RESISTENCIA AL CAMBIO
Enviado por neto25203 • 12 de Marzo de 2014 • 1.205 Palabras (5 Páginas) • 344 Visitas
LA TESTARUDEZ DE LA MENTE
Y LA RESISTENCIA AL CAMBIO
La mente humana es perezosa. Se autoperpetúa a si misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al autoengaño l'2'i. En cierto sentido, creamos el mundo y nos encerramos en él. Vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada.
Buda decía que la mente es como un chimpancé hambriento en una selva repleta de reflejos condicionados. Tu mente, al igual que la mía, es hiperactiva, inquieta, astuta, contradictoria.
La mente no es un sistema de procesamiento de la información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos computadores; nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción y expectativas de todo tipo.
La mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier costo, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda irracionalidad.
Carlos, un joven de 17 años, cree que su cara se parece a una vejiga porque, según él, el cuello es demasiado ancho respecto de la cabeza. Carlos no está loco ni sufre de daño neurológico alguno, sin embargo, se detesta y se ve monstruoso cada vez que mira su imagen en el espejo. Cuando se le midió la proporción cabeza-cuello para "demostrarle" que estaba dentro de los parámetros normales, rechazó enfaticarnente el procedimiento. Dijo que las estadísticas estaban equivocadas y que el terapeuta pretendía engañarlo para evitarle el sufrimiento. Carlos padece un trastorno dismorfia corporal, cuya característica es una distorsión de la autoimagen expresada como: "Preocupación por algún defecto imaginado o exage rado del aspecto físico"4. De más está decir que Carlos no tiene ningún defecto tísico.
En estos casos, el error en la percepción de la imagen corporal es evidente para todos, menos para quien padece el trastorno, que se empeña en defender su punto de vista aun a sabiendas de que tal creencia le está destruyendo la vida.
La pregunta que surge es obvia: ¿Por qué en determinadas situaciones continuamos defendiendo actitudes negativas y; autodestructivas a pesar de la evidencia en contra? ¿Por qué permanecemos atados a la irracionalidad pudiendo salimos de ella? Anthony de Mello decía que los humanos actuamos \ como si viviéramos en una piscina llena de mierda hasta el i cuello y nuestra preocupación principal se redujera a que na-i die levantara olas. Nos resignamos a vivir así, limitados, atrapados, infelices y relativamente satisfechos, porque al menos j mantenemos los excrementos en un nivel aceptable. Confor- j mismo puro. La revolución psicológica verdadera sería salir-;| nos de la piscina, pero algo nos lo impide, como si estuviera-! mos anclados en un banco de arena movediza que nos chupa? lentamente. El pensamiento que nos prohibe ser atrevidos y I explorar el mundo con libertad está enquistado en nuestra!
•4 base de datos:"Mas vale malo conocido que bueno por cono-l
cer". La piscina.
La mayoría de las personas mostramos una alta resistencia!
al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido, puesto] que lo nuevo suele generar incomodidad y estrés. Cambiar] implica pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitable-* fíjente el sistema se desorganice para volver a organizarse luego asumiendo otra estructura.Todo cambio es incómodo, como cuando queremos reemplazar unos zapatos viejos por unos
nuevos.Teilhard de Chardin5 consideraba que todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento. El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza. Crecer duele y asusta.
La novedad produce dos emociones encontradas: miedo y curiosidad.
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