Antisocialidad Y Adolescente
Enviado por myfriendromance • 24 de Septiembre de 2014 • 10.933 Palabras (44 Páginas) • 260 Visitas
CAPITULO I.
LA ANTISOCIALIDAD Y EL ADOLESCENTE.
I.1 Antecedentes Históricos.
Es evidente que a lo largo de la historia, siempre han existido leyes o normas como en los pueblos aztecas, mayas, chichimecas, entre otros, es conveniente puntualizar ciertas normas que se enfocaban hacia los adolescentes.
I.1.1 Mayas.
Los mayas se asentaron alrededor del año 2600 a.C. El periodo preclásico va de 1500 a.C. al 292, vio su mayor esplendor del año 292 al 900; posteriormente el postclásico que comprendió del 900 al 1250 donde inicia la declive y abandono de las grandes ciudades (Rodríguez, 1987, pág.5).
En la infancia se tenía gran libertad, la educación era obligación de los padres; posteriormente cuando se llegaba a la edad de los doce años, los hombres tenían q salir de su hogar y eran entregados a las escuelas, las cuales se dividían en dos: la primera era para los nobles, en ella se enfocaban a los estudios teológicos y científicos, la segunda era para los plebeyos, los jóvenes recibían educación militar y laboral.
El derecho penal maya al igual que los demás derechos precolombinos, era bastante severo: muy comunes las penas corporales y pena de muerte; con un sistema parecido al talión, y con diferencias entre dolo y culpa.
La minoría de edad era considerada como atenuante de responsabilidad. Cuando el adolescente cometía un homicidio el menor pasaba a ser propiedad como esclavo de la familia de la víctima, para compensar laboralmente el daño causado. (Rodríguez, 1987, pág.5).
Para los mayas el robo se consideraba como un delito grave, los padres del menor tenían que reparar el daño a las víctimas y en caso de no poder hacerlo, el infractor se convertía en esclavo hasta solventar la deuda.
Cuando los nobles cometían un robo no pasaban a ser esclavos por ser deshonroso, aunque si reparaban el daño, además se le hacían cortes en la cara del ofensor.
I.1.2 Chichimecas.
Pueblo que no ha sido suficientemente estudiado, por carecer de escritura.
Los datos llegan a ser contradictorios, su constante resistencia al conquistador español los hace parecer como salvajes, deshonestos, polígamos, antropófagos, etc., pero fuentes más fidedignas nos manifiestan que la fiereza de sus costumbres no se refleja al interior del grupo, dentro del cual su comportamiento era pacífico y político, no era muy común observar riñas entre ellos ni fraudes o robos, al parecer compartían lo que tenían entre todos.
Este pueblo seminómada de cazadores y guerrero tuvo una organización rudimentaria; aparentemente en esta cultura existía una especie de matriarcado, algo inusual en nuestras antiguas civilizaciones (Rodríguez, 1987, pág.6).
I.1.3 Aztecas.
El máximo esplendor del imperio comprende del siglo XIV al XVI y la organización de dicha cultura se basaba principalmente en la familia con un criterio patriarcal que predominaba. Los padres tenían la patria potestad de sus hijos pero no tenían derecho de vida o muerte sobre ellos. Cuando los menores eran incorregibles podrían venderlos como esclavos o cuando la miseria de la familia fuera muy grave, a juicio de la autoridad judicial.
La ley ordena que “la educación familiar deberá ser muy severa”. Solamente el padre ejerce la patria potestad y puede concertar el matrimonio de sus hijos como mejor le parezca (Rodríguez, 1987, pág.7).
Además algunas de sus normas indicaban que todos los hombres nacían libres aunque sean hijos de esclavos. Todos los hijos de cualquier matrimonio, principal o secundario (en esta cultura se permitía la poligamia cuando se podía sostener a las esposas) se consideraban legítimos. Estaba prohibido vender un niño ajeno porque era delito grave, y raptar a un niño se penaba con muerte por estrangulamiento.
La educación era muy completa, existían escuelas llamadas Tepuchcalli para los plebeyos, el Calmécac para los nobles y otras especiales para las mujeres. Los jóvenes a los 15 años abandonaban sus hogares para ir al colegio a recibir educación militar, religiosa y civil.
Uno de los avances más sobresalientes es que los aztecas tenían tribunales para menores, los cuales se encontraban en las escuelas.
Estaban divididos en dos, según el tipo de escuela: en el Calmécac, con un juez supremo, el Huitznahuatl, y en el Tepuchcalli, donde los telpuchtatlas tenían funciones de juez de menores (Rodríguez, 1987, pág.8).
También existían normas para los menores como las siguientes:
Los jóvenes de ambos sexo que se embriaguen serán castigados con la pena de muerte por garrote. La mentira en la mujer y niño, cuando éste en educación se castigara con pequeñas cortadas y rasguños en los labios del mentiroso (se aplicaba cuando la mentira tenía graves consecuencias).
Cuando los hijos jóvenes de ambos sexos eran viciosos y no obedecían, se les aplicaban penas denigrantes, los mismos padres cortaban el cabello, se pintaban oreja, muslos y brazos.
Si los hijos vendían los bienes o las tierras de sus padres sin consentimiento eran castigados con esclavitud en los plebeyos y con muerte a los nobles.
A las hijas de los señores y miembros de la nobleza que se conduzcan con maldad se les aplicara la pena de muerte.
Al examinar el texto anterior se observa que en el pueblo azteca existían grandes avances en materia jurídica, donde sus leyes eran aplicadas en toda la población sin distinción alguna, eran usadas para los nobles y plebeyos, los aztecas tenían noción respecto a términos como culpabilidad, dolo, punibilidad, excluyentes y agravantes, sin olvidar la severidad en las penas que ejecutaban; la pena de muerte la más común.
Los adolescentes en esta época estaban muy limitados, cada quien tenía perfectamente roles que cumplir, además existía un estricto control de vigilancia familiar, lo que dificultaba cometer conductas antisociales.
I.1.4. Conquista y Colonia.
Cuando Cristóbal Colón descubre el nuevo continente en 1492, los españoles decidieron conquistarlo.
A la llegada eran muy claras las tensiones en el mundo indígena, los pueblos dominados por los aztecas tenían fuertes sentimientos de hostilidad y deseos de rebeldía libertad; entonces se unieron a los españoles.
Caída Tenochtitlan, los aliados indígenas se dieron cuenta que los españoles no eran sus compañeros, sino sus conquistadores, era ya demasiado tarde (Rodríguez, 1987, pág.16).
Después de la conquista lo primero que hicieron los españoles fue destruir todo lo que existía en el territorio conquistado incluyendo la organización social, política jurídica y religiosa.
Al principio el español, al no tener mujeres, tomaba a las indígenas, las cuales eran humilladas
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