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La Familia Clave Para El Exito Educativo


Enviado por   •  20 de Junio de 2013  •  1.899 Palabras (8 Páginas)  •  385 Visitas

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La familia, clave para el éxito educativo

La familia se inicia con la unión de un hombre y una mujer. Es el espacio donde los seres humanos se reproducen, crecen y se educan para la vida. En ella se trasmiten normas y valores, pero además, constituye la base del desarrollo de un país.

Hoy, según explica la psicopedagoga y magíster en Orientación, Sonia Piña, existen diferentes tipos de familias dentro de una sociedad; “puede ser del tipo nuclear (padres e hijos), extendida (tíos, abuelos y otros) o por afinidad (formada por amigos que han convenido vivir bajo el mismo techo)”.

Pero, cualquiera que sea la modalidad, lo importante es tener claro, que en ese espacio se satisfacen necesidades de amor, alimentación, vestido, educación e higiene. “Es donde crecemos y nos formamos como seres”, indica en su artículo denominado “Importancia de la familia en el fomento de actividades y valores para el desarrollo biopsicosocial del individuo”.

Lo que ocurra en el seno familiar será un factor de gran importancia para el buen desenvolvimiento del sistema educativo, en todos sus niveles y modalidades, dado que las relaciones sociales que experimentan los niños y niñas en el contexto familiar irán, día a día, moldeando en ellos su personalidad. Es por ello, que muchos investigadores de los altos índices de violencia que se registran en distintos sectores de la sociedad actual, entre ellos los planteles educativos, insisten en señalar que la situación es un reflejo de la crisis de valores y que parte de la solución al flagelo está en manos de la familia.

“Siendo la familia el primer espacio vital para el desarrollo integral del individuo, se considera fundamental la presencia de relaciones interpersonales armónicas entre sus miembros, basadas principalmente en el respeto por las diferencias individuales, el apoyo mutuo, la comprensión, así como también el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de los deberes”, relata la docente Erika Torrealba en su trabajo de investigación de maestría titulado “Programa de fortalecimiento de la Convivencia Familiar para la orientación de los comportamientos agresivos en niños y niñas de la etapa preescolar”.

La docente también resalta que la familia desempeña un papel importante, puesto que sus miembros fungen como modelos de comportamiento, estableciendo los patrones de relación y configurando la primera visión del mundo que rodea al niño o niña, con lo cual se regulan los primeros patrones de conducta de los pequeños.

Filtros de la realidad

La psicopedagoga larense, Piña, enfatiza en la diferencia que existe entre las actitudes y las conductas. En primer lugar, define a las actitudes como los filtros a través de los que percibimos la realidad, “equivale a decir que nuestras percepciones, son el mapa que utilizamos para andar por el mundo” (Korzybski, 1941). Con ello quiere decir que las actitudes nunca son “verdad” ni “mentira”, sino que reflejan una forma de entender una determinada situación.

“Por ejemplo: cualquier opinión, actitud o valoración que formemos sobre algo, por su propia naturaleza exige que generalicemos y simplifiquemos. Cuando confundimos nuestras actitudes con la realidad cerramos las puertas al cambio y las actitudes se solidifican”.

Actitud y conducta son diferentes, enfatiza, porque la conducta es observable y la actitud debe descubrirse. “No obstante las actitudes influyen en la conducta. Cuando más rígida sean nuestras creencias, estaremos menos dispuestos a aceptar que nos contradigan, y más difícil será que encontremos maneras”.

Educación necesaria

Para comenzar a generar cambios en las familias resulta fundamental un proceso de formación para padres, que ofrezca herramientas útiles para reconocer y enfrentar los problemas. En este punto es válida la realización de talleres para familias en las instituciones educativas, en las comunidades o incluso la búsqueda de ayuda especializada y personalizada por parte de la familia.

En la educación para los padres la concientización sobre la importancia de la comunicación es fundamental, dado que la familia es la entidad primaria de la comunicación y las relaciones humanas.

“A través del lenguaje se transmiten las costumbres, culturas, religión, etc... por medio de un profundo y continuo proceso de socialización”, acota Erika Torrealba.

“La comunicación es la esencia de toda relación y como no podemos vivir aislados es necesario aprender a comunicarnos adecuadamente. Desde que llegamos al mundo, la comunicación se convierte en el factor que determinará el tipo de relaciones que tendremos con los demás y lo que nos sucederá en nuestro entorno familiar, laboral, afectivo, entre otros”.

También se maneja el binomio autoridad-afecto, para hacer referencia a la comunicación de los mensajes ya sea en base a la autoridad o en base al afecto. “El respeto y la seguridad, cobran singular importancia para el ejercicio de los derechos y deberes porque al poseer el deber como padres el hacer cumplir la autoridad y dar afecto, se tiene como hijo el deber de recibir, dar afecto y cumplir con las normas, aspectos importantes que deben estar claros y permiten una comunicación fluida entre los miembros del hogar”.

El aprender a comunicarse de una manera efectiva implica aprender a expresarse en forma clara, directa y sincera; ello contribuirá al logro de una relación más armónica con el entorno familiar y social.

Cuidado con las barreras

Alcanzar una buena comunicación no es fácil; hay actitudes que impiden la acogida y la apertura. Veamos algunas de ellas:

-Actitud enjuiciadora: Cuando escuchamos al otro en actitud de juez. Nos olvidamos que nuestro derecho se refiere a evaluar las ideas y los hechos y a comprender y aceptar a las personas.

-Actitud interrogativa: Ocurre cuando nos extralimitamos en nuestra curiosidad pretendiendo legar más allá en la intimidad de lo que el otro está dispuesto a comunicarnos.

-Actitud globalizante: Se da cuando calificamos bajo esquemas universales lo que el otro dice y nos olvidamos de que debemos verlo como una persona única, original e irrepetible.

-Actitud sermoneadora: Cuando asumimos una actitud de predicador o guía espiritual

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