¡Cuidado! No pierda audición
Enviado por abcP • 4 de Noviembre de 2012 • Ensayo • 1.517 Palabras (7 Páginas) • 440 Visitas
¡CUIDADO! NO PIERDA AUDICIÓN.
El mal uso de los audífonos por tiempo prolongado y a gran volumen provoca pérdida progresiva de la audición, hasta dejar al usuario como si tuviera 50 años de edad.
Magdalena Rodríguez Salazar, otorrinolaringóloga explicó que el problema se registra cada vez con mayor frecuencia entre los jóvenes (de 16 y 26 años) debido a la accesibilidad a productos como celulares y reproductores de música.
Afirmó que la enfermedad llamada presbiacusia, se caracteriza por la pérdida progresiva de la capacidad para oír debido al deterioro producido en el sistema auditivo causado por la edad y sólo se registraba a partir de los 50 años; ahora es un padecimiento común entre los jóvenes que usan a muy alto volumen dichos reproductores.
La especialista dijo que el problema no sólo preocupa por el tiempo en que los jóvenes ocupan estos aparatos, que va en un promedio de ocho a 10 horas al día, sino por el volumen que emplean, con una frecuencia de 90 a 120 decibeles ocasionando la pérdida progresiva de la capacidad para oír debido al deterioro en el nervio auditivo.
El sonido más apropiado es aquel que permite al mismo tiempo mantener una conversación sin gritar con alguien que no está usando auriculares. Al no contar con decibelímetro, este dato es suficiente para saber que estamos en una intensidad que no provocará daño auditivo.
El daño que se causa con ello al oído es progresivo e irreversible, es decir que aunque una persona deje de utilizar los aparatos, la audición perdida ya no se puede recuperar; además, debe considerar que al pasar de los años el oído humano tiene una degeneración por el envejecimiento, a lo que se agregan las enfermedades crónicas que pueda presentar a lo largo de su vida.
El orificio de la oreja (conducto auditivo externo) en ocasiones se puede irritar o inflamar por la presión del auricular, especialmente los que se colocan adentro del mismo (de inserción). Si esto ocurre seguido debe probar utilizar auriculares externos. Este tipo de dolores no tienen ninguna relación con la pérdida auditiva.
Rodríguez Salazar exhortó en caso de acudir a los llamados antros o fiestas, colocarse protectores o tapones en los oídos, no estar tantas horas expuestos al ruido, y en cuanto tengan una mínima sospecha que hay disminución en la audición, acudir de inmediato al médico para que se les brinde atención oportuna.
CÉLULAS NORMALES Y CÉLULAS CANCEROSAS
La célula es el elemento más simple, dotado de vida propia, que forma los tejidos organizados. Está compuesta por una masa rodeada de protoplasma que contiene un núcleo. Una pared celular rodea la célula y la separa de su ambiente. Dentro del núcleo está el ADN, que contiene la información que programa la vida celular.
El hombre está compuesto de millones de células. La célula se divide y al hacerlo sus estructuras se dividen también en otras exactamente iguales a las anteriores, con los mismos componentes y funciones que la originaria. Las células normales crecen a un ritmo limitado y permanecen dentro de sus zonas correspondientes. Las células musculares se forman y crecen en los músculos y no en los huesos; las de los riñones no crecen en los pulmones, etc. Estas funciones y este ritmo de crecimiento vienen determinados por el ADN. Algunas células tienen menos tiempo de vida que otras, como por ejemplo las células del intestino que tienen un período de vida de dos semanas, mientras que los hematíes viven durante unos tres meses. Otras células van a vivir el tiempo que viva la persona y sólo se dividen para sustituirse a sí mismas, éste sería el caso de las células óseas que actúan cuando hay que reparar una fractura. La vida de cada grupo de células es distinta y funcionará según se lo dicte su ADN que es distinto para cada tipo de célula. Cada célula está bien diferenciada.
La sangre aporta el oxígeno y los nutrientes necesarios para la vida celular y recoge los productos de deshecho producidos por las células y los transporta a los órganos de filtrado y limpieza (riñones, hígado, pulmones). La linfa es un líquido incoloro que se compone, en su gran mayoría, por linfocitos, un tipo de glóbulos blancos, y que recorre todo el organismo a través de vasos linfáticos. El sistema inmunológico se encarga de la defensa del cuerpo a través de los leucocitos que buscan y destruyen a las bacterias y virus. Los leucocitos viajan por la sangre y por la linfa y se acumulan en aquellos lugares donde hay infección para rodear y matar a las bacterias o virus y, más tarde, emigran por medio de los vasos linfáticos a los ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos son como racimos de uvas situados en distintas partes del organismo. Cada ganglio recibe los linfocitos y es en ellos
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