Desarrollo cognitivo piaget (Viviana).
Enviado por ViVi Fonseca • 26 de Junio de 2016 • Trabajo • 2.815 Palabras (12 Páginas) • 307 Visitas
Desarrollo cognitivo – Jean Piaget
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Alumno: Viviana Fonseca
Prof: Carina Sagrera
Año: 2016
Institución: CeRP del Este
Introducción
En el siguiente apartado trabajare con el psicólogo Jean Piaget y su modelo genético del aprendizaje. La teoría de Piaget es denominada como el desarrollo cognitivo desde un punto de vista biológico, encontrando que cada individuo se desarrolla a su propio ritmo.
Además se hablara principalmente sobre el desarrollo cognitivo (desde la fase del recién nacido, donde predominan los reflejos, hasta la etapa adulta caracterizada por procesos conscientes de comportamiento regulado) como un proceso de construcción de conocimiento que se realiza en estadios y sub estadios.
Este plantea que el proceso de desarrollo se caracteriza por la asimilación, la acomodación y la equilibración según la teoría de Piaget. La asimilación se lleva a cabo como incorporación de preceptos nuevos a un esquema previo; la acomodación como el cambio de esquemas y operaciones y; la equilibración, como transición entre estadios.
El niño es un ser pensante y cambiante siempre está en constante evolución, por lo que es importante mencionar que el desarrollo es un proceso gradual de crecimiento físico, social, emocional e intelectual mediante el cual se convierten en adultos.
Etapas del desarrollo cognitivo
Nivel senso-motor
Este período se da en los primeros dieciocho meses de vida del individuo, es donde el lactante no presenta pensamiento ni afectividad ligada a las representaciones que permitan evocar los objetos o las personas ausentes. Aunque el desarrollo mental durante esta etapa es particularmente rápido e importante ya que el niño elabora a ese nivel el conjunto de subestructuras cognoscitivas que servirán a modo de partida para sus construcciones perceptivas e intelectuales posteriores, que determinaran de algún modo su afectividad subsiguiente.
Inteligencia senso-motor
Son esas construcciones que se efectúan apoyándose solamente en percepciones y movimientos, mediante una coordinación senso-motora de las acciones, donde no intervienen los pensamientos o representaciones.
Esta inteligencia es una sucesión notablemente continua de estadios, donde cada uno de ellos señala un proceso parcial.
Entonces se presenta el mecanismo de asimilación, considerando la actividad organizadora del sujeto tan importante como las relaciones inherentes a los estímulos exteriores, ya que el sujeto no se hace sensible a estos en la medida en que son asimilables a las estructuras ya construidas, que modificaran enriquecerán en función de las nuevas asimilaciones.
Estadio I
El punto de partida del desarrollo esta en las actividades espontáneas y totales del organismo, y en los reflejos concebidos a la vez como una diferenciación de ellas y como capaces de presentar una actividad funcional que implica la formación de esquemas de asimilación.
En los reflejos del recién nacido, presentan una gran importancia para el futuro los reflejos de succión, que dan lugar a el “ejercicio-reflejo”, que es una consolidación por ejercicio funcional. Entonces la asimilación reproductora o funcional que asegura ese ejercicio se prolonga en una asimilación generalizadora (no distinguir el pezón de otros objetos o chupar en el vacío) y en asimilación re- cognoscitiva (donde distingue el pezón de otros objetos). Si decimos que una adquisición (ej. Chupar el pulgar, que no es un reflejo ni un instinto), se inscribe en el esquema reflejo ya constituido y lo extiende por la integración de elementos senso-motores que hasta ese momento eran independientes a el individuo.
Estadio II
Se constituyen los primeros “hábitos”, donde existe la persecución de un fin planteado desde el comienzo (al inicio de la conducta distingue el fin que quiere conseguir previamente), luego busca los medios apropiados (suministrados al individuo por esquemas conocidos) que son diferenciados de los esquemas iniciales que señalaban su finalidad a la acción.
Estadio III
Presenta que el niño no solamente lleva los aprendizajes elementales fuente de los simples hábitos, sino que también proporciona una serie continua de intermediarios entre las dos variedades de reacciones.
Luego del estadio de los reflejos(I), y el de los primeros hábitos(II), se da lugar este tercer estadio que muestra las transiciones siguientes a partir del momento en el cual coordina entre la visión y la aprehensión (el niño agarra y manipula todo lo que ve en su espacio próximo).
Estadio IV y V
En el estadio IV observamos actos mas completos de inteligencia práctica. El sujeto impone una finalidad previa, independiente a los medios que empleará. Esta coordinación de los medios y de los fines es nueva y se renueva en cada situación imprevista (es lo cual le brinda la inteligencia a este acto), y los medios empleados son tomados solamente de los esquemas de asimilación conocidos.
Durante el estadio V, se le añade a las conductas precedentes una reacción esencial, la búsqueda de medios nuevos por diferenciación de los esquemas conocidos.
Estadio VI
Con este estadio se cierra el período senso-motor y se da lugar a la transición al período siguiente donde el niño se hace capaz de encontrar nuevos medios, no solo por tanteos exteriores o materiales, sino por la combinación interiorizada, que da lugar a una comprensión repentina, pero este criterio es demasiado estrecho, ya que por la serie ininterrumpida de los diversos estadios (I-V) los esquemas senso-motores se hacen susceptibles a de estas nuevas combinaciones e interiorizaciones que hacen posible la comprensión inmediata de ciertas situaciones. Y este ultimo estadio no puede ser separado de los anteriores.
Construcción de lo real
el sistema de los esquemas de asimilación senso-motor da lugar a una especie de lógica de la acción, que implica poner en relaciones y en correspondencias (funciones) las estructuras de orden y reuniones que constituyen las subestructuras de las futuras operaciones del pensamiento. La inteligencia senso-motora organiza lo real, construyendo a partir de los funcionamientos propios las categorías de la acción que son los esquemas de objeto permanente, de espacio, del tiempo y de la causalidad, subestructuras de futuras nociones correspondientes. Durante los dieciocho primeros meses del niño ocurre una “des-centración” general, donde el niño termina de situarse como un objeto entre otros, en un universo formado por objetos permanentes, estructurado de manera espacio-temporal, y sede de una causalidad a la vez especializada y objetivada en las cosas.
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