SANTA CATALINA DE SIENA
Enviado por davidhidalgo065 • 12 de Mayo de 2014 • 1.068 Palabras (5 Páginas) • 343 Visitas
Santa Catalina de Siena es uno de los personajes más fascinantes de toda la historia, por su personalidad y su espiritualidad, por su don de gentes y su influencia social, por su vida activa y contemplativa, por su amistad e intimidad con Jesús, por su amor a la verdad, por su poder de convertir a las almas y de transformarlas en discípulos.
Santa Catalina es una figura, cuya santidad resplandece en todos los cimientos de una humildad profunda.
En particular, admiramos en Catalina este conjunto de excelencias: maternidad, carismas, esposa de sangre, apóstol de la paz y de la reconciliación, doctora de la Iglesia, embajadora del Papa y liberadora del Papa de la esclavitud de Babilonia.
VIDA DE LA SANTA
Santa Catalina nación en 1347 en Siena, hija de Jacobo Benincasa, tintorero, y de Lapa Piagenti (o Piacenti), hija de un poeta local.
Ella fue favorecida por Dios con gracias extraordinarias desde una corta edad, y tenía un gran amor hacia la oración y hacia las cosas de Dios. A los siete años consagró su virginidad a Dios a través de un voto privado. A los doce años, su madre y su hermana intentaron convencerla para llegar al matrimonio, y así comenzaron a alentarla a prestar más atención a su apariencia. Para complacerlos, ella se vestía de gala y se engalanaba con joyas que se estilaban en esa época. Al poco tiempo, Santa Catalina se arrepintió de esta vanidad.
Su familia consideró la soledad inapropiada para la vida matrimonial y comenzaron a frustrar sus devociones, privándola de su pequeña cámara o celda en la cual pasaba gran parte de su tiempo en soledad y oración. Ellos le dieron varios trabajos duros para distraerla.
Santa Catalina llevó todo esto con dulzura y paciencia. El Señor le enseñó a lograr otro tipo de soledad en su corazón, donde, entre todas sus ocupaciones, se consideraba siempre a solas con Dios, y donde no podía entrar ninguna tribulación.
Más adelante, su padre aprobó finalmente su devoción y todos sus deseos piadosos. A los quince años de edad asistía generosamente a los pobres, servía a los enfermos y daba consuelo a los afligidos y prisioneros. Ella prosiguió el camino de la humildad, la obediencia y la negación de su propia voluntad. En medio de sus sufrimientos, su constante plegaria era que dichos sufrimientos podían servir para la expiación de sus faltas y la purificación de su corazón.
a los dieciocho años entró a la tercera orden de Santo Domingo. El hecho de pertenecer a una tercera orden significaba que la persona viviría la espiritualidad Dominica. Ella fue la primera mujer soltera en ser admitida.
Durante tres años vivió en un templo pequeño, manteniéndose en silencio y sin hablar con nadie excepto Dios y su confesor. Durante este período, había momentos en que formas repugnantes y figuras tentadoras se presentarían en su imaginación, y las tentaciones más degradantes la asediaban.
En 1366, experimentó lo que se denominaba un “matrimonio místico” con Jesús: cuando ella estaba orando en su habitación se le apareció Cristo, acompañado por su madre y un cortejo celestial. Tomando la mano de Santa Catalina, Nuestra Señora la llevó hasta Cristo, quien le colocó un anillo y la desposó consigo diciendo
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