Percepciones
Ramsioraj7 de Junio de 2015
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD DE FALCÓN
FACULTAD: CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
CÁTEDRA: LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
LA PERCEPCIÓN – SISTEMAS REPRESENTATIVOS
INTEGRANTES:
AREVALO, KALENA.
CHACÓN, ÁNGELA.
MORA, BARBARA.
RODRIGUEZ, YOARLIS.
ROSENDO, JAROISMAR.
La Percepción.
Es la capacidad de captar estímulos del medio, por medio de los sentidos: la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído; y de las sensaciones internas; y el cerebro es el que procesa esta información en función a nuestra forma de pensar, experiencias, intereses y preocupaciones; filtros que modifican la realidad y entorpecen y dificultan la comunicación.
La distinción entre percepción (sentidos) y sensaciones; es que la sensación sería la respuesta autónoma y aislada de cada uno de nuestros sentidos a su estimulación por el medio, respuesta que sería independiente de toda interpretación: así, por ejemplo, la sensación de un sonido, prescindiendo de que sea una voz humana o el murmullo de un arroyo. Sin embargo, es preciso tener presente que estas sensaciones “puras”, independientes de todo elemento interpretativo, no existen en la realidad, al menos en el individuo ya desarrollado psíquicamente. Lo que existe en la realidad, como fenómeno psíquico completo, es la percepción, que es el resultado de la interpretación de las impresiones sensibles por medio de una serie de estructuras psíquicas que no proceden ya de la estimulación del medio sino que pertenecen al sujeto. Las sensaciones entran en la percepción pero se encuentran en ellas inseparablemente unidas a los elementos interpretativos.
Para comprender bien esto, es preciso darse cuenta de que nuestros sentidos no son sólo mecanismos registradores de datos sino instrumentos de un ser vivo y consciente gracias a los cuales construye un mundo a la medida de sus necesidades. Lo que para el individuo tiene sentido no son los colores, formas o sonidos por sí mismos sino el color de una fruta comestible, el sonido de una voz amiga, etc. Las unidades de sentido para el individuo no son las sensaciones sino los objetos. Las sensaciones tienen la función de anunciar la presencia de estos objetos, son como señales. Pero, a diferencia de las señales normales, no se captan primero y después se interpretan sino que son a la vez captadas e interpretadas como señales de objeto. A este acto global de captación e interpretación lo llamamos PERCEPCIÓN. El hecho de que “percibir” se traduzca por “captar” y no por “recibir” es un indicador de que la percepción es un fenómeno activo y no pasivo.
Si la percepción fuese un mero registro de datos y estímulos, nuestro mundo sería un flujo continuo y sin unidad de formas, colores, sonidos, etc., y no el mundo sólido y permanente en el que vivimos.
Factores de la Percepción.
-Datos proporcionados por los sentidos: constituyen el material que tiene que ser interpretado. En el lenguaje técnico de la filosofía y la psicología, se les denomina ‘’datos sensoriales’’ o ‘’sensaciones puras’’.
-Disposiciones básicas de nuestra mente: son elementos configuradores que hacen que percibamos los datos sensibles según determinadas leyes o pautas, y que contribuyen a dar a los datos sensoriales una primera organización.
-Disposiciones adquiridas o esquemas anticipadores: ligado a la adquisición y uso del lenguaje, que introducen una nueva organización y sentido en nuestras percepciones.
-Resonancias Emotivas: cultura y experiencia, acompañada de percepciones de determinados objetos, según el papel que esos objetos han tenido en nuestra vida; por ejemplo: no perciben igual una imagen religiosa, el ateo militante y el cristiano convencido.
Los Sentidos.
Los sentidos, mediante sus órganos receptores, recogen información tanto del mundo que nos rodea como de nuestro propio cuerpo. Esta información comienza con un estímulo que recoge el órgano receptor correspondiente, lo transforma en un impulso nervioso y llega a la corteza cerebral que recibe estos impulsos y los integra dentro de la totalidad de la vida psíquica del individuo.
Los sentidos pueden dividirse en:
-Exteroceptores o Mundoceptores: nos ponen en contacto con la realidad física exterior.
-Somaceptores: informan al organismo de sus propios estados. Dentro de éstos podemos distinguir dos grupos:
- Propioceptores: éstos comprenden una serie de receptores situados en los músculos, articulaciones y oído interno; su misión es informarnos de la situación y movimiento de los miembros de nuestro cuerpo. Destacan entre ellos el sentido quinestésico (el movimiento) y el sentido estático (el equilibrio).
- Interoceptores: son los que comunican la llamada cenestesia o sensibilidad visceral, informando al sujeto de sus estados orgánicos (sensaciones de hambre, de sed, etc.).
Nuestro organismo se halla bombardeado por múltiples formas de energía y, sin embargo, de la mayor parte no tenemos noticia sensible, es decir, no la captamos. Sólo cuando estas energías son capaces de estimular los órganos de los sentidos, se convierten en efectivos estímulos, y el sujeto consciente puede captarlos. Todo el sistema sensorial humano capta sólo aquellas formas de energía que el organismo necesita para sobrevivir. Los sentidos reciben los estímulos que podemos llamar útiles.
La Percepción y la Atención.
Los estímulos que nos llegan del medio son múltiples y no es posible atender a todos. De todos los estímulos que inciden sobre nuestros sentidos, percibimos sólo algunos; somos conscientes de un número muy limitado de ellos. La percepción es también selectiva y esta selección se realiza por medio de la atención.
Según Pinillos, ‘’La atención es un proceso de focalización perceptiva que incrementa la conciencia clara y distinta de un núcleo central de estímulos en cuyo entorno quedan otros más difusamente percibidos’’.
Nuestra atención es limitada, normalmente no podemos atender más que a un número relativamente pequeño de objetos. Si estamos mirando algo nuestra capacidad de oír, por ejemplo, disminuye y viceversa. Y, a su vez, lo que estamos mirando acapara nuestra atención en detrimento de otros estímulos visuales que permanecen marginados, constituyendo una especie de fondo difuso sobre el que se recorta el objeto al que atendemos de verdad. Está claro que la percepción implica concentración; algunos defienden la capacidad humana de “atender” simultáneamente a dos tareas distintas pero se ha demostrado que cuando esto ocurre se debe a que no hay interferencias entre una y otra. La percepción auténtica ha de ser consciente, no es nunca una actividad mecánica.
Pues bien, nuestra atención se polariza en un conjunto determinado de estímulos por condicionamientos internos como pueden ser los intereses, las necesidades, las expectativas, (condicionamientos de nuestra atención que no dependen de los estímulos) y por condicionamientos externos que proceden de la misma estructura de los estímulos.
Caracteres de los estímulos que favorecen nuestra atención:
-La intensidad del estímulo: los colores, los objetos grandes, sonidos fuertes, reclaman nuestra atención.
-El contraste entre los estímulos: si entre un grupo de personas vestidas con colores tenues aparece alguien con un atuendo de colores brillantes, nuestra atención se polariza. En un grupo de gente de estatura normal, un gigante o un enano reclamarán nuestra atención.
-El tamaño de los estímulos: los objetos grandes captan nuestra atención con más probabilidad que los objetos pequeños.
-El cambio de los estímulos: entre objetos quietos, uno que se mueva será más atendido. En una habitación percibimos mejor cualquier pequeño cambio que se introduzca mientras que nos pasa desapercibida la estructura habitual.
-La repetición de los estímulos: la publicidad, por ejemplo, sigue en general este sistema: diversos mensajes –auditivos, visuales, etc.- se repiten en distintas ocasiones, se insertan en periódicos, TV, radio, carteles, hasta que llegan a la conciencia. No obstante, la repetición demasiado frecuente, provoca la adaptación y la habituación del sujeto y, por tanto, el decaimiento de la atención.
La Estructura de la Percepción.
Percibimos objetos, no cúmulos de sensaciones. Los objetos son siempre algo que tiene una cierta significación en nuestra vida: arboles, hombres, mesas, automóviles; los objetos sin significado se perciben peor o incluso pasan inadvertidos, a pesar de que envían estímulos a nuestro sistema receptor. Ellos se explica porque la percepción configura los estímulos, confiriéndoles una estructura y significación.
Como veíamos anteriormente, nuestra atención es focal, se centra en algo que se destaca del entorno y que es lo que para nosotros constituye el objeto. La percepción separa el campo perceptual en dos partes: una, en la que se centra nuestra atención, que es dominante y recibe el nombre de figura; y otra, más difusa, que recibe el nombre de fondo.
En nuestra percepción, no sólo distinguimos figura-fondo, sino que la figura,
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