Que Es Inteligencia Emocional
Enviado por skarduki • 2 de Febrero de 2015 • 1.386 Palabras (6 Páginas) • 331 Visitas
Introducción
El concepto de Inteligencia Emocional ha llegado a prácticamente todos los rincones de
nuestro planeta, en forma de tiras cómicas, programas educativos, juguetes que dicen
contribuir a su desarrollo o anuncios clasificados de personas que afirman buscarla en sus
parejas. Incluso la UNESCO puso en marcha una iniciativa mundial en 2002, y remitió a
los ministros de educación de 140 países una declaración con los 10 principios básicos
imprescindibles para poner en marcha programas de aprendizaje social y emocional.
El mundo empresarial no ha sido ajeno a esta tendencia y ha encontrado en la inteligencia
emocional una herramienta inestimable para comprender la productividad laboral de las
personas, el éxito de las empresas, los requerimientos del liderazgo y hasta la prevención de
los desastres corporativos. No en vano, la Harvard Business Review ha llegado a calificar a
la inteligencia emocional como un concepto revolucionario, una noción arrolladora, una
de las ideas más influyentes de la década en el mundo empresarial. Revelando de forma
esclarecedora el valor subestimado de la misma, la directora de investigación de un head
hunter ha puesto de relieve que los CEO son contratados por su capacidad intelectual y su
experiencia comercial y despedidos por su falta de inteligencia emocional.
Sorprendido ante el efecto devastador de los arrebatos emocionales y consciente, al mismo
tiempo, de que los tests de coeficiente intelectual no arrojaban excesiva luz sobre el
desempeño de una persona en sus actividades académicas, profesionales o personales,
Daniel Goleman ha intentado desentrañar qué factores determinan las marcadas diferencias
que existen, por ejemplo, entre un trabajador “estrella” y cualquier otro ubicado en un
punto medio, o entre un psicópata asocial y un líder carismático.
Su tesis defiende que, con mucha frecuencia, la diferencia radica en ese conjunto de
habilidades que ha llamado “inteligencia emocional”, entre las que destacan el autocontrol,
el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Si
bien una parte de estas habilidades pueden venir configuradas en nuestro equipaje genético,
y otras tantas se moldean durante los primeros años de vida, la evidencia respaldada por
abundantes investigaciones demuestra que las habilidades emocionales son susceptibles de
aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida, si para ello se utilizan los métodos
adecuados.
Las emociones en el cerebro
El diseño biológico que rige nuestro espectro emocional no lleva cinco ni cincuenta
generaciones evolucionando; se trata de un sistema que está presente en nosotros desde
hace más de cincuenta mil generaciones y que ha contribuido, con demostrado éxito, a
nuestra supervivencia como especie. Por ello, no hay que sorprenderse si en muchas
ocasiones, frente a los complejos retos que nos presenta el mundo contemporáneo,
respondamos instintivamente con recursos emocionales adaptados a las necesidades del
Pleistoceno.
En esencia, toda emoción constituye un impulso que nos moviliza a la acción. La propia
raíz etimológica de la palabra da cuenta de ello, pues el latín movere significa moverse y el
prefijo e denota un objetivo. La emoción, entonces, desde el plano semántico, significa
“movimiento hacia”, y basta con observar a los animales o a los niños pequeños para
encontrar la forma en que las emociones los dirigen hacia una acción determinada, que
puede ser huir, chillar o recogerse sobre sí mismos. Cada uno de nosotros viene equipado
con unos programas de reacción automática o una serie de predisposiciones biológicas a la
acción. Sin embargo, nuestras experiencias vitales y el medio en el cual nos haya tocado
vivir irán moldeando con los años ese equipaje genético para definir nuestras respuestas y
manifestaciones ante los estímulos emocionales que encontramos.
Un par de décadas atrás, la ciencia psicológica sabía muy poco, si es que algo sabía, sobre
los mecanismos de la emoción. Pero recientemente, y con ayuda de nuevos medios
tecnológicos, se ha ido esclareciendo por vez primera el misterioso y oscuro panorama de
aquello que sucede en nuestro organismo mientras pensamos, sentimos, imaginamos o
soñamos. Gracias al escáner cerebral se ha podido ir desvelando el funcionamiento de
nuestros cerebros y, de esta manera, la ciencia cuenta con una poderosa herramienta para
hablar de los enigmas del corazón e intentar dar razón de los aspectos más irracionales del
psiquismo.
Alrededor del tallo encefálico, que constituye la región más primitiva de nuestro cerebro y
que regula las funciones básicas como la respiración o el metabolismo, se fue configurando
el sistema límbico, que aporta las emociones al repertorio de respuestas cerebrales. Gracias
a éste, nuestros primeros ancestros pudieron ir ajustando sus acciones para adaptarse a las
exigencias
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