La Autoestima
Enviado por psicoelisa • 13 de Noviembre de 2014 • 2.791 Palabras (12 Páginas) • 175 Visitas
TEMA Nº 1
AUTOESTIMA: BASE EN LA FORMACIÓN
OBJETIVOS
Entender que la clave para que su hijo(a) se sienta valioso(a) es aprender a amarse primero y luego poder amar a los demás.
Conocer que en la etapa infantil los padres son las personas más importantes en el desarrollo del amor propio de sus hijos.
Ayudar a los adolescentes a aceptarse tal como son para que se involucren a su entorno social sintiéndose seguros de su rol.
Asumir el poder que las palabras tienen en la formación de la imagen personal.
ENFOQUE BÍBLICO
“El que posee entendimiento se estima a sí mismo; el prudente hallará el bien” (Proverbios 22:8)
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de fortaleza, de amor y de dominio propio.” (2Timoteo 1:7)
Dios en su infinito amor nos ha provisto de la capacidad de elección, que lamentablemente por las influencias familiares, sociales y distractoras, no nos permiten ver claramente el propósito que desde la creación nuestro Padre celestial tiene.
En la plena comprensión de la regla de oro “Tratar a los demás como queremos que los demás nos traten”, comienza en uno mismo, el amor propio hará que busque lo que mejor sea para uno mismo, con prudencia, autocontrol, pero sin limitaciones gozando de su libertad individual, sin confundirla con libertinaje, haciendo de ello su fuerza personal en la gracia de Dios, con la ayuda familiar lejos de lo que perjudique una buena salud mental, en un círculo social gratificante de intercambio y amplitud de decisión compartida.
ACTIVIDAD DE INICIO
Llene el siguiente cuadro, esto le permitirá a usted conocer como se ve así mismo.
1. ¿POR QUE ES DETERMINANTE LA AUTOESTIMA?
La autoestima es lo que piensas y crees de ti mismo. Se trata de reconocer y aceptar tanto tus debilidades como tus puntos fuertes, y ser capaz de ver el mundo tal como es y conocerlo.
Si a su hijo o su hija los hacen sentir que desde que han nacido son hermosos, gozan de una ventaja definida. La sociedad humana siente gran aprecio por la belleza.
A la edad de 3 ó 4 años un niño ya ha aprendido el significado de la belleza personal. El niño hermoso sabe que los adultos lo tratan favorablemente. La gente le sonríe, le dice que es lindo o linda y le hace fiestas. Pero el niño que piensa que carece de atractivos es ignorado mientras que sus hermanos o amigos reciben toda la atención. Así es la naturaleza humana. Lo que la mayoría de padres quieren para sus hijos es que tengan una autonomía saludable, pero por desgracia no todos los niños la poseen cuando la exponen a nuevas situaciones y experiencias y se encuentran con la opinión y los sentimientos de otras personas. En ese contexto es fácil que se comparen con el resto y cuando no les va bien pueden perder la resolución para intentarlo de nuevo.
Si su hijo tiene una autoestima saludable, será capaz de:
• Actuar de forma independiente
• Asumir responsabilidad
• Manejar sus emociones
• Aceptar nuevos retos
• Afrontar problemas con eficacia.
Si su hijo tiene la autoestima baja, puede:
• Sentir que no lo quieren o que no lo valoran
• Culpar a los demás de sus propios errores
• Evitar nuevos retos o tareas
• Menospreciar sus habilidades y a los demás
Unos versos de las estrofas del canto infantil “Bellas las manitas son” (Himnario Adventista #604), enseñan hermosamente el amor y la aceptación incondicionales siendo tesoros dados por Dios.
El poder de las palabras
Todo comienza en los tiernos años de la infancia. La mayor parte de los padres no se conforman con decirle “NO” a su hijo cuando su comportamiento infringe los derechos y deseos de otros.
Como padres y madres es típico añadir el siguiente comentario: “No lo hagas, niño malo, eres un niño perverso, Dios te va a castigar”. Estas palabras y otras parecidas rebajan los sentimientos de dignidad del niño: malo, tonto, lento, feo, estúpido y retardado. Incluso sobre nombres y comparaciones despectivas que carecen de gracia y hasta son mal intencionales: “Burro, animal, chancho, gordo, flaco, chato, negro, etc.”
Las siguientes frases contribuyen a que el niño forme una imagen negativa de si mismo:”Nunca haces nada bien”, “siento vergüenza de ti”; o “¿Eres estúpido o algo peor? ¿No pareces mi hijo?”. El niño que se ve atacado por una descarga continua de expresiones humillantes, empieza a sentirse avergonzado y descontento consigo mismo como con los demás. Comienza a brotar en su mente semillas negativas como estas:”No sirvo para nada”, o “Nunca podré hacer lo que mis padres esperan de mi”.
La clave se encuentra en aceptar al niño en todo momento, mientras que no se lo acepta, todo lo hará cada vez peor. Así como Dios odia el pecado pero ama al pecador, también los padres debieran establecer una diferencia entre el comportamiento del niño y del niño mismo en sí, si es que desean que construya una autoimagen positiva.
2. LA AUTOESTIMA EN LA INFANCIA
La autoestima infantil es el grado de satisfacción que el niño tiene consigo mismo. Cuando nace el bebe, se establece una estrecha relación entre el recién nacido y sus padres, sobre todo con la madre. Se fomenta así un fuerte vínculo que va a favorecer el inicio de la autoestima, ya que este sentimiento de sentirse querido y protegido por sus padres posibilitará que el bebe se perciba como alguien importante y valioso.
La imagen que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido de nuestro alrededor. Los padres son para sus hijos espejos a partir de los cuales el niño va construyendo su propia identidad. En la edad infantil los padres son para sus hijos las personas más importantes, por eso, la imagen que el niño cree que tienen de él es muy importante.
A medida que va creciendo, adquiere más autonomía y un mayor conocimiento del mundo exterior, ampliando su relación con otros familiares, compañeros, profesores, vecinos, etc.
La principal forma que tienen los recién nacidos de percibir seguridad y confianza es a través de las sensaciones corporales. Un bebé que se siente arrullado, satisfecho, mecido, cuidado, mirado, que escucha y ve a padres tranquilos y contentos con su presencia se sentirá más seguro y confiado.
Hacia el segundo año de vida, los niños ya esperan la aprobación de sus padres, están en pleno control de esfínteres y les importa en sobremanera las felicitaciones o decepciones que pueden causar en los adultos. Debemos comprender que el rechazo no necesita
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