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Primer Alumbramiento De La Sexualidad Infantil

zelma6013 de Enero de 2015

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Primer Alumbramiento de la Sexualidad Infantil Humana

INTRODUCCION

En el proceso del parto humano , el nacimiento representa la es expulsión del producto , en algunas culturas el inicio de la vida, y el alumbramiento como la fase final del parto en donde es expulsada la placenta , órgano vital durante la vida intrauterina. Representa la conexión con la madre y por lo tanto es quien nutre, y provee de todo lo necesario para el crecimiento y desarrollo del nonato.

El alumbramiento de la sexualidad infantil Humana, como metáfora del siguiente trabajo, considera, que si bien el nacimiento y reconocimiento de la existencia de la teoría sexual tenía antecedentes importantes en el discurso teórico, es con la teoría sobre la sexualidad infantil de Freud, como un parangón de la placenta, Donde esta aportación viene a nutrir, estructurar y por lo tanto alumbrar la existencia de la sexualidad infantil.

En este caso la publicación de “ Tres Ensayos Sobre Sexualidad “ por Segismund Freud en su primera edición en 1905, reveló al mundo la existencia de la sexualidad en la infancia, fue sin duda uno de las mas importantes aportaciones que revolucionaron y provocaron controversia, rechazo y dudas a la humanidad con respecto a la teoría psicoanalítica, que fue nutrida para su crecimiento y desarrollo por el alumbramiento de la sexualidad en la infancia, y que aun ahora en pleno siglo veintiuno, fuera de este ámbito y en las diferentes teorías psicológicas es barnizado o negado en sus prácticas clínicas y teóricas.

ANTECEDENTES

No siendo el tema del todo original ya que con anterioridad ya algunos enfoques de orientación medica habían tocado temas sexuales como Henry Havelock Ellis médico británico sexólogo quien hubo discutido en su obra («Inversión Sexual» 1897) la homosexualidad y la abordo no considerándola como una enfermedad, ni inmoral o delictiva .Freud citó y elogió su trabajo, Richard von Krafft-Ebing psiquiatra alemán en su obra (Psychopathia Sexualis 1886,) hizo referencia de desviaciones sexuales para ser tomadas en cuenta en el área médico-forense,. Aunque estos fueron acogidos sin mayor ruido por tratarse de patologias inherentes a unos cuantos y con enfoque estrictamente medico.

Los tres ensayos sobre sexualidad, como gran parte de la teoría psicoanalítica freudiana, fueron desarrollándose así mismos y acompañaron en su evolución al psicoanálisis hasta sus últimas publicaciones, representando uno de los mas importantes pilares en donde descansa el psicoanálisis actualmente. Fue publicado y revisado por su autor seis veces en las cuales fue añadiendo, ampliando, y enmendando en cada una de ellas hasta la edición de 1924.

En un trabajo posterior “La Organización Genital Infantil “(1923) Freud escribió “Los lectores de mis Tres ensayos para una teoría de la sexualidad se darán cuenta que nunca he realizado ninguna remodelación a fondo de esa obra en sus últimas ediciones, que conservan la disposición original y se han mantenido al corriente de los avances en nuestro conocimiento por medio de interpolaciones y alteraciones en el texto” (Una interpolación en la teoría de la sexualidad).

“indagar de qué manera las perspectivas que introduce Freud en Tres

Ensayos para una teoría sexual, para pensar a la perversión, se ven

afectadas por las modificaciones que va realizando a lo largo de su obra”

consideramos importante señalar que éste se fundaba en la distinción de

dos perspectivas. Una concebía la neurosis como el negativo de la

perversión; la otra no las consideraba categorías excluyentes sino que la

diferencia sólo estaba dada por una cuestión de grado, quedando lo

patológico de la perversión caracterizado por la exclusividad y la fijación. falla en el funcionamiento de los

diques anímicos o de un déficit en el principio de realidad que no logra

demorar la urgencia de una pulsión, para apropiarse de un objeto más apto.

Para responder a este objetivo

general y también al cuarto de los objetivos particulares “Qué relación

establece Freud entre la perversión y el mecanismo de la represión”, nos

parece productivo interrogar sobre qué hace recaer Freud el mecanismo de

la represión haciendo que la neurosis aparezca como el negativo de la

perversión. Dicho interrogante señalará el camino para responder a ambos

objetivos. En algunos puntos de “Tres ensayos para una teoría sexual”

(1905) el mecanismo recae sobre una pulsión parcial (oral, anal, escópica,

sádica). La perversión, caracterizada por la ausencia de éste, podía

entenderse como una exteriorización directa de lo pulsional. En otros puntos,

Freud lo hace recaer ya sobre una fantasía y la perversión, también

caracterizada por la ausencia del mecanismo de la represión, podía

describirse como una aberración sexual que pone en acción aquellas

fantasías que permanecen inconscientes en los neuróticos. Es en “Pegan a

un niño” (1919) donde Freud da un paso más al postular que a una fantasía

perversa de carácter sádico subyace una represión, apareciendo esta

fantasía como sustituto de otra, incestuosa, de carácter masoquista.

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Esto se vincula con el quinto de los

objetivos “Rastrear si existen, entre las llamadas perversiones, mecanismos

psíquicos comunes que permitan englobarlas bajo esta categoría y que a su

vez permitan diferenciarla de la neurosis”. A partir de “Pegan a un niño”

(1919) neurosis y perversión se emparentan, al ser la represión y el complejo

de Edipo inherentes a ambas. Quizás un elemento diferencial pueda llegar a

ser el grado de desfiguración que deba alcanzar el sustituto de la fantasía

incestuosa para ser tolerado por el yo, retomando la perspectiva de las 22°

y 23° Conferencias. Entendemos que el mecanismo que puede llevar a

establecer una diferencia relevante no es ya la represión sino la regresión,

ya que, como explicó Freud en “Pegan a un niño” (1919), es la que

transforma las constelaciones en lo inconsciente, modifica aquella fantasía

inconsciente que va a tener eficacia en el sujeto determinando algo de su

posición. Dado que la represión es inherente tanto a la neurosis como a la

perversión, podría hipotetizarse que hay deterioro tanto en la sexualidad

neurótica como en la perversa, por lo que esta noción no constituiría una

vía apropiada para pensar una diferencia entre ambas.

No encontramos un mecanismo

psíquico propio y común a todas las perversiones, solo la renegación en el

fetichismo, aunque este no reemplaza a la represión y Freud no lo hace

exclusivo de dicha aberración sexual, sino que lo extiende también al

vivenciar infantil y a la neurosis. Un punto presente en todas las

perversiones es la exclusividad, la posibilidad de gozar sólo de una manera.

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Si bien este rasgo puede explicarse a partir de la eficacia de una fantasía

inconsciente que enmarca el deseo en ciertas condiciones irremplazables,

hay que considerar el factor de adhesividad o viscosidad, al cual Freud le

asigna un carácter congénito, que contrarresta la plasticidad de la libido y así

también otras posibilidades de goce.

Esto alude al primero de nuestros

objetivos particulares “investigar los factores que determinan la exclusividad

y fijación de la libido en las perversiones”. Freud no solo asigna un carácter

congénito a esta viscosidad de la pulsión sino también a su factor

cuantitativo, este factor constitucional junto al factor accidental constituyen

una serie que acompaña a Freud desde sus primeras teorizaciones.

El tercero de nuestros objetivos

particulares proponía “indagar cómo piensa Freud la perversión a partir de la

formulación de las series complementarias”. En los primeros trabajos Freud

entendía que la perversión se producía por un refuerzo constitucional de la

pulsión sexual y por la existencia de una seducción de carácter real. Luego

cuando avanza y da a la realidad psíquica una importancia prioritaria, este

factor accidental pasa a ser concebido de modo diferente. En la 23°

Conferencia propone una serie complementaria compuesta por lo

constitucional y el vivenciar infantil, en el que queda incluida la conflictiva

edípica, y en “Pegan a un niño” (1919) puede observarse cómo Freud hace

intervenir esta serie al postular que un componente prematuro de carácter

sádico es acogido de la trama y las vicisitudes del complejo de Edipo.

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Respecto al segundo de los objetivos

“explorar de qué modo las modificaciones en el concepto de pulsión influyen

en el modo de teorizar la perversión” consideramos que es importante

esencialmente para pensar el par de opuesto sadismo-masoquismo. En

“Más allá del principio del Placer” (1920) quedan introducidas cuestiones

esenciales que luego son retomadas en “El problema económico del

masoquismo” (1924). Por un lado, Freud no entiende ya a la pulsión sádica

como un componente de la libido sino fundamentalmente como expresión de

la pulsión de muerte. Decimos

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