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Desarrollo Psicomotriz Y Anatomofisiológico


Enviado por   •  1 de Julio de 2011  •  2.592 Palabras (11 Páginas)  •  13.607 Visitas

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Desarrollo psicomotriz y anatomofisiológico

Desarrollo psicomotriz:

La experiencia corporal, desde las primeras edades evolutivas, se abastece de contenidos emocionales y afectivos, lo cual permite que emerjan con mayor facilidad las diversas funciones cognitivas y motrices claves para el desarrollo de cada estadio evolutivo.

Es decir; las experiencias que el niño va teniendo con su cuerpo en relación a su medio permiten, como señala Piaget, elaborar esquemas y éstos a su vez le permiten diferenciar y continuar sus experiencias hasta llegar a la elaboración definitiva de su yo corporal. Por tanto, se hace imprescindible en las primeras etapas evolutivas, la experiencia de emplear la totalidad del cuerpo en el juego simbólico; el comportamiento motor, la espontaneidad, el gesto, la postura, etc., como los medios expresivos básicos por excelencia y por encima de la palabra.

Una vez iniciado el crecimiento como individuo, unido a la consolidación y al mismo tiempo a la abstracción del esquema corporal, se van uniendo las imágenes que se hacen con respecto al cuerpo, las cuales suelen ser fruto de los reflejos que se reciben de los objetos (mundo objetar) como de los sujetos (mundo social). A raíz de este proceso de conjugación entre las nociones de esquema e imagen de la corporeidad, se construye un nivel de conciencia corporal adecuado a cada edad evolutiva por la que se atraviesa.

Etapas del Esquema Corporal:

•La primera etapa:

Contemporánea al nacimiento y hasta alrededor de los 2 años, o período maternal; cuando el niño comienza a enderezar y a mover la cabeza como acto reflejo y después endereza el tronco, estas actividades lo conducirán hacia las primeras posturas de sedestación, la cual le facilitará a su vez la prehensión.

•La segunda etapa:

De los 2 y hasta los 5 años aproximadamente, es el período global del aprendizaje y del uso de su cuerpo. Aquí, la prehensión se va haciendo más precisa, asociándose a los gestos y a una locomoción cada vez más coordinada, la motilidad y la cinestesia de manera asociada, permiten al niño una utilización crecientemente diferenciada y precisa de su cuerpo entero.

•La tercera etapa:

De los 5 a los 7 años, período de transición. El niño pasa del estadio global y sincrético al de la diferenciación y análisis, los datos sensoriales especialmente los visuales, permiten pasar progresivamente de la acción del cuerpo a la representación, afirmándose la lateralidad, el conocimiento de derecha e izquierda, la independencia de la mano con relación al tronco y el dominio de la postura y la respiración.

•La cuarta etapa:

De los 7 a los 11 años, constituye la elaboración definitiva del esquema corporal. Se desarrollan y consolidan las posibilidades de relajación global y segmentaria, la independencia de los brazos y piernas con relación al tronco, la independencia de la derecha respecto a la izquierda, la independencia funcional de los diversos segmentos y elementos corporales y la transición del conocimiento de sí, al conocimiento de los demás, esto tiene como consecuencia el desarrollo de las diversas capacidades de aprendizaje así como la relación con el mundo exterior, ahora el niño tiene los medios para conquistar su autonomía.

Desarrollo anatomofisiologico:

Las particularidades anátomo-fisiológicas de los más pequeños determinan algunas condiciones que han de ser tomadas en cuenta en la realización de las actividades psicomotrices, y que se derivan de las posibilidades de su sistema nervioso y actividad nerviosa superior, y de las condiciones psicológicas requeridas para tales actividades.

Así, por ejemplo, cuando los niños realizan ejercicios de este tipo, es recomendable no excederse del tiempo asignado a esta actividad (que depende de su edad), que durante ella las acciones que ejecuten aumenten paulatinamente, y que estas tengan un carácter en las que no se exija su realización rápida o el cambio brusco de un movimiento a otro, condiciones todas que de vulnerarse pueden conducir fácilmente a la fatiga y a la pérdida del interés.

Desde este punto de vista, la consecución o habilitación de condiciones que posibiliten la concentración de los niños en lo que hacen, y la ausencia de estímulos externos excitantes que los distraigan (como puede ser, incluso, la visualización previa de los objetos que van a utilizar en la actividad, como pelotas, aros o bastones) son condiciones educativas básicas para el desarrollo de las actividades psicomotrices, que están muy estrechamente relacionadas con las particularidades de su actividad nerviosa superior. Sin embargo, las condiciones de tipo psicológico y pedagógico juegan el rol fundamental para la realización exitosa de tales actividades psicomotrices, destacándose, en primer lugar, las que se corresponden con la motivación.

Implicaciones educativas higiene del proceso pedagógico La atención a la salud de los niños no es una actividad que competa solamente al médico o la enfermera del centro infantil, sino que es una tarea de primer orden del educador, que ha de tener en su currículo de formación contenidos que le permitan realizar esta función desde su perspectiva de educador, sin suplantar el rol que le corresponde a los otros profesionales.

En realidad las tareas que competen a esta función van a estar en estrecha relación con las condiciones estructurales y organizativas de los centros, de su horario general de actividades, de su rutina diaria. A los fines de este material se ha de considerar a un centro infantil que posee todos los grupos etarios, que tienen un horario completo y que realiza todas las actividades que le corresponden a su rutina diaria.

Una tarea inicial dentro de esta función de preservar la salud de los niños consiste en atender a la estructuración higiénica del ambiente, lo cual es condición indispensable para garantizar un lugar propicio para la sana actividad de los niños, física y emocionalmente, en un medio circundante adecuado a su actividad y movimientos.

La estructuración higiénica del ambiente no es responsabilidad directa del educador, esto compete más al personal médico e higiénico-sanitario, pero no por ello el educador está exento de asumir esta función en la medida en que su competencia le permite actuar. Dentro de esta tarea es necesario considerar:

La planificación de actividades ha de tomar en consideración numerosos aspectos que garantizan la estabilidad emocional y conductual de los niños, tanto en lo que corresponde a la duración de las actividades, su alternancia lógica en la rutina diaria, las particularidades de la actividad nerviosa superior de los niños, entre otros factores. De esta manera el proceso

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