Actividades De La Vida Diaria
Enviado por NARL • 25 de Febrero de 2014 • 7.955 Palabras (32 Páginas) • 1.441 Visitas
ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA
CARACTERÍSTICAS DE UN PROGRAMA DE
ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA
Uno de los principales objetivos del proceso educativo es el desarrollo al máximo de las capacidades del individuo para que pueda funcionar en forma independiente. No menos importante que el desarrollo intelectual es el desarrollo de habilidades que permitan una actuación y conducta correcta en un mundo que cada día exige más.
La persona con trastornos visuales, como la que no es, vive en un mundo, en una sociedad, donde no sólo es necesario pensar bien, sino donde también hay que actuar bien. Actuar bien significa comportarse de acuerdo a las normas éticas y sociales que constituyen los fundamentos de una vida normal, sana y feliz.
Vivir con otros significa compartir responsabilidades, dar y recibir, poder hacer frente a los propios problemas; poder contribuir al bienestar y a la felicidad de los otros; ser útil a sí mismo y a los demás.
Si educar significa PREPARAR PARA LA VIDA, debemos comprender que esta preparación comprende mucho más que la actividad intelectual. Abarca al individuo total, el individuo que vive en sociedad, que tiene un cuerpo al que debe cuidar, un espíritu que debe enriquecer diariamente, una mente que debe desarrollar. Educación- preparación para la vida- tiene también un significado más amplio. Significa poder dar al individuo las armas y los elementos que necesita para lograr su propia realización, realización que implica independencia, confianza en sí mismo, libertad de pensamiento, adaptación a la vida social.
Un niño con vista normal aprende muchas cosas porque puede imitar; aprende cómo usar con corrección los cubiertos, a vestirse según los estilos del momento, a arreglarse el cabello, a saludar a los mayores. Aprende esto y muchas otras cosas más sin pasar por un aprendizaje formal. El niño con trastornos visuales aprende estas mismas cosas sólo si le son enseñadas. Es por ello que el aprendizaje de las actividades diarias comunes es imprescindible para que el individuo ciego sea aceptado entre los videntes como una persona normal y sana que no puede ver y no como una ciega, con todas las limitaciones y connotaciones que la palabra encierra.
El individuo ciego está atado a una serie de preceptos no muy comprensibles para él, preceptos que debe aceptar pues comparte la vida, el hogar, el trabajo con quienes ven.
El Programa de Actividades de la Vida Diaria debe abarcar todas aquellas actividades que van a contribuir al normal funcionamiento del disminuido visual.
Su adiestramiento tiene un repertorio de actividades que tienen que ver con la apariencia personal del sujeto (vestirse, sobrevivir, y combinar los vestidos), la higiene personal, la alimentación, el uso del teléfono y los servicios públicos, el manejo del dinero y el empleo de las convenciones ordinarias en el trato con las demás personas. Puede abarcarse con ese término todo lo que afecta al repertorio de labores domésticas y al cuidado y hábitos de orden que deben adquirirse para colocar y poder localizar los objetos y prendas personales.
Este programa debe desarrollarlo maestros bien calificados que comprendan y acepten las carencias del niño y joven ciego; maestros conscientes de la importancia que tiene una acertada conducta social; maestros imaginativos y creativos capaces de enseñar a las personas ciegas cómo funcionar y desenvolverse “casi” normalmente en un mundo y en una sociedad habitado y hecho por personas que ven.
Enseñar Actividades de la Vida Diaria requiere tiempo, paciencia, comprensión, imaginación, creatividad, habilidades con un vasto campo de conocimientos prácticos, sentido común, flexibilidad, tolerancia, coherencia, además de un profundo conocimiento de la personalidad, dificultades y necesidades del limitado visual, por lo que debe ser teórico-práctico abarcando desde lo más tempranamente posible, es decir, en el nivel de Intervención Temprana brindando orientaciones generales y pautas concretas con los padres, se continúa con pre-escolar, primaria y adultos, todos en forma conjunta con los padres.
HÁBITOS DE LA VIDA DIARIA
Para el desarrollo del niño ciego es muy importante que adquiera desde pequeñito la consecución de los hábitos, esto lo hará a través de un aprendizaje, al principio lento, pero que, poco a poco, llegara a ser una rutina necesaria para lograr su autonomía e independencia.
Es muy importante tener en cuenta que el niño ciego no podrá imitar a las personas que conviven con él; sin embargo, es necesario que estas, con tranquilidad, comiencen este aprendizaje como lo harían con cualquier otro niño, por lo tanto, no deben demorar su comienzo en el niño ciego.
Por supuesto que esta socialización la harán de forma agradable como si fuera un juego, para que al niño le resulte atractivo el aprendizaje de dichos hábitos y no como una rutina monótona.
Tareas condicionadas a necesidades fisiológicas.
A) ALIMENTACIÓN
Durante muchos meses, la alimentación es el área central de interacción entre madre y niño, de ahí la importancia de la experiencia de una intimidad física y alimentaria.
Al bebé ciego, antes incluso de introducir la tetina en la boca, su madre o la figura materna le hará acariciar el biberón; el asociará el contacto de la botella con el placer de ser alimentado; del mismo modo que el niño vidente reconoce con la vista el biberón.
La primera experiencia para un bebé, es por tanto la toma de alimento del pecho de su madre o de la tetina del biberón.
Después se le pondrá en la mano el mango de una cucharita en la que se habrá puesto, zumo, azúcar, etc.; el niño no deberá cogerla de una forma anárquica, sino que la madre o figura materna, disciplinadamente deberá enseñarle.
Es muy importante que las primeras impresiones que el bebé tenga al empezar a comer sean agradables, porque pueden influir en sus posteriores hábitos de comida. Los niños videntes pueden anticiparse a coger el biberón, la cuchara o la taza, cuando estos se aproximan a su boca, mientras que el niño ciego no puede hacerlo. Se le puede dar el mismo sentido si se le habla acerca de ello, mover el biberón, para que lo oiga; diciéndole, "“abre tu boca”, “aquí está la comida” y al mismo tiempo llevar las manos hacia el biberón, de esta manera la madre se le acercará primero a su boca, entonces se puede simular un pequeño sorbo antes de poner la cuchara o la taza en los labios del niño, dándole tiempo para que huela o sienta el calor
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