Simbolos Del Espiritu Santo
Enviado por CrisBombi • 30 de Junio de 2015 • 1.663 Palabras (7 Páginas) • 293 Visitas
SIMBOLOS DEL ESPIRITU SANTO
COMO AGUA
A. El agua es la fuente de vida. Sin ella, el mundo sería un cementerio seco y desolado. Lo estéril lo hace productivo. Un terreno castigado por la sequía se endurece, y no puede brotar en él el preciado fruto. Pero cuando viene la lluvia, el terreno se reblandece, y se vuelve acogedor para la semilla. Puede recibirla en su seno y hacerla brotar con abundante fruto. Así el agua del Espíritu vivifica, sólo la presencia del Espíritu produce la vida espiritual y el fruto en nuestras vidas (Gálatas 5:22-23; Isaías 44:3; Hechos 2:17). El corazón del hombre es un terreno seco y árido cuando no fluyen por él los ríos del Espíritu. Y aquí nos referimos a los corazones de los creyentes. En sus duros pliegues no hay vida. Su duro cascarón es como una piedra sobre la cual no puede brotar ninguna planta.
Ez. 47:7-9 (alegoría de las aguas salutíferas). Es necesario no sólo mojarse hasta los tobillos, o hasta las rodillas o los lomos. En ese río tan abundante es preciso sumergirse enteramente y nadar, con la dichosa bendición de que "vivirá todo lo que entrare en este río." (v.9).
B. Nadie conoce el verdadero valor del agua hasta que siente una verdadera sed. Israel en el desierto sufrió la sed así. Entonces Dios le hace brotar agua de la Roca. Ved ahí un verdadero espectáculo en medio del desierto: De una roca aparentemente igual a todas, fluyen ríos de aguas, abundantes ríos, capaces de saciar a una multitud de millones de personas. Pablo nos dice que esa Roca era Cristo (1ª Corintios 10:4). La tierra tiene abundancia de agua. Así también los redimidos tienen una provisión abundante del poder del Espíritu (Juan 7:38). Cristo es la Roca de la cual manan las aguas vivas.
C. El agua es necesaria para la limpieza. Es el Espíritu que limpia nuestro corazón en la regeneración y continúa limpiándonos cuando diariamente nos acercamos al Padre Celestial (Tito 3:5; Éxodo 29:4).
D. El agua del Espíritu regenera. (Jn. 7:37-39) En este pasaje de Juan 7 está claramente establecido cómo se recibe esta agua viva. Es preciso tener sed, luego, es preciso creer en Jesús. Entonces, se recibe esta agua con tal abundancia, que corren ríos de agua viva por el interior del creyente.
E. Junto al pozo de Jacob, Él dio de beber a la mujer samaritana, y el agua que él le dio se transformó en una fuente que saltó para vida eterna (Juan 4:14). Dondequiera que Él iba, daba de beber de esa agua a la gente. Hoy también es así. Cristo nos ha dado el Espíritu Santo, y no lo ha dado por medida, para que lo disfrutemos en abundancia. Se compara al Espíritu Santo con el agua viviente de un manantial que fluye. El es superior en todo aspecto a los "pozos" de este mundo, que contaminan al hombre y lo conducen a la muerte. Las aguas vivas son diferentes del agua de un pantano, o de un pozo. Una agua estancada no tiene vida, no es limpia. Se amontonan las impurezas y se va formando sobre ella, y en su fondo, una costra de muerte. Las aguas del Espíritu son vivas, es decir, fluyentes, frescas y puras como las de un manantial. Mientras que los placeres de esta vida pronto se marchitan y terminan, el Espíritu de Dios es una fuente constante de vida y gozo.
El E.S. te mantiene “verde” aún en tiempo de sequía. (Jer. 17:8) “Serás como árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.
Aun estando en pruebas (desiertos), podremos dar fruto y permanecer “verdes”, además de poder seguir “madurando” en lugar de secarnos.
COMO ACEITE
El aceite de olivo era algo de gran importancia en Palestina, siendo usado para comida, medicina, iluminación y ungimiento.
A. El aceite de la unción es usado en las Escrituras para ungir fundamentalmente. En Éxodo 40:9-11, encontramos que el tabernáculo, sus muebles y utensilios fueron ungidos con aceite. Este era elaborado de especias escogidas y su fórmula era secreta, y nadie podía usarlo para fines profanos. (Ex.30:22-33) Con ese aceite se ungían los utensilios del tabernáculo y a los sacerdotes que ministraban allí. El aceite aquí descrito alude al Espíritu Santo. La unción de Dios recaía sólo sobre los sacerdotes, los que ministraban delante de Dios. Es símbolo constante del Espíritu Santo en el Antiguo y Nuevo Testamento.
B. En Éxodo 27:20-21, notamos que el interior del tabernáculo era iluminado por el uso del aceite. Sin el aceite no hay luz. Sin el Espíritu tampoco hay luz. La iglesia puede transformarse en un lugar oscuro, donde no se descubren las impurezas, si es que el Espíritu Santo no está iluminando el corazón. Sin la iluminación del Espíritu de Dios nadie vería la gloria de nuestro Salvador.
C. En Levítico 14:14-18, encontramos
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