Aprendo A Controlar Mis Emociones
Enviado por elenitavegau • 21 de Noviembre de 2013 • 1.406 Palabras (6 Páginas) • 342 Visitas
APRENDO A CONTROLAR LAS EMOCIONES
Una vez adentrados en el mundo de las emociones, ¿cómo podemos lograr que los niños sepan superar aquellas que les producen malestar y cambiarlas por otras más optimistas? No se trata de enseñarles a ocultar sus emociones, ni reprimirlas, sino de aprender a tranquilizarse ante un reto, mirarlo desde otra perspectiva y saber son ellos quienes lo han logrado.
Si desde su nacimiento el niño ha podido disfrutar de un vínculo seguro tendrá una mayor autoconfianza y una mejor capacidad para controlar sus emociones: intentará superar cada reto y tratará de perseverar, aunque no siempre tenga éxito, pero sabrá que cuenta con apoyos en su relación con los demás. Los padres tienen una importancia indiscutible en la educación del niño; por lo tanto, el propio modelo que ellos muestran en el control de sus emociones tiene una gran influencia sobre el desarrollo de su hijo como ser autónomo.
Para establecer relaciones armoniosas con el niño es necesario aceptarle tal y como es, una persona con sus propias características, que tiene capacidades que se le dan mejor y otras en las que necesita más ayuda. Hay que considerar al niño en su globalidad, con la intención de darle las oportunidades que necesita y desarrollar su potencial respecto a todas las áreas: motora, lenguaje, perceptiva, cognitiva, social y emocional. Hay que tener en cuenta que con una actitud protectora, aunque se haga con la mejor intención, se puede llegar a obstaculizar el proceso de autonomía y desarrollo emocional. La persona con síndrome de Down debe ser un miembro más de la familia y no un mero receptor de ayuda familiar. Es necesario ser menos directivo, permitiendo la iniciativa del niño, incluso el error. Ya que solamente se aprende si se les permite actuar.
Es sabido que el optimismo está íntimamente relacionado con el bienestar y la autoestima. Por lo tanto, habrá que ayudar al niño a aceptarse tal y como es y, desde ahí, potenciar sus cualidades que le hacen único.
¿Qué hacer para proporcionar a los niños un adecuado modelo de control emocional?
1. Comunicarnos de forma eficaz
Comunicar supone manifestar actuaciones, pensamientos o sentimientos en situaciones interpersonales. Todo es comunicación, desde un gesto hasta una palabra. Es evidente que existen diversas formas de comunicar: cada persona que observemos tendrá un estilo u otro. Sin embargo, la manera que refleja una madurez emocional es la llamada “comunicación asertiva”, aquella que consigue sus objetivos teniendo en cuenta las señales que el otro transmite. Es la que muestran las personas que hablan seguras y confiadas, con una postura relajada y miran a los ojos de la persona que escucha. Dicen lo que pretenden decir, pero teniendo en cuenta los sentimientos del otro, empatizando con él. Una persona asertiva puede potenciar en el otro emociones positivas y supone un modelo seguro de control emocional.
¿Cómo podemos fomentar la asertividad –es decir, esa transmisión de seguridad y confianza– en nuestra relación con los niños? Poniéndonos a su lado e intentando pensar como ellos, según su edad, lo que les gusta y lo que más les cuesta. Es mejor elegir momentos de distensión para comunicarse, donde la prisa no sea un obstáculo, y mostrar señales a los niños que hagan evidente que se les escucha y que el mensaje tiene importancia para el adulto: asintiendo, mirándole a los ojos, preguntándole, estando próximo a ellos... El hecho de hablar de lo que hace en el colegio, los amigos que tiene, aquello que más le cuesta y lo que mejor le sale, es indispensable para que se sienta comprendido y apoyado.
Esta forma de comunicar, de sintonizar con él, conviene que sea aceptada y generalizada en el hogar y la escuela, para crear una coherencia en el niño y motivarle entre todos. Pero en la comunicación con el niño con síndrome de Down hemos de tener muy en cuenta lo siguiente: el niño entiende mucho más de los que podemos deducir por su capacidad de expresarse verbalmente. De modo que aun cuando él hable o trate de explicar poco, nosotros podemos comentarlo y contestarle con más amplitud, aunque con sencillez, sabiendo que él nos entiende.
2. Desarrollar la afectividad
Demostrar afectividad no es una tarea siempre fácil. Muchas veces las prisas o la rutina hacen que no nos fijemos en su importancia para los niños. El rostro
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