Problemas en el desarrollo infantil
Enviado por Renata Almeida • 21 de Junio de 2016 • Ensayo • 3.142 Palabras (13 Páginas) • 409 Visitas
FACULTAD DE PSICOLOGIA[pic 1][pic 2]
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Clínica de la discapacidad y problemas en el desarrollo infantil.
Parcial domiciliario.
Alumna: Almeida, Renata
DNI: 34.765.726
E-mail: reni_almeida@hotmail.com
Comisión: 1
1er Cuatrimestre del 2015
1) Explique los alcances y límites del diagnóstico diferencial de posición subjetiva en la infancia y su importancia en la dirección de la cura de los problemas del desarrollo infantil. Ubique y desarrolle cuales serían las diferencias entre Autismo y Psicosis en la infancia según los autores y textos trabajados en la cátedra.
El establecimiento de un real orgánico es un primer paso en la cura, el siguiente es el establecimiento de una hipótesis de diagnóstico diferencial acerca de cuál es la posición subjetiva de ese niño en relación al deseo, cuáles son los significantes que lo representan como sujeto en el discurso parental.
Aquí hay una primera línea diferencial que es necesario establecer a la hora de elaborar una hipótesis, que es la pregunta por si el cuerpo de ese niño está enlazado al falo, esta significado fálicamente o esta caído del falo; esto va a hacer que la constitución de las operatorias primarias fundamentales del aparato psíquico vayan hacia una dirección o hacia otra, si el niño ha sido enlazado por la significación fálica, y entonces es un significante fálico, un significante deseante, a que sea la insignificancia fálica la que lo esté tomando, o lo haya dejado suelto. No es lo mismo a la hora del establecimiento de un diagnóstico diferencial si el discurso parental está organizado alrededor de lo real orgánico como aquello que representa a ese niño de una manera absoluta y masiva, a si esto ocupa un lugar parcial.
Toda hipótesis implica un atravesamiento del discurso médico y del discurso psicoanalítico, importa escuchar los efectos que producen en los padres esos significantes que el medico pronuncia, qué significaciones abren los mismos, ya que aquí se produce la singularidad del diagnóstico porque no a todos el diagnóstico orgánico hace holofrase, no quiere decir lo mismo para todos, todo lo contrario.
Nos vamos a posicionar en la dirección de la cura suponiendo la hipótesis de diagnóstico diferencial desde un primer tiempo: supuesto a corroborar en la clínica a partir de intervenciones.
En la infancia, sobre todo si se trata de la psicosis, es posible equivocar esta hipótesis porque se está interviniendo en el tiempo en donde aún la posición del sujeto respecto a los significantes primordiales no está definitivamente afirmada. Se trabajará en la clínica con niños para equivocar esta hipótesis, no para confirmarla, si la intervención es eficaz, comienzan a transportarse al juego significantes a ser incorporados, significantes que buscan significar y ponerle nombre a lo imposible, entonces la posición del niño puede cambiar.
Situaremos principalmente al autismo no como una forma de psicosis, sino como otra posición en relación al significante primordial.
Hay distintas vías de entrada y salida para el autismo y la psicosis en la infancia, donde la posición subjetiva aún no está “anudada”. El diagnóstico diferencial nos lleva a situar la cuestión del Otro y a preguntarnos acerca de cómo lo real orgánico influye en la entrada a la psicosis y al autismo; lo real orgánico a saber, le imprime una resistencia a la entrada del significante, esto dependerá de la configuración deseante del Otro, del lugar al que el niño ha sido convocado por el Otro.
Norma Bruner en “El juego en los límites” ubica al Otro como constitutivo del sujeto del inconsciente y señala cómo en el caso del niño autista, “se produce una alteración tan profunda que los encuentros con el Otro son situados como disyuntos; se trata de un desencuentro radical con el Otro cuya consecuencia es la omisión de todo posible reconocimiento del sujeto” (pág. 92).
Para comenzar quisiera señalar que para Lacan tanto en la neurosis como en la psicosis el objeto se va a perder originariamente por el hecho de hablar: el significante lo mata. Sucede que en la neurosis (donde el Nombre del Padre no es forcluido), esa pérdida inicial de objeto va a ser inscripta simbólicamente ya que por su operación metafórica, el Nombre del Padre redobla en la neurosis la pérdida, y la inscribe en términos fálicos permitiendo que el deseo del neurótico encuentre su razón en el falo y se normalice.
Por otro lado en la psicosis como el Nombre del Padre ha sido forcluido, la pérdida original de objeto no puede ser redoblada simbólicamente y esto dificulta la normalización de la función del deseo.
“Si la perdida original no se redobla, inscribiéndose simbólicamente y fálicamente, entonces el agujero de lo simbólico retornara en lo real, no se sabe que se perdió por no inscripción fálica y así se abre la puerta a la psicosis (forclusión del sgte del nombre del padre) o se abre la puerta de entrada al autismo (verwerfung del significante en su conjunto y en cuanto tal)”…“Planteamos que en el autismo la pérdida real originaria del objeto no es redoblada simbólicamente y por ende no resulta inscripta como tal.” (Duelos en juego, pág. 72).
Yankelevich en “La función materna” hará una diferenciación entre las psicosis infantiles donde el niño es recibido como puro objeto, y entonces la marca fálica es inscriptible, pero difícilmente; y el autismo llamado primario, donde el niño al aparecer como falo radiante, no puede ser marcado por la madre, fracasa el Nombre del Padre en su carácter doble: aquí es puro goce.
Norma Bruner dirá que en la psicosis, el significante del Nombre del Padre no ha sido admitido e inscripto simbólicamente y lo que sucede con el autismo es una relación de “exclusión, de verwerfung del significante en cuanto tal y en un sentido radical” (Duelos en juego pág. 230).
En el autismo, a todo significante se lo mantiene no-encadenado, se trataría de sostener una relación activa de exclusión y desconexión primordial al conjunto de los significantes y su función. Esta desconexión la ubicamos como causa y consecuencia de un “rechazo activo al campo del Otro y de la entrada del campo del Otro en su cuerpo, exclusión que lo arroja al lugar fijo del muerto (objeto a), actuando masivamente lo contrario de la identificación.” (Jerusalinsky, Duelos en juego, pág. 80)
A partir de la lectura de “La melancolía en la infancia” se denomina a esta posición del niño y su cuerpo con relación al Otro que puede constituir la puerta de entrada al autismo o la psicosis, como “posición melancólica”. Y se considera a la “insignificancia” para dar cuenta del mecanismo estructural de formación de la melancolía en la infancia, su operatoria y su posible salida. En esta posición melancólica, “el niño y su cuerpo como objeto a, no ha sido enlazado fálicamente al campo del Otro y al no inscribirse el significante que dé cuenta simbólicamente de la perdida originaria y primordial ésta ha sido inscripta como rechazada de lo simbólico y retorna en lo real.” (Duelos en juego pág. 232). En esta posición se dará una identificación absoluta y masiva del niño y su cuerpo “al objeto rechazado”.
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