INFORME FE EN LA FAMILIA

En este informe se hará un análisis sobre dos lecturas muy importantes sobre la Fe, la primera es la Carta Encíclica LUMEN FIDEI del Papa Francisco, la que nos invita a reflexionar sobre la Fe y cómo se vive la Fe en los tiempos modernos; y la segunda es un documento de la Asamblea Plenaria titulada ¿Dónde está tu Dios?, que nos informa sobre la increencia religiosa y la indiferencia, así como sus causas; así también nos qué forma los cristianos podemos dialogar con los no creyentes y la evangelización de las culturas de increencia e indiferencia.

Cuando falta la luz, todo se vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal por consiguiente, como cita el Papa Benedicto “es de urgencia recuperar el carácter luminoso de la Fe” (Lumen Fidei, n.4), ya que la finalidad de esta luz es iluminar toda la existencia del ser humano, es una Luz que tiene que estar presente en cada ser humano como guía ya que esa luz en realidad es Dios que está presente y que nosotros no debemos dejar que se apague, aunque a veces por nuestros actos inmorales somos nosotros los que hacemos que nuestro camino cada vez se haga más oscuro, sin encontrar una luz que al final del camino nos pueda iluminar. El Santo Padre Francisco nos habla sobre la Fe en un tono de un diálogo pasado en la historia personal de cada ser humano y a la vez reflexivo sobre la transmisión de la fe como luz que debemos descubrir en el camino de la vida, la fe queda relegada como último recurso, que más de salvación tiene mucho de desesperación; es aquí cuando entra en juego el papel importante de la fe que ilumina el camino, aunque se piense que esa luz ya no sirve para los tiempos nuevos y para el hombre adulto que vive encerrado en su razón y la vea como “una luz ilusoria” (Lumen Fidei, n. 2), esta luz de sola razón es insuficiente para percibir el propio futuro, hay una necesidad de confianza y seguridad que no se encuentra en la sola razón, la fe acompaña a la razón en todo su proceso, la fe hace de luz para buscar la verdad

Por consiguiente “Quien cree ve” (Lumen Fidei, n. 1), tenemos que creer que Dios está presente en cada momento de nuestra vida y debemos dejarlo entrar en nuestro corazón, la Fe es el producto de un encuentro con el Dios vivo que revela el amor y lo lleva a la comunión, esta es la apertura a la promesa de Dios, la apertura al amor, una experiencia de amor, nosotros tenemos que tener la voluntad de dejarnos transformar y renovar constantemente por el llamado de Dios, así como Dios no llama a seguir su camino, nosotros debemos inducir a nuestra sociedad a seguir ese camino como forma de evangelización.

Desde muchos años atrás la Fe se ha ido transmitiendo con testimonios de nuestros antecesores desde Abrahán que escucha la voz de Dios, Moisés que ve el rostro de Dios, Tomás que pone sus dedos en las llagas de Cristo y desde ese momento cree o San Pablo que en algún momento de su vida exclama “Yo sé bien en quién he creído”. Todas experiencias que suceden en el tiempo nos llegan

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