AUTOCONTROL

A lo largo de mi trayecto docente, me he encontrado con una infinidad de problemáticas que afectan el aprendizaje y convivencia escolar.

Sería importante enlistar cada una o mencionar las principales problemáticas a las que me he enfrentado, pero, en esta ocasión sólo hablaré de una, que por necesidad, durante mi practica docente, tuve que enfrentar y tratar de solucionar ya que influyó de manera determinante en el desarrollo integral de uno de mis alumnos y en el resto de sus compañeros de grupo. Éste es el Autocontrol en los niños, que es según Kanfer (1997; c. p. Olivares y cols., 2001) un conjunto de estrategias que el sujeto aprendió y que le van a permitir automodificar la probabilidad de ocurrencia de una respuesta, contrariamente a lo esperado en relación con las influencias externas existentes.

Tener autocontrol no significa vivir presos a nuestra fuerza de voluntad sino más bien, contar con esa sabiduría de comprender que no vamos a realizar actos indeseados para nuestra vida que nos van a acarrear tarde o temprano consecuencias que pudieron haber sido evitadas.

El hablar de autocontrol no es sinónimo de una cualidad innata que nos es dada a algunas personas sí y a otras no, más bien, y es en este punto donde se debería trabajar más, corresponde a una habilidad que se va aprendiendo con el paso del tiempo.

Pero, desafortunadamente el maestro, actualmente vive su labor docente en un ambiente hostil y poco agradable, causado por los problemas político-educativos del país, poco se preocupa por trabajar con los alumnos actividades y aplicar estrategias que permitan que niños con problemas de conducta aprendan a desarrollarse armónicamente en su ambiente escolar, familiar y social. Ya que las autoridades educativas evalúan los logros de los profesores con pruebas cuantitativas enfocadas en el área cognitiva, dejando de lado las áreas socioemocional y comunicativa.

Considero que es importante que los niños conozcan su lado emocional y sepan controlarla, por que somos seres sociables y dependemos de interacciones constantes, que se dan en la familia, escuela, entre iguales, etc. Además que la falta de autocontrol en los niños trae consigo consecuencias sumamente negativas Carpena (2003) menciona entre ellas, tener conductas antosociales y agresivas, dificultad para aceptar y seguir normas, que dan mal ejemplo porque pueden ser imitados por otros niños, se comportan de una manera egocéntrica, impulsiva e inmadura, tienen problemas de relación con los demás compañeros y presentan dificultades de aprendizaje en todas las áreas de conocimiento (razonamiento, capacidad de concentración y retención).

La problemática educativa genera que el profesor no tenga interés por enseñar a los niños como modificar sus conductas si son inadecuadas, pero ¿realmente será importante trabajar el autocontrol con los alumnos o será una habilidad que es responsabilidad de los padres de familia fomentar y enseñar?

Considero que la falta de autocontrol en los niños se pone a prueba cuando entran en contacto y conviven en un tiempo y espacio determinados con un grupo de personas. Y si el niño no posee esa capacidad, es en la escuela donde sale a relucir dicha problemática. Por lo tanto afirmo, que es una responsabilidad compartida en donde los padres de familia deben hacer lo que les corresponde y si el docente detecta a alumnos con ésta problemática debe apoyar para su atención.

Desafortunadamente, vemos en las escuelas primarias que los niños que presentan problemas de autocontrol son causados por el entorno familiar, como dicen Aránega y Guitart (2005) los niños adoptarán conductas que observen como modelos que provienen de las personas con quienes conviven o modelos que se presentan en los medios de comunicación, por ejemplo, si un niño vive en una familia disfuncional y observa constantemente peleas, agresiones, escucha gritos y discusiones, ésta será la forma que él adopte para resolver sus conflictos.

El docente es el encargado de construir el conocimiento, pero también es quien, en primera instancia se da cuenta si un niño muestra un adecuado uso de su autocontrol. Ante esto, el profesor tiene una corresponsabilidad junto a los padres de familia para ayudar al alumno a aprender a autocontrolar sus emociones.

Pero, entonces ¿quién le enseña al docente fomentar el autocontrol en los alumnos?. En mi trayecto como estudiante normalista, tuve diversos maestros que me hablaban de la psicología del niño, las etapas del desarrollo humano, etc., pero poco se hablaba de cómo orientar a un “niño problema” mal llamado por los profesores. No somos psicólogos para resolver ésta problemática pero debemos aprender algo de ellos, ya que un niño que no se autocontrola, genera que el ambiente áulico no sea el mejor.

Por lo tanto, es una necesidad del docente estar en constante actualización, buscar los medios que sean

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