel Goleman con la publicación de su libro “Inteligencia Emocional” (1995). Puesto que lo manifestado por Daniel Goleman tuvo tanta repercusión a nivel mundial, otros autores adjudicaron que ese éxito era debido al cansancio que las personas mostraban acerca de otros conceptos relacionados con la inteligencia, Epstein, manifestó algunas de esas ideas:

• El término Cociente Intelectual (CI) era muy sobrevalorado en la sociedad.

• El mal uso en el ámbito educativo de los resultados de los tests.

• La antipatía existente por aquellas personas inteligentes intelectualmente pero carentes de habilidades sociales.

• El estudio de la Inteligencia Emocional ha seguido dos modelos teóricos. A saber:

Bar – On, Goleman y McCrae: la inteligencia emocional surge de una estrecha combinación de una serie de atributos relacionados con la personalidad, que no está relacionado con el CI. La I.E. se compone de 5 capacidades: conocimiento de las propias emociones, el control emocional, la capacidad de motivarse a uno mismo, la empatía y las habilidades sociales.

Un último autor que aportó a Goleman fue Joseph LeDoux, quien con su libro El Cerebro Emocional (1996), divulga sus hallazgos acerca de los circuitos neuronales del cerebro y señala que la amígdala trabaja en contraste al neocórtex, es decir de ella provienen los impulsos más primitivos que van en contra del raciocinio, por lo que es frecuente que en situaciones de sobrecarga emocional respondamos de manera poco planificado e inteligente.

La formación del cerebro emocional

La evolución del cerebro humano ha seguido un proceso evolutivo lento a lo largo de los años de desarrollo, desde los orígenes de la evolución y su forma más básica, los seres vivos más rústicos poseían en el vértice superior de la espina dorsal un núcleo llamado tronco cerebral o complejo reptílico; encargado de funciones físicas vitales e impulsos básicos. En el avance de este proceso el cerebro se fue volviendo más complejo en cuanto a sus asociaciones cerebrales y aumentando su masa. Por lo que por sobre este tronco, algunas especies desarrollaron una masa esponjosa llamada Sistema límbico o emocional, en él residen impulsos emocionales, pulsiones e instintos básicos. Muchos mamíferos también lo poseen en mayor o menos medida, porque es capaz de dar respuestas de elaboración simple; sin embargo hubo una especie, la humana, que logró desarrollar una delgada capa neuronal por sobre este sistema, que elaboran y procesan información de manera compleja, llamada Cerebro racional. De tal manera los seres humanos podemos comunicarnos a través de estos sistemas; de forma reptílica, que es la más básica; límbica o mamífera, donde domina los impulsos y las emociones; y netamente humana, a través del razonamiento.

Las definiciones tradicionales nos han enseñado que frente a una situación de peligro, este es tomado de la realidad a través de los sentidos, incorporando datos de forma, posición y tamaño, posteriormente esta información será enviada a nuestro cerebro racional para ser interpretado como un pensamiento de peligro que luego se decodificará a través de una respuesta, ya sea de huida o afrontamiento, luego se enviará esta información al cerebro límbico para acompañar la respuesta unida a una emoción; sin embargo, para Goleman, ante la misma situación de peligro o amenaza, la amígdala cerebral se conectará

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