PSIQUIATRIA CRIMINAL
Enviado por ZAIDLEINAD • 22 de Mayo de 2014 • 20.080 Palabras (81 Páginas) • 572 Visitas
UNIDAD II
CLASIFICACION DE LAS ENFERMEDADES MENTALES POR SU ETIOLOGIA
La Asociación Psiquiátrica Americana se encarga de editar Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en el que se registran las patologías psicológicas.
En 1880 en el mismo manual, se incluyó como desorden la histeria, que claramente existe en la población y puede ser distinguible pero no se sabía con certeza por qué ocurría.
Después de más de un siglo no se han encontrado explicaciones claras.
El DMS determina por cuáles desórdenes mentales debe indemnizar el seguro, por cuáles representan problemas legales y cuáles requieren ser discutidas.
El director del Nacional de enfermedades mentales, recientemente declaró que su organización no tomaría en cuenta el DSM como una guía de investigación porque “su debilidad es la falta de validez.
A diferencia de nuestras definiciones de enfermedad de corazón isquémico, linfoma o SIDA, los diagnósticos del DSM tienen base en consensos y no en análisis objetivos de laboratorio”.
Insel convoca a que se haga un sistema de clasificación con base en genes, imágenes cerebrales y ciencia cognitiva.
El problema es que la ciencia no ha alcanzado la sofisticación necesaria para entender los trastornos mentales y que éstos no pueden deslindarse de ciertas condiciones sociales y culturales.
De hecho, que el DSM carezca de fundamentos científicos, no es su única deficiencia sino que no considera la relación entre las enfermedades mentales y sus motivos sociales.
La psiquiatría tiende a no aprender de su pasado. Cada nueva generación psiquiátrica pierde e entusiasmo por teorías.
En la historia de las enfermedades mentales las teorías y clasificaciones moldean los síntomas de los pacientes.
“Así como los doctores tienen ideas acerca de lo que constituye el cambio de las enfermedades, los síntomas que presenten los pacientes cambiarán también.”
En 1994 el DSM lanzó varios nuevos diagnósticos que se volvieron muy populares entre los médicos y el público: bipolaridad II, desorden de hiperactividad y déficit de atención, fobia social, etc., pero el número de gente que recibió un diagnóstico de estas patologías no aumentó entre 1994 y 2005.
De hecho, el psicólogo Gary Greenberg, autor de El Libro de la Aflicción, recientemente indicó que la prevalencia del diagnóstico de salud mental disminuyó ligeramente.
Lo que parece cambiar es cómo las patologías se categorizan con el paso del tiempo, dependiendo del momento cultural.
Aquellos que tenían ansiedad, en los 70 hubieran aceptado la etiqueta de “depresión” que se generalizó más en los 80 y 90, y muchos en el mismo grupo, hoy podrían asumirse con desorden de ansiedad social.
El punto no es embarrar de condiciones culturales al estudio de las enfermedades mentales, sino entender cómo el inconsciente toma algunas condiciones del entorno social.
Este conocimiento no eliminará las patologías psicológicas pero sí mantendrá conscientes a los psiquiatras de que no pueden saltar de un diagnóstico de moda a otro.
SIGMUND FREUD (PSICOANÁLISIS)
Método de tratamiento de los trastornos mentales, fundado en la investigación psicológica profunda y convertida en “ciencia del inconsciente”.
Su fundador, Sigmund Freud, especialista vienés de enfermedades nerviosas y antiguo discípulo de J.-M. Charcot y de Bernheim (Nancy), al observar los efectos nocivos de ciertos acontecimientos traumáticos aparentemente olvidados, estableció una relación entre estos y los síntomas observados, y llegó a la conclusión de que existía un inconsciente dinámico.
Algunos de nuestros actos, desde los más fútiles (olvido de echar una carta al correo) hasta los más extraños, están condicionados, según afirma, por causas oscuras, pero reales.
Los síntomas neuróticos tienen un sentido; pueden ser comprendidos a condición de vencer ciertas resistencias detrás de las cuales se encuentra el inconsciente.
Para lograrlo, S. Freud ensaya sucesivamente la hipnosis, la sugestión (“usted puede recordar su pasado”) y, por último, el método de libre asociación (“diga todo lo que le pase por la mente”), que es mejor, porque respeta la persona humana. De esta manera, el sujeto colabora en su tratamiento.
El descubrimiento de su inconsciente no se produce bruscamente, sino después de un largo camino voluntario, en el curso del cual el sujeto aprende a manejar sus emociones.
Sólo después de abandonar sus resistencias llega a comprender las motivaciones ocultas de su comportamiento y puede dominar su conducta.
Durante las sesiones, el psicoanalista deja que el paciente se exprese sin restricciones; interpreta sus resistencias y sus actitudes a su respecto (transferencia).
El psicoanálisis permitió poner de manifiesto cierto número de hechos psíquicos, de los que S. Freud dedujo leyes.
Su principal descubrimiento es el de la sexualidad infantil, que nace con la vida y pasa por diferentes estadios antes de llegar al período genital propiamente dicho, en el que el fin sexual es el coito normal con una pareja del sexo contrario.
S. Freud llegó a elaborar su teoría, incesantemente retocada y en continua evolución, cuyos principios son los siguientes:
1º Toda conducta tiende a suprimir una excitación penosa (principio de placer); el mundo exterior impone ciertas condiciones que deben ser tenidas en cuenta (principio de realidad); las experiencias notables tienden a reproducirse (compulsión de repetición).
2º El aparato psíquico consta de tres instancias: el ello (conjunto de las pulsiones primarias, sometidas al principio de placer); el superyo (conjunto de prohibiciones morales interiorizadas), y el yo, cuya función consiste en resolverlos conflictos entre las pulsiones y las realidades exteriores, o entre el ello y la conciencia moral.
3º Cuando el yo consigue ajustar, de manera satisfactoria, el sujeto a su medio, o colmar sus necesidades, se producen desórdenes en la conducta: regresión, neurosis, trastornos psicosomáticos, delincuencia, etc., que pueden mejorar o curarse con el tratamiento psicoanalítico. Reservado, en un principio, a los adultos neuróticos, el tratamiento psicoanalítico se extendió progresivamente a los niños, a los delincuentes y a los esquizofrénicos.
Pero el psicoanálisis
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