Manejo De Grupos

Actividad No. 3

Después de realizar la lectura “Introducción de las técnicas de grupo en el campo educativo” de Cirigliano Villaverde (pag. 63), responde lo siguiente:

1. ¿Puede considerarse el salón de clases como un grupo, tal y como lo concibe la dinámica de grupos? Justifica tu respuesta

Si, ya que un salón de clases no es un simple conjunto de personas, sino que es una estructura social en la que los individuos se desenvuelven, interactúan cara a cara y comparten normas durante un cierto tiempo. Así mismo, es un espacio en el que el ambiente, la interacción y la convivencia entre los miembros que lo integran, influyen en el comportamiento que manifiesta el grupo, al grado de sufrir cambios en diversos aspectos, tanto de personalidad como en la manera de relacionarse con los demás. Es así, que basándonos en la dinámica de grupos, el salón de clases, por sus características encaja perfectamente en la definición de grupo, puesto que, al encontrarse influenciado por diferentes fuerzas que actúan a lo largo de su existencia consigue que los miembros y el grupo en sí, se comporten de determinada forma.

2. En tu labor como docente ¿has propiciado que se cumplan los principios básicos de la acción de grupo propuestos por Jack R. Gibb?

Considero que durante los años que llevo desempeñándome como docente frente a grupo, he tratado de propiciar cada uno de los principios básicos de la acción de grupos, aunque tal vez de manera inconsciente, debido a que conozco cada uno de los ocho que menciona Jack R. Gibb, gracias a la lectura proporcionada por la maestra de la materia que curso actualmente, “Manejo de grupos”.

El primer principio, considero que es uno de los más importantes, sobre todo en el nivel preescolar, que es donde me desenvuelvo. Es fundamental que los niños se sientan cómodos, es decir, en un ambiente favorable y positivo, si queremos que se estén en confianza, sin temor alguno y por lo tanto, trabajen con un gran entusiasmo. Este principio he tratado de cumplirlo creando un ambiente tranquilo y sereno, escuchando las ideas de todos los niños, alentándolos y no regañándolos ni exhibiéndolos cuando se equivocan para que así sientan la confianza de participar en la clase y con sus compañeros.

Por otro lado, en cuanto a la reducción de la intimidación siempre he tratado de comportarme de manera amable, pero sobre todo cariñosa con los niños, recibiéndolos en las mañanas con un abrazo y correspondiendo a sus muestras de cariño. Esto me ha ayudado a favorecer el ambiente de trabajo del salón de clases, el cual es respetuoso y cordial.

En cuanto al liderazgo distribuido, es uno de los principios en el que menos influencia tengo, ya que no suelo asignar el título y la responsabilidad de líder a alguien, sino que dejo que los mismos niños sigan al que ellos consideran el más adecuado. Una vez que detecto quién es, trato de apoyarme en él y la influencia que tiene en sus compañeros para poder favorecer la tarea y el logro de objetivos.

La formulación de objetivos trato de trabajarla de manera conjunta con los niños, en inicio de curso o unidad o actividad, ya que así los alumnos están conscientes desde un principio de qué haremos y cómo, facilitando el desarrollo

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