La Percepcion Del Mundo A Través De Un Bebe

Este proyecto analizará las formas en que el niño, en vías de desarrollo, percibe el mundo que tiene en torno suyo y estudia su creciente capacidad para captar el sentido de aquello que percibe, pero sobre todo nos centraremos en la capacidad de la vista, ya que es una de las más importantes para percibir el mundo. El término de percepción se refiere a cualquier proceso mediante el cual nos damos cuenta de inmediato de aquello que está sucediendo fuera de nosotros mismos, la palabra aquí es “de inmediato”, tan solo podemos obtener información acerca de aquella parte del mundo que índice directamente sobre nuestros sentidos, el que vemos, oímos, tocamos, saboreamos y olemos. Para un adulto, el mundo no es exclusivamente perceptivo, sino que también participa la memoria y el conocimiento, puedes recordar olores, relacionar ruidos, utilizar la lectura para imaginar mundos que nunca conoceremos…

Pero sin embargo un recién nacido no posee todas estas aptitudes. Tiene poco recuerdos y posiblemente ningún pensamiento sobre el futuro, vive en un mundo completamente perceptivo, pero su percepción es menos útil que la nuestra, ya que no puede controlarla activamente, tal como nosotros hacemos. Por ejemplo, puede rehusar mirar algo, pero no puede salir afuera y buscar cosas con la mirada, si el niño está hambriento es incapaz de buscar algo en el frigorífico, ya que no puede andar y porque no tiene el conocimiento de que dentro hay comida.

Todo el conocimiento del mundo nos llega a través de nuestros sentidos. La información sensorial es analizada y transformada en un sistema de conocimiento que, a su vez, puede dirigir el sistema perceptivo.

Muchos estudios afirman que el mundo perceptivo del lactante está completamente desprovisto de sentido, como lo que implica ver que una piedra es dura, porque nosotros lo sabemos porque hemos adquirido el conocimiento de que la piedra es dura a través de la memoria, por un recuerdo de haberla tocado antes y saber como es.

Poseemos seis sistemas sensoriales los cinco primeros corresponden a los cinco sentidos, la vista, el gusto, el tacto, el olfato y oído, el sexto consiste en el sentido que nos informa acerca de donde están las partes móviles de nuestro cuerpo en relación con el resto del mismo: donde se hayan nuestras manos en relación recíproca, y con respecto a la cabeza, el tronco…todos estos sensores poseen la misma estructura superficial, consistente en receptores periféricos especializados que se conectan unos a otros mediante una red de nervios.

No hay muchas diferencias entre el adulto y el niño lactante en cuanto a estos sistemas receptores, por ejemplo en cuanto al tacto la superficie cutánea de un adulto es más amplia que la de un lactante, además el rápido crecimiento de la piel del bebé puede suponer que esté inseguro acerca de localización de su estímulo táctil en cualquier punto de su superficie cutánea, en cuanto al oído un bebé oye con menos intensidad debido a la estatura…pero donde queremos profundizar, es en el sistema sensorial más complejo, el ojo y sus estructuras nerviosas asociadas con él.

El ojo es un órgano extremadamente complicado, la luz incide sobre la córnea, pasa por la cámara anterior y luego, a través de la pupila, llega al cristalino, este último consta de un tejido blando y transparente que puede dilatarse y hacerse más fino o bien contraerse y engrosar, enfocando así los rayos luminosos y permitiendo que las imágenes de objetos situados a distancias diferentes se vean con más claridad. El cristalino enfoca la luz sobre la retina, que es una capa nerviosa que reviste la superficie posterior interna del globo ocular. Las células que contiene son sensibles a la distinta intensidad de los rayos luminosos.

La percepción del tamaño depende de algo más que del tamaño de la imagen, el de ésta, producida por un objeto de un determinado tamaño, cambia según la distancia, los adultos percibimos el tamaño como constante, a pesar de las distintas distancias y los consecutivos cambios en cuanto a la dimensión de la imagen. Esto significa que los adultos coordinamos la información acerca de la distancia y dimensiones de la imagen para obtener una representación del tamaño real. Así pues, a fin de comprender la percepción de éste, hemos de conocer algo acerca de la percepción de la distancia. Existen muchas fuentes de información sobre la distancia, partimos del hecho de que poseemos una visión binocular, cuando miramos objetos desde diferentes puntos, el ángulo entre nuestros ojos varía.

Pero el ángulo depende lógicamente de la separación entre ambos ojos, como de la longitud existente entre los ojos y el objeto, variando la primera distancia drásticamente durante el desarrollo. Las consecuencias de éste último cambio indican que el recién nacido tendrá que aprender a utilizar el ángulo de convergencia entre los ojos y los objetos como una fuente de información sobre la distancia.

Percepción de objetos y de personas

Los bebés disponen de mucha capacidad, pero tienen limitaciones que no reflejan directamente su aptitud para percibir, por ejemplo los recién

...