Teoría Del Desarrollo
Enviado por lulukanon • 18 de Noviembre de 2013 • 1.428 Palabras (6 Páginas) • 301 Visitas
“Teorías psicoanalíticas de Freud sobre las etapas del desarrollo”
Sigmund Freud el creador de la Teoría del Psicoanálisis en su teoría del desarrollo psicológico, postula que el mismo inicia desde el primer año de vida del niño y termina la edad adulta.
Freud menciona que el desarrollo psicológico es una necesidad vital que debe de ser satisfecha, de lo contrario se crean psicopatologías en cada una de las etapas del mismo.
Una región del cuerpo en que los procesos excitantes e irritantes (por ejemplo; tensiones) tienden a concentrarse, y cuyas tensiones pueden ser eliminadas mediante alguna acción sobre tal región, como puede ser chupar o acariciar, recibe el nombre de zona erógena.
Desarrollo:
Dentro de las zonas erógenas las principales son:
1. Zona erógena Oral (1 año de vida del niño)
2. Zona erógena Anal (1-3 años)
3. Zona erógena Genital (12 años a adulto)
1. Zona erógena Oral
Esta zona es mejor conocida como la Fase Oral, y corresponde aproximadamente el primer año de vida del niño.
Características:
• Se conoce el placer erótico (chupar)
• Se conoce el placer oral agresivo (morder)
La boca tiene por lo menos cinco modos de funcionar que son:
1. Incorporar
2. Retener
3. Morder
4. Escupir
5. Cerrar
La Fase Anal:
Sucede aproximadamente durante el segundo año de vida. La zona erógena predominante es el ano. La expulsión de las heces proporciona alivio al niño al eliminar la fuente de tensión. Como consecuencia de experimentar una placentera reducción de tensión, puede emplearse tal modo de acción para deshacerse de tensiones que surgen en otras partes del cuerpo. La eliminación expulsiva es el prototipo de los estallidos emocionales, las pataletas, rabietas y otras reacciones primitivas de descarga.
Durante esta etapa ocurre el control de esfínteres. Por lo común, esta educación determina la primera experiencia sería de disciplina y autocontrol. La educación de esfínteres representa un conflicto entre una necesidad pulsional (el deseo de defecar) y una barrera externa (los padres). Las actitudes de los padres respecto a la defecación, la limpieza, el control y la responsabilidad dejan una huella inequívoca en la personalidad y su desarrollo. Si la interferencia con el placer de defecar es muy estricta y punitiva, el niño puede vengarse ensuciándose de manera intencional.
A medida que crezca, tal niño desplazara su rebeldía hacia los representantes externos de la autoridad, volviéndose irresponsable, desordenado o manirroto. Pero si el mecanismo de formación reactiva predomina, podrá engendrar actitudes de excesiva meticulosidad, pulcritud, orden compulsivo, frugalidad, miedo a la suciedad, estricta administración del tiempo y dinero, así como otros comportamientos supe controlados.
Según el Psicoanálisis, para un niño, las heces son muy valiosas, porque son las primeras "producciones" propias de sí mismo, su pérdida obligada puede generar un sentimiento de vacío y angustia, el cual, si se establece como estilo de personalidad, puede ocasionar un desplazamiento hacia otros objetos concretos de la realidad. El carácter ahorrativo tiene su origen en esta actitud.
La Fase Fálica:
Se presenta aproximadamente entre los tres y los cinco años de vida. En ella adquieren importancia placentera los órganos sexuales, al mismo tiempo, existe una intensificación del anhelo sexual del niño por sus padres, que inicia una serie de cambios y conflictos importantes.
Ahora bien, como los órganos del sexo masculino son diferentes a los femeninos es necesario examinarlos desde dos puntos de vista que son:
La Fase Fálica Masculina:
Antes de la aparición del periodo fálico, el niño ama a su madre y se identifica con su padre. Cuando el impulso sexual aumenta, el amor del niño por su madre se hace más incestuoso y, en consecuencia, se pone celoso de su rival, el padre. A este estado de cosas se le conoce como complejo de Edipo.
El desarrollo del complejo de Edipo crea un peligro imaginario para el niño: que su padre dañe su órgano sexual por el amor erótico que siente hacia su madre (angustia de castración). Como consecuencia de esta angustia, el niño reprime su deseo incestuoso por la madre y se identifica masculinamente con su padre. Es como si el niño dijera: “siendo como mi padre puedo acercarme a una mujer (mi madre) sin entrar en conflicto con mi padre, que ahora me aceptara porque soy como él”. Sin embargo, el complejo de Edipo puede resolverse de manera negativa,
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