SEXUALIDAD EN PSICOANALISIS
8 de Octubre de 2014
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Sexualidad en Psicoanálisis – Concepto de Pulsión.
Reseña curricular: Lic. en Psicología (U.B.A). Psic
oanalista. Docente de las Asignaturas “Psicología”
y “Métodos y
Técnicas de la investigación científica I y II” en
UAJFK. Docente de “Clínica de Adultos” Cátedra I en
UBA.
Maestrando en Psicoanálisis UAJFK. Contacto: paulas
oledad@hotmail.com
Para hablar de sexualidad en Psicoanálisis, es nece
sario comprender la época histórica de su
conceptualización. La sociedad del 1900 tenía una v
isión particular de la sexualidad, que Freud
va a subvertir desde la postulación del concepto de
pulsión.
En principio y contra todo principio naturalista, F
reud va a decir que la sexualidad es algo
constitutivo de la historia de cada sujeto y de las
vicisitudes del Complejo de Edipo. ¿Qué
quiere decir esto?
En primer lugar, que la anatomía sexual que cada un
o porta en tanto seres humanos, no define
nuestra sexualidad. Esto es lo mismo que plantear q
ue no es una cuestión necesaria que por
ser del sexo femenino elegiremos sujetos del sexo m
asculino y viceversa.
Freud, en “Tres ensayos de teoría sexual” (texto es
crito en 1905), plantea lo que él llama
“aberraciones sexuales” como aquellas desviaciones
que se producen en las elecciones de
objeto (volveremos sobre esta cuestión más adelante
), es decir aquellos sujetos “invertidos”
son quienes no eligen a una mujer por ser hombres n
i a un hombre si son mujeres.
Pero también Freud va a plantear que la elección se
xual, es decir, asumir una posición sexuada
y poder elegir a otro sujeto, depende de lo que hay
a ocurrido en el Complejo de Edipo,
podemos decir, referido a la relación con los proge
nitores, y sus vicisitudes.
Para plantear el concepto de pulsión, concepto cent
ral en su teoría de la sexualidad, Freud
investiga sobre la concepción de su época. En este
momento histórico la sexualidad era
circunscripta exclusivamente a la genitalidad, es d
ecir a la unión de los genitales en el coito. A
su vez, se decía que la misma tenía el fin de la re
producción exclusivamente, que el objeto (a
través de lo cual se consigue el fin) es el sexo op
uesto, y su comienzo se puede localizar en la
pubertad.
Ahora bien, Freud va a decir que este concepto impe
rante en su época no es una definición
científica, sino que es un concepto moral, vulgar,
que no alcanza para definir correctamente lo
que ocurre en la sexualidad humana. Recordemos que
Freud escribió “Tres ensayos de teoría
sexual” en donde observa estas llamadas “desviacion
es de la meta sexual”, es decir, que no
siempre se alcanza la satisfacción a través del sex
o opuesto, incluso el sujeto puede prescindir
de otro para obtener la satisfacción.
Lo que Freud observa a partir del tratamiento de su
s pacientes (en su mayoría histéricas) es
que hay algo de la sexualidad en juego. En principi
o es un enigma para él, y esto lo llevará a
indagar sobre la cuestión de la sexualidad en el se
r humano, un ser atravesado por el lenguaje
y la cultura, y que por tal motivo ha perdido toda
“naturalidad”.
Primero va a decir que la sexualidad es más amplia
que la genitalidad, dado que se pueden
observar muchas manifestaciones en donde está en ju
ego el placer sexual y no se incluye el
acto sexual en sí mismo.
En segundo lugar nos dirá que no existe, para el se
r que habla, un objeto predeterminado para
nuestra satisfacción sexual. Así lo observa en los
fetichistas, por ejemplo, que prescinden
completamente de otro para alcanzar la satisfacción
. Basta con un zapatito o cualquier objeto
que cause el deseo para obtener el fin de la sexual
idad. Freud observa que cada sujeto realiza
una “elección de objeto” para alcanzar la satisfacc
ión, y que no siempre (como dijimos
anteriormente) deberá ser el sexo opuesto.
Por otro lado plantea que el fin de la sexualidad n
o es únicamente la reproducción, cuestión
que sí se observa en los animales, que poseen ciclo
s de apareamiento. Para Freud el fin de la
sexualidad es la satisfacción. Veremos qué quiere d
ecir esto a partir de su texto “Pulsiones y
destinos de pulsión” (escrito en 1915).
Y finalmente ¿por qué no? una de sus postulaciones
más revolucionarias para su época: la
sexualidad no comienza en la pubertad, sino en el n
acimiento. Decimos que es una de las ideas
más revolucionarias si nos situamos en la época Vic
toriana, en donde plantear la sexualidad
infantil le ha traído grandes problemas a este auto
r.
Freud concluye entonces que la concepción de la sex
ualidad de su época no alcanza para
definir lo que efectivamente ocurre con la sexualid
ad humana, por lo que reservará la misma al
concepto de “instinto” (instinkt), que es aquel com
portamiento animal fijado por los esquemas
filogenéticos hereditarios y planteará su “concepci
ón psicoanalítica” a partir del concepto de
“pulsión” (trieb).
Concepto de Pulsión.
Para definir este concepto, tomaremos dos referenci
as de Freud que pertenecen a dos
momentos diferentes en su obra: la primera es “Tres
ensayos para una teoría sexual” (1905) y
la segunda es “Pulsiones y destinos de pulsión” (19
15).
En “Tres ensayos...” Freud define a la pulsión como “
la agencia representante (representación)
psíquica de una fuente de estímulos intrasomática e
n continuo fluir”(p153).
¿Qué podemos decir de esto? En primer lugar, que la
coloca en relación con lo psíquico y lo
corporal, así la pulsión es la representación psíqu
ica de una fuente de excitación que proviene
del propio cuerpo (zonas erógenas).
Freud aquí está hablando de una cierta transformaci
ón de la energía somática en energía
psíquica. En este texto plantea que la “fuente” de
la pulsión es “un proceso excitador en el
interior de un órgano, y su meta inmediata consiste
en cancelar ese estímulo de órgano”
(p153).
Cuando plantea que fluye de manera continua, nos es
tá queriendo decir que la pulsión insiste
para su satisfacción, es una exigencia permanente d
e la que no podemos huir. Esto nos hablará
luego sobre la cuestión del “Empuje” o “Perentoried
ad” de la pulsión: la pulsión es perentoria,
es apremiante, plantea una imposibilidad de aplazam
iento.
En 1915 Freud escribe “Pulsiones y destinos...”, real
izando un segundo intento de
conceptualización: “un concepto (...) del cual en psi
cología no podemos prescindir, es el de
pulsión. Intentemos llenarlo de contenido desde div
ersos lados” (p113).
Precisamente esto es lo que hará Freud con su “oscu
ro concepto”, nos dará definiciones desde
la fisiología y desde lo psicológico.
Como primer definición desde la biología, equipara
a la pulsión con un estímulo para lo
psíquico, pero lo descarta porque el estímulo se da
de un solo golpe y es una fuerza de choque
momentánea. Nosotros del mundo exterior podemos hui
r, sin embargo la pulsión no cesa, no
podemos huir de ella: la fuerza pulsional persiste
por ser una fuerza constante.
A esta “necesidad” (así llama al estímulo pulsional
) únicamente la cancela la “satisfacción”,
que es la supresión de la excitación que se origina
en la fuente, es decir, en la zona erógena.
Esto es lo que Freud llamará “la esencia de la puls
ión”: que provenga de fuentes de estímulo
que se originan en el interior del organismo y su i
ncoercibilidad, es decir que no podamos huir
de este estímulo por más que empleemos los recursos
que tengamos a nuestra disposición. La
pulsión exige la satisfacción.
Desde la consideración de la vida psíquica, Freud n
os da la siguiente definición (1996):
“la “pulsión” nos aparece como un concepto fronter
izo entre lo anímico y lo
somático, como un representante psíquico de los est
ímulos que provienen del
interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una me
dida de la exigencia de trabajo
que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su t
rabazón con lo corporal”
(p117).
Trataremos entonces de explicar qué nos quiere deci
r Freud en esta definición.
En primer lugar, que nos diga que es un concepto lí
mite, fronterizo, entre lo psíquico y lo
somático, quiere decir que se encuentra “entre” amb
os.
La pulsión es un concepto que estará “entre” lo psí
quico y lo
...