La Autoestima Según Las Diferentes Escuelas De Psicología
Enviado por • 5 de Noviembre de 2013 • 4.075 Palabras (17 Páginas) • 604 Visitas
Introducción
"La paradoja curiosa es que cuando me acepto como soy, entonces puedo cambiar" Carl Rogers.
Hace un tiempo que, desde diversos campos, se viene prestando atención al concepto de Autoestima.
Cuestiones determinantes como la posibilidad de alcanzar nuestras metas, de sentirnos bien y felices, de relacionarnos con el otro de forma positiva y adecuada, dependen, de una manera o de otra, de la AUTOESTIMA.
En este trabajo se propondrá un abordaje de lo que es la AUTOESTIMA a partir de la concepción de las distintas posturas sobre el tema desde la Psicología y otras ciencias sociales.
Distintas concepciones de autoestima en la psicología
No existe un concepto único de Autoestima, pero se puede abordar desde distintas perspectivas.
La Autoestima es la percepción evaluativa de nosotros mismos.
La idea de Autoestima varía en función del paradigma psicológico que lo aborde. Desde el punto de vista del psicoanálisis, la autoestima está íntimamente relacionada con el desarrollo del ego.
Sigmud Freud utilizaba la palabra alemana Selbstgefühl,, puntualizando que tiene dos significados: conciencia de una persona respecto de si misma (sentimiento de sí), y vivencia del propio valor respecto de un sistema de ideales (sentimiento de estima de sí). Este "sentimiento de estima de si" que describe Freud es la Autoestima.
Una parte del sentimiento de sí es primaria, el residuo del narcisismo infantil; otra parte brota de la omnipotencia corroborada por la experiencia (el cumplimiento del ideal del yo), y una tercera de la satisfacción de la libido de objeto.
Todo lo que una persona posee o ha alcanzado, cada resto del primitivo sentimiento de omnipotencia corroborado por la experiencia, contribuye a incrementar el sentimiento de sí
Carl Rogers, fundador de la psicología humanista, expuso que la raíz de los problemas de muchas personas es que se desprecian y se consideran seres sin valor e indignos de ser amados.
En la escuela humanista de la psicología, desde Rogers, el concepto de Autoestima se resume en el siguiente axioma:
"Todo ser humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno del respeto incondicional de los demás y de sí mismo; merece estimarse a sí mismo y que se le estime"
Rogers explica que nuestra sociedad también nos reconduce con sus condiciones de valía. A medida que crecemos, nuestros padres, maestros, familiares, la "media" y demás solo nos dan lo que necesitamos cuando demostremos que lo "merecemos", más que porque lo necesitemos. Podemos beber sólo después de clase; podemos comer un caramelo sólo cuando hayamos terminado nuestro plato de verduras y, lo más importante, nos querrán sólo si nos portamos bien.
El lograr un cuidado positivo sobre "una condición" es lo que Rogers llama recompensa positiva condicionada. Dado que todos nosotros necesitamos de hecho esta recompensa, estos condicionantes son muy poderosos y terminamos siendo sujetos muy determinados no por nuestros valores organísmicos o por nuestra tendencia actualizante, sino por una sociedad que no necesariamente toma en cuenta nuestros intereses reales. Un "buen chico" o una "buena chica" no necesariamente es un chico o una chica feliz.
A medida que pasa el tiempo, este condicionamiento nos conduce a su vez a tener una autovalía positiva condicionada.
Empezamos a querernos si cumplimos con los estándares que otros nos aplican, más que si seguimos nuestra actualización de los potenciales individuales. Y dado que estos estándares no fueron creados tomando en consideración las necesidades individuales, resulta cada vez más frecuente el que no podamos complacer esas exigencias y, por tanto, no podemos lograr un buen nivel de autoestima.
Martin Ross, en su libro "El Mapa de la Autoestima", desarrolla su concepción de la Autoestima, a partir de dos elementos: "las hazañas" y las "anti-hazañas".
Las hazañas son aquellas posesiones, circunstancias, méritos, virtudes que le dan la oportunidad a la persona de sentirse orgullosa de si misma, y que le proporcionan prestigio social. La manera de detectar una hazaña en la vida cotidiana es ver si provoca "orgullo" o deseo de hacer alarde, o de presumir. Si hay alguna situación, alguna parte de tu vida, alguna virtud que te dan ganas de ostentarla, exhibirla, mostrarla a tus amigos, entonces es, sin duda, una "hazaña".
Las anti-hazañas, todo lo contrario, son aquellas otras situaciones que provocan que el individuo se avergüence, se auto-desprecie, se sienta menos valioso, y que le quitan también su prestigio social. Aquellas derrotas, situaciones, circunstancias, defectos, que a una persona le provocan deshonra, le disminuyen el ego, y le merman el respeto de sus pares y su honor social, son "anti-hazañas".
Todos tendríamos, entonces, un "Mapa" mental que nos señala cuales son las hazañas y cuales son las anti-hazañas y, sobre toda las cosas, donde estamos ubicados dentro de allí, que Ross llama "El Mapa de la Autoestima". Es que distintas personas se encuentran en distintas posiciones, hay circunstancias que mueven la posición en el Mapa de la Autoestima. Por ejemplo el género sexual: hay circunstancias que le dan valía y prestigio social a una persona si es "hombre", pero si es mujer esas mismas circunstancias le traen vergüenza y escarnio. Otra puede ser la edad: determinadas situaciones a una edad de la vida pueden dar orgullo y prestigio social, pero a otra edad ser motivo de desprestigio y vergüenza.
Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos, el aprecio que se tiene uno mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.), y el respeto y estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.).
La expresión de aprecio más sana, según Maslow, es la que se manifiesta «en el respeto que le merecemos a otros, más que el renombre, la celebridad y la adulación»
Rosenberg, por su parte, entiende a la autoestima como un fenómeno actitudinal creado por fuerzas sociales y culturales.
La Autoestima se crea en un proceso de comparación que involucra valores y discrepancias. El nivel de autoestima de las personas se relaciona con la percepción del sí mismo en comparación con los valores personales. Estos valores fundamentales han sido desarrollados a través del proceso de socialización. En la medida que la distancia entre el si mismo ideal y el si mismo real es pequeña, la autoestima es mayor. Por el contrario, cuanto mayor es la distancia, menor será la autoestima, aun cuando la persona
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