Modelos Clinicos
Enviado por • 12 de Abril de 2015 • 1.952 Palabras (8 Páginas) • 285 Visitas
La experiencia de la sociedad
Freud afirmaba que la ansiedad puede ser adaptativa si la aflicción que la acompaña motiva a las personas a aprender nuevas formas de enfrentar los retos de la vida. Pero ya sea adaptativa o desadaptada, la aflicción puede ser intensa. Con frecuencia, la persona ansiosa que espera que ocurra lo peor es incapaz de disfrutar de su vida personal y de obtener gratificación del trabajo. Por lo tanto las personas ansiosas se privan de experimentar los resultados positivos de la vida.
El término ansiedad se define como un sentimiento de miedo y aprensión difuso, vago y muy desagradable. La persona ansiosa se preocupa mucho, sobre todos los peligros desconocidos. Además, muestra combinaciones de los siguientes síntomas: ritmo cardiaco acelerado, respiración entrecortada, diarrea, pérdida del apetito, desmayos, mareos, sudoración, insomnio, micción frecuente y estremecimientos. Todos estos síntomas físicos se presentan tanto en el miedo como en la ansiedad. La diferencia entre el miedo y la ansiedad es que las personas que tienen miedo lo pueden decir fácilmente y las personas que se sienten ansiosas no saben las razones de sus temores. Las características de la ansiedad incluyen sentimientos de incertidumbre, impotencia y activación fisiológica. Una persona que experimenta ansiedad se queja de sentirse nerviosa, tensa, aprensiva e irritable. A menudo tiene dificultad para conciliar el sueño por las noches. Una persona ansiosa puede fatigarse fácilmente y experimentar “mariposas en el estómago”, así como dolores de cabeza, tensión muscular y dificultad para concentrarse. Estos individuos pueden mostrar un alto grado de sensibilidad, vigilancia prontitud para prestar atención a las amenazas potenciales.
Trastorno de ansiedad generalizada.
El trastorno de ansiedad generalizada consiste en miedos prolongados, vagos e inexplicables pero intensos que no parecen relacionarse con algún objeto en particular. Se parecen a los miedos normales, pero no existe un peligro real, y en la mayoría de los casos ni siquiera se imagina que el peligro esté presente. Los individuos que sufren de un trastorno de ansiedad no solo se preocupan por cosas sin importancia que han ocurrido, sin también se sienten tensos y preocupados cuando ni siquiera existe una mínima alarma. En el trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad persiste por seis meses o más y no se atribuye a experiencias recientes en la vida del individuo. Sus síntomas generalmente incluyen:
• Preocupación o sentimientos aprensivos sobre el futuro: Se preocupan por lo que les depara el futuro, por las personas que están cerca de ellas o por sus bienes valiosos.
• Hipervigilancia: Adoptan una actitud de centinela en su vida diaria. Esta vigilancia excesiva se relaciona con su estado hiperactivado. Como siempre están alertas a amenazas potenciales, se distraen fácilmente de las tareas en las que trabajan. También contribuye a la dificultad para conciliar el sueño.
• Tensión motora: Son incapaces de relajarse; están agitados y visiblemente tensos y temblorosos. Las expresiones faciales de tensión son comunes, como lo son el entrecejo fruncido y los suspiros profundos. Se sobresaltan con facilidad.
• Reactividad autonómica: Los sistemas nerviosos simpático y parasimpático parecen trabajar tiempo extra. Existen combinaciones de sudoración, mareos, ritmo cardiaco acelerado, accesos de calor o fríos, manos frías y húmedas, molestias estomacales, aturdimiento, evacuación micción frecuentes, sensación de tener un nudo en la garganta y pulso y respiración acelerada.
El trastorno de ansiedad generalizada con frecuencia es difícil de tratar, y no existe una técnica clínica que conduzca con regularidad a la cura. La psicoterapia cognitiva y psicodinámica puede ser útil en algunos casos, como también lo puede ser el tratamiento conductual.
Trastorno de angustia.
La crisis de pánico puede presentarse sin ninguna advertencia, y es una condición crónica y debilitante. Los indicadores del trastorno de angustia son similares a los del trastorno de ansiedad generalizada, excepto que son más intensos y casi siempre comienzan de manera repentina. El término crisis de pánico denota el abrupto surgimiento de una intensa ansiedad que aumenta al máximo, que se desencadena por la presencia de estímulos particulares o pensamientos acerca de ellos, o que ocurre sin señales claras y es espontaneo e impredecible. Las personas que sufren crisis de pánico cuando estos estímulos no están presentes generalmente no sufren de fobias. En el trastorno de la angustia, existe un intenso miedo a sufrir otra crisis. Según el DSM-IV-TR el trastorno de la angustia incluye crisis de pánico recurrentes e inesperadas y al menos un mes de preocupación persistente de sufrirlas de nuevo. La preocupación por las implicaciones y consecuencias de tener crisis de pánico es un aspecto clave de este trastorno. Las personas con trastorno de angustia no necesariamente están ansiosas todo el tiempo. Algunas veces sufren de crisis inesperada de pánico que se repiten después de algunos periodos de funcionar con normalidad. Palpitaciones severas, respiración entrecortada exagerada, dolores o molestias en el pecho, temblores, sudoración, mareos y un sentimiento de impotencia caracterizan las crisis de pánico.
Una persona que ha tenido una crisis de pánico desarrolla una ansiedad anticipada: experimenta tensión y preocupación, y teme que la crisis vuelve a ocurrir. En algunos casos, este tipo de ansiedad anticipada parecer ser un miedo bastante realista. Las personas que experimentan crisis de pánico se perciben con un deterioro en su salud, en su bienestar emocional, y en su funcionamiento ocupacional y financiero. Utilizan con mucha frecuencia las instalaciones para el cuidado de la salud y las salas de emergencias, y son más propensas que la población en general a pensar en el suicidio.
Los trastornos de ansiedad generalizada y los trastornos de angustia difieren más claramente en el carácter difuso de la ansiedad que se observa en el primero y su intensidad en el último.
Fobias.
Fobos era el dios griego del miedo. Su imagen era pintada en máscaras y escudos para asustar a los enemigos en las batallas. La palabra fobia, derivada de su nombre, significa miedo, pánico, pavor o temor. A diferencia de las personas que padecen de trastornos de ansiedad generalizada, las que padecen
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