"Discursos Interrumpidos" Walter Benjamin

“El arte moría y el alma no podía dejar de sentir el dolor de la pérdida (del aura), pero la razón revolucionaria se regocijaba ante lo necesariamente nuevo”

Ese nuevo arte, pertenece a las nuevas condiciones de producción: el cine. “las cosas son así (en el marco de la Industria cultural). Nace del replanteamiento de la ruta analítica marxiana ortodoxa: la estructura no es determinante de la superestructura, sino que ella misma, su actual estado de cosas, obedece a sus condiciones de producción. Se trata de observar el arte en su proceso de producción y no como una simple consecuencia ni del “modo de producción”, ni de los designios voluntaristas de la política. “En consecuencia, analizar el arte desde su materialidad productiva, desde las formas concretas de su producción, permitirá entenderlo alejado de “conceptos heredados”.

En la época de la reproductibilidad técnica masiva, con sus nuevas condiciones de producción, la obra de arte pierde su aura, su autenticidad, efecto que le hace ver aparentemente lejos (aunque esté realmente cerca). El arte deja de ser arte de la tradición.

El arte pierde su contenido ritual y su nivel cultural para adquirir una función social y una tarea política. Abandona los sitios que lo habían sacralizado para dirigirse a las masas. Esto quiere decir que da una especie de giro copernicano: ya no es el individuo el que en un acto de contemplación busca el arte, sino el arte, como mecanismo de fruición es el que va en busca de él.

Benjamin igual que Marx veía en la apoteosis de la técnica (o de la industria) desarrollada por el capital, la destrucción del establecimiento. Creían que el sistema se resquebrajaría desde dentro, por la misma lógica de sus relaciones sociales de producción. Benjamin despoja el arte del aura porque necesita que su reproducción en masa lo democratice; pero esta democratización no será gratuita, el arte en el que piensa nuestro autor es un arte con una función social renovada. Es una arte altamente politizado, instrumento preciso para una revolución cultural y material.

En Marx vemos una situación similar: quiere que se desarrolle la gran industria, puesto que sólo del máximo desarrollo de las relaciones de producción capitalista nacerá el comunismo. Pero esto no es gratis. Por supuesto no es una relación cándida de causa-efecto. Con el desarrollo de la industria se fortalecen las ligas obreras, se sindicalizan los trabajadores, al tiempo que se politiza la miseria en la que éstos viven, en relación con la buena vida burguesa, lo que conlleva a que se agudice la contraposición dialéctica de clase que los enfrenta en la historia; lo que desencadenaría, para Marx, en la negación de la burguesía por parte del proletariado. La revolución que transformará las condiciones objetivas de existencia.

Benjamin es consciente de que el fascismo ha tomado el cine como medio de propaganda.

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