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Costo De Capital


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  11.886 Palabras (48 Páginas)  •  187 Visitas

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1. Introducción

Las personas y las empresas se enfrentan continuamente con la decisión de dónde invertir las rentas de que disponen con el objetivo de conseguir el mayor rendimiento posible al menor riesgo. Para determinar qué activos son interesantes para adquirir y cuáles no, es decir, cuáles son más rentables y cuáles menos a igualdad de riesgo, los inversores necesitan un punto de referencia que les permita determinar cuando un proyecto de inversión genera una rentabilidad superior a dicha referencia y cuando no. Ese punto de referencia se denomina tasa de rendimiento requerida, que podríamos definir como el rendimiento mínimo exigido por un inversor para realizar una inversión determinada. Si suponemos que conocemos las preferencias de cada individuo y las condiciones del mercado en el que nos movemos, cada inversor establecerá una tasa de rendimiento esperada para cada activo que pretenda adquirir. Entendiendo por rendimiento esperado, el que el inversor en cuestión espera recibir a cambio de correr el riesgo de realizar una inversión determinada. Así que si el rendimiento esperado de un activo es inferior a la tasa de rendimiento requerida para invertir en el mismo se desechará su adquisición, mientras que si se espera que ciertos activos proporcionen un rendimiento superior al requerido querrá decir que su adquisición aumentará la riqueza del inversor. Así, por ejemplo, supongamos que nos planteamos la inversión consistente en adquirir un apartamento en Madrid, con objeto de alquilarlo y posteriormente revenderlo transcurridos cinco años, llegando a la conclusión de que el rendimiento esperado es del 10%. Mientras que según nuestras estimaciones el rendimiento mínimo exigido a una inversión con un riesgo semejante sería del 12%. Como parece lógico renunciaríamos a la adquisición del apartamento.

Veamos otro ejemplo algo más sofisticado de cara a comprender el concepto de tasa de rendimiento requerida: Al final del año pasado la empresa toledana Dulnea S.L. que fabrica piezas de cerámica y que tiene diez socios, presentaba el Balance de Situación resumido (cifras en euros), que aparece en la tabla 1.

ACTIVO PASIVO

Activo Fijo 700.000 Fondos Propios 600.000

Activo Circulante 400.000 Préstamo a medio plazo 200.000

Pasivo Circulante 200.000

Beneficios

100.000

1.100.000 1.100.000

Tabla 1. Balance de Situación de Dulnea

Los beneficios obtenidos por Dulnea, después de pagar los intereses del préstamo y los impuestos, fueron de 100.000 euros. El Consejo de administración de la misma, que estaba formado por los diez socios, se planteó la disyuntiva de si repartir todo el beneficio o sólo repartir 25.000 euros dejando el resto en la empresa. Si se optaba por esta última vía con estos 75.000 euros se podían hacer dos cosas:

a) Invertir dicho dinero en bonos del Estado a 3 años a un tipo de interés del 5% anual. Inversión que se considera sin riesgo.

b) Invertir los 75.000 euros en la adquisición de un horno nuevo y el local respectivo, que estarían situados en la provincia de Badajoz lo que costaría un total de 225.000 euros. Los 150.000 restantes serían financiados mediante un préstamo bancario a tres años al 8% de interés nominal anual.

La primera opción no admite dudas, la tasa de rendimiento requerida de una inversión en bonos del Estado es el 5%. Ello es así porque no hay otra inversión sin riesgo que extendiéndose a lo largo de tres años proporcione más de un 5% de rendimiento. La tasa de rendimiento requerida de la segunda opción es algo más compleja. Para empezar el banco exigirá un 8% anualmente (que después de deducir la desgravación fiscal de los intereses pagados al banco y de tener en cuenta las comisiones queda reducido a un 5,31% anual efectivo) por poner dos tercios del dinero necesario para realizar la nueva inversión. Mientras que los socios requerirán, al menos, el mismo rendimiento que obtenían antes, un 16,67% , debido a que la inversión era semejante al negocio de la empresa en cuanto al riesgo soportado.

En resumen, como el banco exigía realmente un 5,31% sobre los dos tercios del dinero necesario para la inversión en Badajoz y los socios querían un 16,67% por el tercio que ellos ponían, la tasa de rendimiento requerida para dicha inversión sería del: 5,31% x 2/3 + 16,67% x 1/3 = 9,1%. De tal manera que el rendimiento esperado de la puesta en marcha de la fábrica deberá ser mayor que el 9,1% para que la inversión sea interesante; en caso contrario, sería mejor recibir un 5% sin riesgo invirtiendo en los bonos del Estado o repartir los 75.000 euros entre los socios.

2. El concepto de coste del capital

El director de una empresa, que es la persona que corre con la responsabilidad de escoger entre los posibles proyectos de inversión aquellos que sean los más rentables para sus propietarios, necesitará un punto de referencia similar al comentado en los párrafos precedentes con objeto de obtener una rentabilidad mínima a conseguir.

Ese punto de referencia, es decir, esa mínima tasa de rendimiento requerida por la empresa, recibe el nombre de coste del capital (o, también, “coste de oportunidad del capital”). Este indica aquélla mínima tasa de rendimiento que permite a la empresa hacer frente al coste de los recursos financieros necesarios para acometer la inversión; pues de otra forma nadie estaría dispuesto a suscribir sus obligaciones o sus acciones (recuérdese el caso de Dulnea que acabamos de comentar).

Esto es, el coste del capital es la tasa de rendimiento interno que una empresa deberá pagar a los inversores para incitarles a arriesgar su dinero en la compra de los títulos emitidos por ella (acciones ordinarias, acciones preferentes, obligaciones, préstamos, etc.). O dicho de otra forma, es la mínima tasa de rentabilidad a la que deberá remunerar a las diversas fuentes financieras que componen su pasivo, con objeto de mantener a sus inversores satisfechos evitando, al mismo tiempo, que descienda el valor de mercado de sus acciones. Es por esto por lo que dicha tasa será, a su vez, el tope mínimo de rentabilidad que la compañía deberá exigir a su inversiones (en el caso de Dulnea, el banco le exigía un 5,31% a cambio de concederle el préstamo, y los socios tenían un coste de oportunidad del 16,67%, todo lo cual implicaba un coste del capital de la inversión en Badajoz del 9,1%).

Es fácil comprender que tanto los acreedores como los accionistas de la empresa deban ser compensados por el coste de oportunidad de invertir sus fondos en un negocio en particular en lugar de en otros con un riesgo equivalente.

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