DESARROLLO INFANTIL

Tendencias de organización posteriores

Una vez que ha alcanzado la máxima especificidad y discriminación, la conducta refleja experimenta relativamente pocos cambios evolutivos después del periodo neonatal. La gran mayoría de los reflejos aislados se mantiene incambiada en el transcurso del ciclo vital. Ciertos reflejos regulados subcorticalmente, están sometidos a la inhibición cortical; son reemplazados por reflejos más segmentarios o restringidos.

Los demás cambios conductuales incluidos genéricamente en el desarrollo motor se producen en el área de la actividad no refleja. Al aumentar la edad, estas respuestas se vuelven más localizadas, más económicas en cuanto al grado de participación y más adecuadas a los estímulos que las suscitan. En el curso del aprendizaje, muchos estímulos nuevos que originalmente eran inadecuados tienden a volverse adecuados como resultado del condicionamiento; la restricción que se produce constituye un incremento en la selectividad y no una disminución en la cantidad de conexiones estímulo-respuesta.

Al interpretar el significado de las etapas en el desarrollo motor posterior, es importante distinguir las adquisiciones filogenéticas de las ontogenéticas. La aparición y la secuencia de las etapas es mucho más invariable en el grupo filogenético. Si bien el aprendizaje y la práctica incidentales determinan cambios entre y dentro de las etapas que se producen en los rasgos ontogenéticos, en el caso de los rasgos filogenéticos sólo determinan cambios dentro de las etapas.

Se puede admitir que el individuo podría pasar de una etapa a otra del desarrollo motor sobre la sola base de la maduración neural, o sea, sin haber experimentado realmente los aspectos relativos al rendimiento correspondientes a la etapa precedente. En rasgos motores ontogenéticos, las alteraciones discontinuamente nuevas en el rendimiento son consecuencias evolutivas de los niveles de rendimiento previos al momento de su aparición y depende funcionalmente de éstos.

Principales pautas de la conducta neonatal

Otra forma de enfocar la conducta del neonato, consiste en identificar las principales áreas funcionales en las que se distribuyen sus pautas de respuesta. Cuatro de estas pautas que dominan la conducta neonatal son el llanto, las respuestas a la alimentación, el sueño y la respuesta al dolor.

Llanto

El llanto y el gimoteo son los únicos sonidos que puede emitir el recién nacido. Los observadores no pueden distinguir con certeza los llantos provocados por distintos estímulos, tales como el hambre, el dolor y el frío, y no se ponen de acuerdo cuando se trata de identificar un estado emocional acompañado de llanto. El llanto es la respuesta más eficaz con que cuenta el bebé para reaccionar ante las molestias que le ocasionan la insatisfacción de sus necesidades corporales o una estimulación nociva.

Una pauta estereotipada

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