TELEVISIÓN Y JUEGO INFANTIL. UN ENCUENTRO CERCANO
Enviado por dianizcr7 • 22 de Octubre de 2015 • Ensayo • 4.835 Palabras (20 Páginas) • 68 Visitas
TELEVISIÓN Y JUEGO INFANTIL.
UN ENCUENTRO CERCANO.
Sarah Corona Berkin.
Definición del problema.
La relación entre la televisión y el niño no es mecánica ni es instrumental, es de apropiación, o “comunicación” en el sentido que Héctor Schmucler precisa: “La razón tecnocrática, meramente instrumental, encuentra su negación en la versión ontológica-moral de la comunicación, consagrada desde sus orígenes: comunicar es comulgar. Más allá de su connotación religiosa, la acción comunicativa es un hecho ético, es decir político, no instrumental”. El niño pensamos “comulga” no “reacciona”, con los personajes que aparecen a diario en la pantalla de su televisión.
En este trabajo buscamos apartarnos de la visión mecánica del proceso comunicativo, del polo emisor como único elemento activo, de la tecnología como mediadora neutra y de los efectos como un momento separado del resto.
Creemos percibir un imaginario que se opone a la homogenización cultural que ambicionan unos y temen otros. Un imaginario que aumenta las posibles lecturas y abre puertas a lo inesperado, contra los supuestos efectos únicos.
Partimos del niño y de sus condiciones de existencia que van a participar en la apropiación que haga de lo que le ofrece la televisión.
La significación no la vemos en la inmanencia, sino en lo que el niño (según su situación) hace o deshace con la lógica del producto cultural que se le ofrece.
Así optamos por ver la apropiación de los mensajes de la televisión que nos permite acercarnos a la relación entre el receptor y la televisión reconociendo la actividad del primero, así como algunas características de los mensajes.
Llegando a proponer la relación de la televisión con el niño como de una “doble apropiación”.
La televisión toma en cuenta la competencia del niño apropiándose de sus sentimientos, capacidades y gustos para elaborar un producto cultural. Los niños, a su vez, hacen suyo el programa de acuerdo a su competencia que es indisociable de sus condiciones de existencia. Nuestra metodología se dirige sobre todo al estudio de la apropiación infantil de los programas de superhéroes.
El partir de la apropiación nos ha permitido tomar en cuenta las condiciones de existencia del niño, léase clase social, sexo y edad, lo cual nos pone en un lugar favorecido frente a algunos estudios funcionalistas y críticos ortodoxos.
Hemos abordado las clases sociales no solo en su término económico sino en su aspecto simbólico. Comprendiendo la reproducción social refiriéndonos a las estructuras no consientes de pensamiento, percepción y acción que están siendo incorporadas por el niño en y por sus condiciones de existencia.
Abordamos al niño en su juego, ya que de esta forma es observando en su medio cotidiano y no bajo condiciones controladas y artificiales de laboratorio.
Dice Bourdieu: “quizá la maldición de las ciencias del hombre sea la de ocuparse de un objeto que habla”. Tomando literalmente su frase buscamos con el juego una expresión más natural, espontánea y afín de todos los niños.
El juego por su gratuidad le confiere al niño una experiencia de libertad.
Pero no significa que el juego se pierda el niño, como en un trance hipnótico. El niño sabe que juega y lo reafirma cuando dice que “es de mentiritas” “dizque yo era”, el juego se convierte en un espacio protegido donde se puede entrar y salir a voluntad, sin riesgo.
En el juego se puede rectificar lo que en la vida molesta, oprime o es inalcanzable, dentro de un marco que por convención se estable.
Al jugar el niño imagina, construye fantasías y produce un discurso, expresión de elementos reprimidos, quizá olvidados, deseos y energías insatisfechas. Jugar es experimentar la vida en el entrelazamiento de lo subjetivo y lo objetivo. Winnicott lo explica como la zona intermedia entre la realidad interna y la realidad compartida en el mundo, un vaivén reciproco entre la originalidad y la aceptación.
El juego de los superhéroes junto con el juego de la mamá son los juegos más simbólicos espontáneamente más practicados. Optamos por estudiar el juego de los superhéroes ya que es el mismo para los niños de las dos clases sociales, siendo el elemento variable la apropiación que hacen unos de otros. En el caso de la mamá, el espectro de origen es tan amplio que es prácticamente inabarcable.
En otras palabras “apropiación” implica una selección y producción diferenciada del referente televisivo según las condiciones de existencia del niño. También se diferencia de “uso” se remite a una zona imaginaria y no tiene un propósito productivo. La apropiación como el juego, se remite a ese lugar no serio, de los actos sin fines, de lo no racional, de las pasiones.
Los niños parecieran no “usar”, sino “recrear” la televisión en un espacio lúdico.
Indicadores de clase social y edad.
Elegimos dos grupos de niños cuyos padres se ubican lo más distante posible en la estructura económica con el fin de observar las apropiaciones que estos hacen de la TV y obtener datos del consumo del medio, según condiciones diametralmente distintas de existencias.
De esta manera hablaremos de C1 y C2 refiriéndonos a los niños de extracción burguesa y extracción obrera, refiriéndonos a aquellas estructuras inconscientes del pensamiento, percepción y acción que han sido incorporadas al sujeto en y por la condiciones objetivas y que se manifiestan en un determinado habitus.
Pudimos observar a dos grupos de niños suficientemente homogéneos, la comparación entre ambos arrojara diferencias sustanciales.
Edad.
El niño al cumplir los cinco años tiene un buen dominio del lenguaje, de la locomoción y la capacidad de formar grupos, que le permite desarrollar cierta autonomía para participar en actividades más amplias, facilitando el juego grupal. Por otro lado el niño ha descubierto su propia individualidad y la de otros, ampliando su interés por su entorno social. Es en esa etapa en la que se encuentra resolviendo sus conflictos edípicos por medio de la identificación con su mismo sexo.
Corpus.
Como resultado se vieron cinco escuelas de cada clase social. Los grupos varían entre 12 y 33 participantes arrojando un total de 262 niños observados. En el carácter privado oscilo entre 12 y 28 niño y en el público entre 28 y 33 niños. Se respetó esta diferencia para acatar la configuración natural del grupo.
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