BREVE SEMBLANZA DE LA AUTENTICIDAD COMO UN FUNDAMENTO DEL PARADIGMA HUMANISTA
Enviado por frncopedro • 29 de Abril de 2015 • 2.201 Palabras (9 Páginas) • 279 Visitas
BREVE SEMBLANZA DE LA AUTENTICIDAD COMO UN FUNDAMENTO DEL PARADIGMA HUMANISTA
“Los existencialistas son Nihilistas por que reconocen que la vida en últimos términos es absurda e ineludible. Pero son antinihilistas por que reconocen que la vida tiene un sentido que cada persona elige con su propia existencia”
Maurice Merleau-Pohty
La base de toda filosofía radica en intentar resolver las llamadas preguntas fundamentales o esenciales que han puesto de cabeza a toda la sociedad de pensadores a lo largo de la historia, y que seguirán siendo un motivo para seguir escribiendo una infinidad de páginas al respecto. Dentro de todo este embrollo de cuestionamientos universales se encuentran los de carácter ético y estético, a las cuales se les da especial significación al grado de haber sido un asunto medular en las dilucidaciones de Sócrates y Aristóteles, posteriormente por San Agustín y Santo Tomás de Aquino, mas actualmente por Heidegger, Kierkegaard, Sartre (León, 2002), entre otros. Su punto de partida siempre ha sido el mismo ¿Qué es el bien y el mal? ¿Cuándo se actúa con malicia (mala fe)? ¿Cómo interviene la conciencia en los actos? ¿Qué es lo bello? ¿Cómo llegar a la perfección? (Suarez, 2002); empecemos por un asunto que parece simple, pero que contiene mucha complejidad.
La ética, por definición, busca el bien (Xirau, 2008). Y el bien se logra cuando se conoce y respeta la verdad. ¿Qué hace bueno el perfil que hace el maestro de un estudiante? ¿Qué hace buena la discusión de un árbitro o la decisión de un juez? Solo esto la verdad. Por lo tanto, obrar bien es obrar conforme a la verdad, conforme a como son las cosas, pero este conocimiento no tiene nada de fácil. De hecho aunque todos aspiremos a vivir bien, la palabra “bien” no significa lo mismo para todos. Desde tiempos de la Grecia clásica como ya mencionamos, se ha dicho que el bien es placer (definición de influencia Epicúrea ), y el placer es la ausencia del dolor físico y perturbación anímica. Pero los griegos reconocieron la complejidad del tema; muchas acciones y conductas profundamente buenas no están libres de dolores ni de sorpresas y desasosiegos. Piense, por ejemplo, en el esfuerzo por superar unas buenas calificaciones en un curso escolar, en la paciente tarea de educar a los hijos ¿Qué acaso es malo un trabajo por no ser placentero? Vendrá seguramente de su parte una respuesta estoica .
El bien se puede definir como lo que conviene de una cosa, lo que la perfecciona -aquí entra el dilema estético-, con independencia del placer y el dolor que pueda ocasionar. Por supuesto, esa conveniencia está sujeta al libre albedrío de la persona que ejerce el bien.
Esta última definición nos lleva a analizar si existe algo contrario al bien, por supuesto que si invariablemente. A esto le llamamos mala fe (hacer el mal), también estudiado por los helénicos. La mala fe es la inautenticidad como bien lo señala Sartre (Goni, 2008), y esta es totalmente contraria a la sinceridad o en pocas palabras a la verdad. Las personas inauténticas, según el autor antes mencionado, intentan evadir la responsabilidad – evasión de la realidad existencial-, por su situación actual o sus acciones para negarse de mala fe. Las personas inauténticas mantienen proyectos particulares para evitar responsabilidades por su condición, en términos más específicos se niegan a reconocer su incapacidad para coincidir consigo mismos en su factibilidad o su pura trascendencia; se niegan a admitir su libertad limitada o casi ilimitada del ser y lo que esa libertad implica. Podemos decir que un individuo socialmente hablando no es capaz de elegir sus respuestas y por lo tanto no es responsable de ellas, y la verdad queda en entredicho.
La autenticidad implica conciliar el hecho de que nunca estaremos en armonía con nosotros mismos, estaremos angustiados. Sorprendentemente, no obstante, la autenticidad no implica abandonar el deseo de armonía, unidad, sustancialidad y fundamento. El deseo de tener fundamento - conocimiento -, incluso de ser su propio fundamento, es inherente a la voluntad humana, de modo que nunca podrá abandonar ese deseo. Dice Sartre: “El primer valor y el primer objeto de la voluntad es su propio fundamento. Esto no debe de entenderse como un deseo psicológico vacío, sino como una estructura trascendental de la razón humana” (Arnau, 1997). Cualquier intento de abandonar este deseo colapsa. A lo único que puede aspirar una persona que realiza un acto como este es a no ser nada. El hombre autentico, tiene capacidad de decisión, libertad de elegir ese fundamento esencial y por tanto a cometer errores constantes, pero nunca negara ese deseo. El huir de su libertad no es una opción para el auténtico, por el contrario, realiza ejercicios y afirmaciones cotidianas de esta. Busca una conciliación con esta libertad ineludible, con la esperanza de convertirse en algo.
La búsqueda de la autenticidad tal y como la conciben los filósofos existencialistas requiere de ser intelectualmente consientes de ciertas verdades de la condición humana. Para afirmar la libertad como meta ultima, por ejemplo, parece necesario comprender primero la complejidad de intentar sentirnos en armonía con nosotros mismos –un aspecto muy humanista-, de intentar hacer cosas que no tengas que hacer elecciones. Cuando los pensadores existencialistas critican a una persona por su inautenticidad –algo a lo que son muy aficionados, y lo decimos en tiempo presente ya que se considera que aún existen críticos a fines-, no parecen apreciar del todo de que la persona en cuestión sencillamente no comprenda que es inauténtica. Por ignorancia, puede creer que está en armonía consigo misma. Es imposible que esta creencia la pueda reflejar en términos intelectuales, por lo que no referirá a una realidad existencial de tal persona.
Si la búsqueda de la autenticidad fuera verdaderamente un proyecto intelectual, entonces las personas educadas podrían llegar fácilmente a la autenticidad, lo que no es cierto. La historia muestra que hay personas sin educación que se esfuerzan por asumir la libertad y la responsabilidad, al mismo tiempo, sujetos como Heidegger un experto en la teoría existencialista, fue capaz de ceder ante la inautenticidad al unirse históricamente al antisemitismo Nazi (Goni, 2008).
En su momento y aun en la actualidad, muchas personas inspiradas por el estudio del existencialismo se introdujeron en la búsqueda de las verdades existenciales, dándose a la tarea de buscar acciones de mala fe, haciendo hincapié en la necesidad de la libertad y la responsabilidad. Este ejercicio indudablemente no es malo, ya los griegos habían afirmado que el principal objetivo de la filosofía era lograr el hombre ilustrado, dejando a un lado los títulos y nombramientos honorarios;
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