“DIDÁCTICA MAGNA”

“DIDÁCTICA MAGNA”

Juan Amos Comenio

Resumen

DIDÁCTICA MAGNA

CAPITULO PRIMERO

EL HOMBRE ES LA CRIATURA POSTRERA, LA MÁS ABSOLUTA, LA MÁS EXCELENTE DE TODAS LAS CRIATURAS

Desde tiempos inmemorables  el  hombre ha sido el ser que ha gobernado el mundo, y tiene en su manos el uso del cielo, la tierra y de todo lo que en ella habita, es considerado la fuente de la eternidad, de la sabiduría, no hay ser semejante a la imagen de dios, solo el hombre un ser maravillo que tiene en su manos todas las plantas, todos los animales, ovejas, bueyes, bestias del campo, aves del cielo y peces del mar, (Amós, 1998, pág. 2), llevando consigo mismo la responsabilidad de la supervivencia de todo ser vivo, es por ello que  “todos aquéllos que tienen la misión de formar hombres hagan vivir a todos conscientes de esta dignidad y excelencia y dirijan todos sus medios a conseguir el fin de esta sublimidad” (Amós, 1998, pág. 2).

CAPITULO II

EL FIN DEL HOMBRE ESTÁ FUERA DE ESTA VIDA

Si bien, dios creo al hombre con un cumulo de toda perfección gloria y bienaventuranza, tiene por ende un fin superior al de toda las demás criaturas que habitan nuestro mundo, ¿pero en si como es el principio del hombre? Todos sabemos el hombre inicia desde que está dentro del útero de la madre, de la colaboración de una gota de sangre del padre, así comienza la vida del hombre, siendo aún un pedazo de carne en los primeros días, a partir de ello empieza la delineación del cuerpo, la formación de sus brazos, pies, cabeza etc., pero sin  ningún movimiento, un pedazo de carne sin sentido ni movimiento, con el transcurso del tiempo va teniendo movimiento hasta que nace, y poco a poco van entrando las funciones del oído, los ojos, , más adelante se manifiesta el sentido interno, cuando se da cuenta de que ve, oye, siente, así hasta que se convierte en un ser con la capacidad de la razón, la reflexión, la creatividad, etc., (Amós, 1998, pág. 3).

En un inicio nuestras acciones son frágiles, un poco débiles y un tanto confusas, a su vez se desarrollan paulatinamente las potencias del ama con las fuerzas del cuerpo hasta llegar a su final, somos afortunados de gozar una triple mansión en esta vida, como lo es el útero materno, la tierra y el cielo, del primero se pasa al segundo con el nacimiento, asi del segundo al tercero con la muerte y resurrección, para pasar así a la eternidad, de esta manera cada una de las etapas que tiene el hombre lleva una misión que cumplir (Amós, 1998, págs. 3-4).

CAPITULO III

ESTA VIDA ES TAN SÓLO PREPARACIÓN DE LA VIDA ETERNA

Ya se ha mencionado, la importancia que tiene el hombre en este mundo, del desarrollo que tiene desde su nacimiento, pero ¿a qué ha venido a esta vida? Sera que solo se ha venido a prepararse para alcanzar algo más que un simple gozo, y llegar a este mundo solo es una pequeña preparación para llegar a la vida eterna, sabemos que todos nos marchamos de este mundo para pasar a otro tipo de vida, sin mencionar a los que no llegaron a este mundo ya que fueron empujados hacia la muerte, como suelen ser los fetos abortivos que por mil razones son expulsados del vientre de la madre, aun así no llegaron a ver nuestro mundo, es por ello que el objetivo principal del género humano es de servir, dar crianza de generación en generación para su supervivencia (Amós, 1998, pág. 5)

Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, dotado entendimiento, para que no careciera de un buen entendimiento, que las demás criaturas de la tierra no poseen, así el hombre posee una serie de habilidades que dios le regalo, el poder de la sabiduría, de la contemplación, el poder del amor que hace que el ser humano se distinga de las demás especies, además de regalarle completamente el mundo, el lugar que es la casa del hombre, el semillero que le da de comer, es la escuela donde se generan todo tipos de conocimientos que hace que el hombre sea mejor o peor cada día, es la academia eterna, que de alguna manera ve pasar generación tras generación viendo pasar millones de alumnos a través de los años, es decir solo estamos de paso en este un mundo, es la antesala para llegar a la eternidad (Amós, 1998, pág. 6)

CAPITULO IV

CONOCERSE, REGIRSE Y ENCAMINARSE HACIA DIOS, TANTO A SÍ PROPIO COMO TODAS LAS DEMÁS COSAS CON UNO MISMO, SON LOS TRES GRADOS DE LA PREPARACIÓN PARA LA ETERNIDAD

Todo hombre tiene una misión aquí en la tierra, el saber para qué vino al mundo es el principal motivo que el hombre debe saber,  para ello el hombre debe conocerse desde su interior hasta su exterior, la semejanza que hay entre dios y el hombre es profundamente significativo, ya que el hombre posee el poder para dominar los peces del mar, las aves de los cielos, la tierra y todo ser vivo que en ella habite,  ser una criatura racional conlleva a la responsabilidad que dios le dejo al hombre que es el cuidado de los seres vivos de la tierra, para ello el hombre debe tener completamente claro la función que realiza en el mundo, en esto el ser humano deber ser capaz de saber lo que siente, ¿cuáles son sus fortalezas?¿sus debilidades? recordemos que dios le dio al hombre un cumulo de entendimiento para poder moderar con prudencia  los movimientos y las acciones para poder ayudar al prójimo, dentro de los requisitos genuinos  que necesita  un hombre son:

-Que sea conocedor de todas las cosa.

- Dueño de ellas y de sí mismo.

- Encaminarse él y todas las cosas hacia Dios, origen de todo.

CAPÍTULO V

LA NATURALEZA HA PUESTO EN NOSOTROS LA SEMILLA DE LOS ELEMENTOS ANTEDICHOS (ERUDICIÓN, VIRTUD Y RELIGIÓN).

De la creación de dios, el hombre ha surgido para hacer el bien, pero no ha nacido bueno, por tanto la divinidad de dios es generosa, pues dio al hombre la divina sabiduría, para que tenga inteligencia de las cosas, para que ame a dios por sobre todas las cosas, por tanto de ahí viene la capacidad intelectual del hombre, la voluntad por vivir miles de años a través del tiempo, para seguir a pesar de todas las dificultades que al hombre le surgen por causas de la bendita naturaleza, es fantástico el uso de la razón por parte del hombre, tal como le dice Platón “es tan natural al hombre saber todas la cosas, que si interrogamos correctamente a un niño de siete años acerca de la cuestiones de la filosofía podrá contestar acertadamente…”.

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