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Estrategias educativas para evitar complicaciones en pacientes con insuficiencia renal que acuden a la consulta del ambulatorio

yenny302 de Mayo de 2014

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “ROMULO GALLEGOS”

PROGRAMA DE PROSECUCION DE ESTUDIO TSU

A LICENCIADO EN ENFERMERÍA

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA EVITAR COMPLICACIONES EN PACIENTES CON INSUFICIENCIA RENAL QUE ACUDEN A LA CONSULTA DEL AMBULATORIO TIPO II “MAYOR JOEL LAMUÑO”, MUNICIPIO MELLADO ESTADO GUÁRICO

Profesor: Autor (a):

Lic. Silvana Salazar Ruth Valor

Mayra Carpio

Abril de 2014

INTRODUCCIÓN

El espectacular desarrollo en las últimas cuatro décadas permitió cambiar el trágico final de los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC) terminal punto de común término en las enfermedades renales crónicas, gracias a la incorporación de tratamientos sustitutivos como la diálisis y el trasplante renal; comenzó así un período en el que se puso mayor énfasis en lo considerado como la etapa más avanzada de la enfermedad.

Sin embargo, la enfermedad renal crónica (ERC) es un proceso fisiopatológico de múltiples causas, cuya consecuencia es la pérdida inexorable del número y el funcionamiento de nefronas, y que a menudo desemboca en insuficiencia renal terminal (IRT). A su vez, la ERC es un estado o situación clínica en que ha ocurrido la pérdida irreversible de función renal endógena, de una magnitud suficiente para que el sujeto dependa en forma permanente del tratamiento sustitutivo renal (diálisis o trasplante) con el fin de evitar la uremia, que pone en peligro la vida. La uremia es el síndrome clínico y de laboratorio que refleja la disfunción de todos los sistemas orgánicos como consecuencia de la insuficiencia renal aguda o crónica no tratada.2 Dada la capacidad de los riñones de recuperar su funcionamiento después de una lesión aguda, la inmensa mayoría de los pacientes (>90 %) llegan a esta situación como consecuencia de enfermedad renal crónica.

Dentro de la misma perspectiva, los elevados costos de estos tratamientos preocupan a la humanidad, pues cada año se incrementa el número de enfermos incluidos en las diálisis y trasplantes, cada vez más caros, como cada vez más escasos el número de órganos necesarios para el tratamiento definitivo, por lo que los nefrólogos de países desarrollados adoptan políticas para la detección precoz de la

enfermedad, como única posibilidad de lograr cambios sustanciales en un problema de salud tan importante. Más allá de las condiciones físicas asociadas, las características psicológicas de las personas con Insuficiencia Renal Crónica han resultado intrigantes para los profesionales de la nefrología e incluso para los familiares de los propios enfermos. Con frecuencia, se escuchan expresiones con calificaciones negativas de su comportamiento, tales como: “se comporta como un niño”, “se ha vuelto egoísta”, “siempre está exigiendo”, “piensa que nadie le comprende”, “parece que sólo existe su enfermedad”, o por el contrario expresiones positivas, indicadoras de adaptación y ajuste a su situación: “a pesar de su enfermedad sigue trabajando”, “no permite que digamos que es un enfermo” o “da ánimos a los demás”. Sin duda, cada persona responde de un modo diferente ante esta situación, con percepciones muy diferentes a las de los profesionales sanitarios o de los miembros de la familia, quienes, con frecuencia, valoran que el impacto de la enfermedad es menor que el descrito por el paciente (Bedell, Kilpatrick, Robinson, Gilbert y Miller, 1978).

Las grandes interrogantes, que permanecen pendientes de respuesta, son: ¿cuáles son las variables que afectan al bienestar de estos pacientes?, y, en definitiva, ¿cómo se les puede ayudar a vivir mejor?

El número de estos enfermos renales ha aumentado considerablemente en las últimas décadas y las previsiones muestran que cada vez serán más las personas afectadas por la IRC que tendrán que someterse a las restricciones impuestas por unos tratamientos con efectos secundarios o consecuencias indeseables a corto, medio y largo plazo (Fast, 1988; Vestegaard y Lokkegaard, 1997).

Es por ello que el presente estudio conlleva a evitar complicaciones en pacientes con insuficiencia renal mediante estrategias educativas que les permita mejorar la calidad de vida.

La investigación se encuentra estructurada de la siguiente manera:

En el Momento I, se presentan los puntos referentes al Problema de la investigación: Planteamiento, los objetivos y la justificación de la investigación.

El Momento II, muestra el resultado relacionado a las ideas centrales expresadas en el problema de investigación, como ser los antecedentes, la base teórica y la base legal.

En el Momento III de este trabajo, se describe el Marco Metodológico, aspectos tales como el enfoque la investigación, el tipo de conocimiento, el diseño de la investigación, la población y de la muestra, las técnicas e instrumentos de recolección de datos, el procedimiento de análisis utilizado y consideraciones éticas tenidas en cuenta.

El Momento IV, denominado presentación y análisis de los resultados, se visualiza el trabajo de campo, presentando los resultados del instrumento aplicado, así como los principales hallazgos.

Momento V, de Conclusiones y Recomendaciones; donde se exponen los resultados y hallazgos en relación de los objetivos de la investigación, empezando por los objetivos específicos y luego el objetivo general, dando de esta manera, respuesta al problema de la investigación.

Finalmente, se presenta la Propuesta donde se establecen las Estrategias Educativas.

MOMENTO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Las enfermedades renales hoy en día constituyen un importante problema de salud pública a nivel mundial, no solo por las altas tasas de nuevos casos cada año, sino porque un alto porcentaje de ellas sigue un curso inexorable hacia la cronicidad y pérdida progresiva de la capacidad funcional, independientemente de su etiología. Como consecuencia de este patrón evolutivo; las enfermedades renales tienen un alto impacto social y económico relacionado con la incapacidad en sectores productivos de la población y los altos costos de las terapias de sustitución de la función renal, (Programa de Salud Renal, 2006).

No obstante a ello, tal como señala Hemsteet, (2001) las nefropatías crónicas suelen ser secundarias a un proceso subclínico crónico continuo en el que intervienen diferentes factores, la mayoría de los cuales no se conocen bien. Otros factores son la diabetes y las sustancias neurotóxicas. Los pacientes afectados presentan aumentos progresivos de los niveles séricos de nitrógeno ureico en sangre, creatininas y potasio, así como oliguria (disminución de la excreción urinaria). Es por tal motivo que el abordaje de este problema debe comenzar con la prevención y detección precoz de la ERC y seguir con la toma de medidas para retardar su evolución: además asociadamente debe actuarse sobre las patologías acompañantes, ya sean inherentes a la ERC, como el metabolismo mineral y la anemia, o añadidas, como la enfermedad

vascular. En este panorama puede tener importancia decisiva el envío precoz del paciente al especialista en nefrología. (Martínez, 2004).

Desde el punto de vista poblacional en Venezuela nos encontramos en el Grupo II, donde la prevalencia para enfermedades renales para el año 2004 se calculó en 308 pacientes por millón de habitantes y la incidencia en 54 pacientes/millón. Unas 13 mil personas en Venezuela sufren enfermedad renal en fase 5 o terminal, de las cuales 5 mil necesitan un trasplante y de ellas, mil 650 aguardan en una lista de espera por un donante y ser sometidos a una intervención quirúrgica para salvar sus vidas.

Las cifras, suministradas por la profesional de la Medicina Ángela Armas, coordinadora de trasplante renal en Aragua, revelan también otra realidad: Venezuela se ubica en penúltimo lugar en la tasa de donantes, con 3.02 por cada millón de habitantes, muy lejos de países de Europa como España, donde la tasa se ubica en 40 por cada millón. En el marco de la celebración del Día Mundial del Riñón, instaurado el 8 de marzo como iniciativa conjunta de la Sociedad Internacional de Nefrología y la Federación Internacional de Fundaciones Renales, la coordinadora regional indicó que se llevó a cabo una jornada informativa en el Hospital Militar de Maracay, donde estudiantes de Medicina y personal del servicio de nefrología de ese centro de salud aclararon dudas mediante charlas y repartición de trípticos, además de motivar a los usuarios a ser donantes de órganos.

Afirma; “Desde 1967 se hacen trasplantes de riñón en Venezuela, pero solo se han logrado unos 4 mil. El trasplante es la oportunidad de vivir, pero lo dificulta el bajo número de donantes. Es esperar a una persona a quien se le diagnostique muerte cerebral, algo que ocurre apenas en el 30 por ciento de

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