SANIDAD INTERIOR
Enviado por dranzures • 26 de Febrero de 2015 • 7.683 Palabras (31 Páginas) • 271 Visitas
Sanidad interior
Y
Liberación
Indice
Dedicatoria 9
Agradecimiento 11
Prólogo 13
Introducción 17
Capítulo 1
Sanidad interior y liberación 21
Capítulo 2
Sanidad interior 43
Capítulo 3
La falta de perdón 51
Capítulo 4
La raíz de amargura 63
Capítulo 5
El rechazo 75
Capítulo 6
El sentido de culpabilidad 95
Capítulo 7
Las cuatro leyes espirituales 111
Capítulo 8
La liberación es el pan de los hijos 123
Capítulo 9
Origen de los demonios 145
Capítulo 10
Los cinco espíritus que están atacando la iglesia .... 157
Capítulo 11
Puertas abiertas donde entran los demonios 175
Capítulo 12
Rompiendo maldiciones 187
Capítulo 13
Áreas que necesitan liberación 203
Capítulo 14
La esquizofrenia 215
Capítulo 15
La liberación para los niños 221
Capítulo 16
¿Cómo ministrar liberación? 231
Capítulo 17
Limpieza espiritual de la casa 249
Conclusión 255
Oración del pecador 257
Testimonios 259
Bibliografía 267
Dedicatoria
edico este libro a mi esposa Ana, mi ayuda idónea. Ella es parte vital de mi vida y del éxito
de nuestro ministerio; ha compartido conmigo, los momentos de éxito, tanto como los momentos de lucha y pruebas. También, dedico este libro a mis hijos Bryan y Ronald, a quienes amo profundamente.
Agradecimiento
i deseo es agradecer a todas las personas que me han ayudado en el proceso que me llevó a aprender sobre este maravilloso tema. Gracias, a aquellas que me ayudaron y me inspiraron, y a las personas que han orado por mí para que este libro salga a la luz.
Gracias a mis intercesores, quienes han dado a luz este proyecto, en el espíritu, a través de sus oraciones; los reconozco como parte integral de nuestro equipo.
¡Los amo y los valoro grandemente! Gracias, a quienes contribuyeron en la edición de este libro, y a todos los que me dieron sus sugerencias para que el nombre de Cristo sea glorificado.
Prólogo
Muy pocos líderes cristianos tienen dudas de que nos encontremos en el umbral del avivamiento. Tal parece que Dios está listo para desatar el más grande derramamiento de su Espíritu en nuestras iglesias y comunidades que se haya visto antes.
Este pensamiento no es nuevo. Por muchos años, liemos estado escuchando de esto por medio de profetas y de aquellos que se dedican a analizar los tiempos en que vivimos. Muchos de nosotros nos preguntamos: ¿Por qué este vasto avivamiento no ha ocurrido? Estamos agradecidos por los informes de avivamiento que encontramos en diferentes loca• lidades. Algunas comunidades se encuentran en etapas avanzadas de transformación.
¡Dios está trabajando! Sin embargo, el enorme avivamiento que hemos estado esperando no ha sido desatado aún.
Pienso que hay varias razones por las cuales Dios aún no ha abierto las compuertas del avivamiento. Una de ellas tiene que ver con el tema de este libro: Sanidad Interior y Liberación. Permítame explicarle.
Cuando el avivamiento llegue, Satanás estará furioso. Él sabe que su fin está cerca; intentará detener el avivamiento como pueda y tornará las bendiciones en maldiciones de tantos cristianos e iglesias como le sea posible. Él aumentará el despliegue de sus fuerzas demoníacas.
Si el cuerpo de Cristo no está listo para esta embestida, el avivamiento podrá desaparecer tan rápido como haya llegado. Los resultados de la guerra espiritual no han sido predestinados. Dios nos ha dado las armas para la guerra, pero es nuestra decisión el utilizarlas como Él quiere que las usemos. Puede que tomemos las decisiones correctas, o quizás, las incorrectas, pero de todas formas tendremos que vivir con los resultados de las decisiones que hagamos.
¿Cómo se mantiene el avivamiento? Uno de los factores principales para que se mantenga un avivamiento por más de uno o dos años, es cuando se establece el ministerio de echar fuera demonios en un lugar desde el principio.
Ejemplos de esto son dos de los más grandes avivamientos que se han mantenido en América Latina en nuestro tiempo, el avivamiento de Argentina y la transformación de la ciudad de Almolonga en Guatemala.
En Argentina, el equipo del evangelista Carlos Annacondia y el ministro de liberación, Pablo Battari, establecieron un patrón de liberación agresiva, y las iglesias a través de las líneas denominacionales, implementaron ministerios de liberación. El resultado de todo esto
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