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Competencias Para Investigar


Enviado por   •  29 de Mayo de 2014  •  2.380 Palabras (10 Páginas)  •  191 Visitas

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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

CICLO BÁSICO

CAMPUS BÁRBULA

COMPETENCIAS PARA INVESTIGAR

Ensayo

Bárbula, 16 de Noviembre de 2012

COMPETENCIAS PARA INVESTIGAR

En la actualidad, la mayoría de los planes de estudio de cualquier carrera universitaria reconocen la importancia de la investigación para el desarrollo de la disciplina y hacen generalmente referencias a la formación del estudiante en esta área. También se plantean como uno de los objetivos más importantes el que adquieran durante el proceso formativo, desde su inicio hasta su culminación, las competencias, habilidades y destrezas para llevar a cabo tal actividad investigativa.

Por consiguiente, expertos en materia investigativa recomiendan como uno de los objetivos primordiales en la formación de profesionales “adquirir competencias en los métodos, procedimientos, técnicas e instrumentos propios de la investigación en la disciplina y su transferencia a los diferentes campos y ámbitos de aplicación” (cfr. Piacente, Compagnucci, Schwartz y Talou, 1999; Universidad Nacional de Córdoba, 1986). A partir de datos obtenidos en estudios previos, como el de Tornimbeni y González (1998), fue posible inferir que frecuentemente los estudiantes tienen dificultades considerables en su recorrido curricular, lo que permite pensar que no sólo falta información sobre las etapas del proceso de investigación, sino también el dominio de las competencias requeridas para llevarlo a cabo.

En efecto, el concepto de competencia comienza a usarse en los años 20 en el área de la pedagogía por el interés que había en la transmisión de conocimientos por parte del docente. En 1971, el trabajo del psicólogo McClelland impulsa este concepto y lo redefine como la característica esencial de la persona que es causa de su rendimiento eficiente en el trabajo. Con base en esta definición, se comienza a aplicar el término en los procesos de gestión en recursos humanos para el mejoramiento del desempeño laboral, y en sentido amplio, ha sido utilizado en distintas áreas de sociología y desde diferentes corrientes teóricas para ciertos aspectos, sean estos cognitivos, sociales, ejecutivos o afectivos, evidenciando con ello su carácter múltiple. De acuerdo a Corigliani y Salvetti. (2010), entre las corrientes de pensamiento para el estudio de las competencias predominan tres enfoques:

El primero es el análisis conductista (escuela americana). Uno de los autores de esta escuela define las competencias como “las características subyacentes en una persona que están causalmente relacionadas con la actuación de éxito en un puesto de trabajo”, es por ello que se señalan que las competencias “son unidades de actuación que describen lo que una persona debe saber y poder hacer para desarrollar y mantener un alto nivel de desempeño. Incluye aspectos cognitivos, afectivos, motores y de experiencia”.

La segunda es la corriente funcionalista (escuela británica), dentro de la cual se conceptúa a las competencias como la capacidad productiva del individuo que se define y mide en términos de desempeño de un determinado contexto laboral. Refleja los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes necesarias para la realización de un trabajo efectivo y de calidad.

Por último, se halla la postura constructivista (escuela francesa). En donde se considera que las competencias no se definen a priori sino que se construyen; son una lista de comportamientos que ciertas personas poseen en mayor medida que otras y que las vuelven más eficaces en una situación dada. De allí se sugiere la posibilidad de un modelo ecléctico “donde se mezclen los elementos fundamentales de las tres corrientes de estudio de las competencias”, incluyendo en ello “conocimientos, rasgos de personalidad y experiencias laborales en una organización específica”.

Del mismo modo, los procesos de la investigación científica poseen diversos niveles de sistematización en los cuales se puede afirmar que no existe diferencia alguna en razón de competencias entre un niño, un adulto o un investigador formado, la diferencia entre estos radica en los niveles de sistematización de los procesos que se desarrollan. La primera condición para hablar de competencias es estar inmerso en la realidad. A partir de estas se debe llevar a las personas a desarrollar su capacidad de observación (primera competencia) lo cual les permitirá hacerse preguntas y descubrir cosas (segunda competencia) y descubriendo cosas, podrán explicar lo que ven (tercera competencia) para luego poder predecir algunas cosas en torno a los objetos que se observan, (cuarta competencia). A partir de estas cuatro competencias se desarrolla la estructura del conocimiento, ya sea vulgar o científico y es lo que hay que tratar de fomentar en las personas.

En cuanto a las competencias específicas para la actividad investigativa se considera que el conjunto de competencias investigativas puede determinarse a partir del concepto de “unidades”, que indican los momentos específicos para llevar a cabo el proceso de la actividad investigativa. Algunas de tales unidades son la posibilidad de integrar la información y el enfoque multilateral de los asuntos, la representación y descubrimiento de situaciones problema, la posibilidad de trabajar en equipo, la autorregulación del desempeño, la disposición para el manejo de incertidumbres, la formación ética y el compromiso social. Tamayo (2008) las define como aquellas destrezas, conocimientos, conductas y características necesarias para lograr un buen desempeño en el ámbito correspondiente.

Otros autores, como Vargas De Rodríguez (2010), explican las competencias del investigador mediante tres factores observados permanentemente en el proceso de investigación: los factores cognitivos, los afectivos y los organizacionales, cuya integración favorece el desarrollo de las llamadas macrocompetencias, mesocompetencias y microcompetencias. Van más allá de esta reflexión al expresar poéticamente, que investigar es un acto de compromiso con la historia, asumiendo un lugar en ella. Dada la importancia del proceso investigativo para el desarrollo de un país, de un continente y del mundo entero, ya que el uso de los conocimientos lleva a innovaciones, ciencia y a tecnología, su estudio se hace imperativo para sistematizar las competencias que se requieren y llevarlas a todos los estudiantes de cualquier nivel educativo.

Sin embargo, la proposición de establecer la investigación como eje curricular viene determinada

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