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Psicología Y Educación


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2014  •  1.477 Palabras (6 Páginas)  •  327 Visitas

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Psicología y Educación

La relación entre la psicología y la educación se comenzó a cubrir, en un primer momento, traspasando los procesos de aprendizaje animal al comportamiento humano; después, con los estudios sobre el desarrollo vinculados al aprendizaje y, en los últimos años, implicándose más directamente en problemas prácticos como las decisiones relativas a los objetivos de la educación, la elaboración del currículo o la mejora de los métodos de enseñanza (Cole y Wakai, citados por Coll, 1991).

La visión histórica del aprendizaje como preocupación de la psicología viene marcada, en primer lugar, por su orientación biológica. Así, aprender es una cualidad evolutiva vinculada al desarrollo de los individuos y derivada de su necesidad de adaptación al medio (físico y cultural).

Ningún otro ser vivo depende tanto del aprendizaje y del grupo para poder desarrollar su potencial evolutivo. A su vez, el grupo (clan, comunidad, sociedad) necesita garantizar su supervivencia a través de la perpetuación y ampliación de sus construcciones culturales y científicas y de sus desarrollos técnicos. De esta forma, fomentar y controlar el aprendizaje y facilitar la enseñanza son elementos inseparables de un mismo fenómeno.

La explicación de cómo se realiza este proceso ya no sólo en el ámbito de lo que podríamos denominar el desarrollo natural, sino en el de la búsqueda de cómo producir una mejor adaptación a través de la información que se organiza en la enseñanza formal, ha sido una preocupación constante de todas las tendencias y escuelas psicológicas.

Pavlov, Thordink, Skinner, forman parte de una corriente que hoy se presenta con nuevos ideas, pero que sigue presente entre quienes creen que para aprender hay que desmenuzar el conocimiento en partes, adaptarlas a una secuencia y plasmarlas en materiales y acciones que retuercen lo que se trata de enseñar. Todo ello en un ambiente motivador en el que el estímulo, la recompensa, la presión medida sobre el alumno, contribuyan a que aprenda lo que se le pretende enseñar.

El pensamiento que guiaba los planteamientos conductivos de Skinner siguen estando presentes en la educación, con nuevos nombres y bajo nuevos enfoques. Ahora el prisma de la teoría del procesamiento de la información y la idea de mente como ordenador son los que iluminan muchas concepciones sobre el aprendizaje; la planificación de la enseñanza y el aprendizaje a partir de una secuencia de tareas de entrenamiento está presente en algunos programas de estrategias de aprendizaje; la autocorrección de cada estudiante se cubre de una capa de metacognición; el aprendizaje programado diseñado por un experto se transforma en la secuencia instruccional de la teoría de la elaboración. Eso sí, todo con una nueva mirada: la conducta como respuesta a un estímulo ya no es el foco de interés. Ahora lo es el proceso interno de la mente reflejado no en acciones, sino en elementos discursivos y plasmado en el lenguaje ordenado y estructurado de las secuencias de programación.

Sin embargo, estos enfoques (los de antes y los de ahora) tienden a considerar al estudiante como un mero ejecutor de lo programado por el profesorado o el especialista, no tienen en cuenta las conductas y los aprendizajes divergentes o relacionales; tienden a centrarse en la acumulación y procesamiento de información y no en su interpretación, a fomentar comportamientos y respuestas homogeneizadoras.

Los nombres de la Escuela Nueva, a los que hay que añadir personajes tan dispares como Dewey (Cómo pensamos), Bruner (Hacia una Teoría de la Instrucción, donde se recoge su proyecto sobre «El Hombre») y, sin ser psicólogo, Freinet, han configurado por vías diferentes una visión sobre el aprendizaje y la enseñanza en la que subyace la idea de que ésta ha de basarse en la acción, en la solución de problemas cotidianos y en la creencia de que el niño y la niña aprenden aquello que descubren por sí mismos, aquello que han de investigar. El método inductivo, apoyado en la acción y dirigido hacia el mundo próximo, es la base de la construcción del conocimiento y de la realidad de esta visión sobre

el aprendizaje.

Supone una visión del aprendizaje que es útil para el alumnado en los primeros años de escolaridad, pero resulta poco provechosa para que los estudiantes que ya dominan unos procedimientos y una serie de conceptos básicos puedan elaborar por sí mismos los contenidos de una materia.

Además, si todo lo que tiene valor como aprendizaje ha de ser descubierto por el individuo, esto significa que no se tiene en cuenta que el conocimiento procede de forma interrelacionada y requiere tener informaciones previas que en su momento puedenser utilizadas por el alumnado. Pero, estos comentarios no impiden

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