Docente De Educación Media En Matemática
Enviado por NelsonGradiz • 28 de Junio de 2012 • 2.225 Palabras (9 Páginas) • 444 Visitas
La Raza Amerindia
Un caso que ofrece notas particulares es el de la raza amerindia.
El arribo de los europeos a América, a fines del siglo XV, los puso en contacto con un mundo racial y cultural que no conocían, y que les hizo producir teorías de toda especie para imaginar cual había sido el origen de los llamado “indios” del Nuevo Mundo. Se pensó lo mismo que estos eran descendientes de egipcios, que de fenicios, cananeos, o cartaginienses y aun algunos supusieron que provenían de las Tribus Perdidas de Israel, como imagino Lord Kingsborough, por más que ya en el siglo XVI, con mayor tino y perspicacia, el Padre José de Acosta indico, en su historia Natural y Moral de las Indias, que lo mas probable era que los aborígenes de América llegaron a esta procedentes de las tierras inmediatas, que para el caso resultaban ser las del Continente Asiático.
Tal opinión a prevalecer en lo fundamental y los antropólogos de la Escuela Norteamericana son quienes mas han insistido en ella, con el papel destacado, del doctor Hrlicka. Conforme a esta tendencia, se piensa que en varias oleadas sucesivas llegaron los inmigrantes asiáticos a través del Estrechjo de Behring.
Según algunos autores, la llegada de aquellos solo pudo tener lugar hasta que se retiraron, en América los mantos de hielo de la ultima glaciación, cuya amplitud cubría gran parte de Alaska, todo el Canadá y algunos puntos septentrionales de los Estados Unidos. Esto es, el tiempo de arribo de los primeros inmigrantes debe situarse en una fecha no mayor de 20,000 años. Sin embargo varios hallazgos recientes hechos en Estados Unidos demuestran la presencia de seres humanos hace unos 38,000 años. Como quiera que haya sido, los primeros pobladores penetraron al Hemisferio Occidental a pie o en embarcaciones muy primitivas. Llegaron desprovistos de los elementos propios de una cultura elaborada y compleja, con recursos caracterizadamente paleolíticos ya que sus conocimientos eran los propios de los cazadores prehistóricos que labraban modestamente las piedras. Acaso conocían el fuego, pero desconocían la agricultura, la cerámica, la ganadería, la rueda y otras muestras de civilización surgidas, en el Viejo Mundo tiempo mas tarde. Eran en suma, cazadores nómadas que se alimentaban con la carne de los grandes animales pleistocenos. Su nivel cultural no era distinto de los europeos primitivos y correspondían tales primeros inmigrantes, al tipo de seres dolicefalos, u hombres de cráneo alargado.
Después hicieron su aparición en América otros inmigrantes, que practicaban la caza secundaria, pero eran más dados a la recolección de frutas silvestres. Se piensa que procedían del sureste de Asia, e incluso de Indonesia.
La tercera, movilización u oleada asiática dejo sentir la presencia de nuevos elementos culturales en ese entonces, tales como el perro domesticado, la utilización del cobre, la cerámica y otros. Al mismo tiempo, el tipo humano braquicéfalo, esto es, de cráneo arredondeado, comenzó a ser más común, hasta el punto de que los dolicefalos fueron poco a poco confinados a sitios apartados.
Es increíble que otras inmigraciones hayan llegado posteriormente a América, procedentes de Melanesia y Polinesia.
En definitiva, parece cosa segura que la inmensa mayoría de quienes arribaron al Continente Occidental eran de origen asiático, mongoloide.
La máxima dispersión, a lo largo y ancho de este Continente, tuvo lugar desde el año 3,000 a.c. hasta el principio de la Era Cristiana
La aislada opinión formulada por Florentino Ameghino, que postulaba el origen autóctono de la raza amerindia, nacida en el Hemisferio Occidental, sin antecedentes de otras partes, no es sostenida actualmente por nadie.
En fin, algunos indicios nada desdeñables frutos de la observación hecha en estatuas precolombinas, en pinturas, o resultante del examen de algunas tradiciones, parece corroborar la presencia de grupos caucasoides llegados en épocas antiguas, de los cuales Rivet apunta varios datos de interés. Fueron distintos, desde luego, de los escandinavos que arribaron a fines del primer milenio de la Era Cristiana. Se trata de caucasoides, hombres de piel clara y Barbados, que quizás llegaron, lo mismo que los mongoloides, por la ruta de Behring, en calidad de cazadores, tras la pista de animales que les servían de sustento, y que pudieron considerar a América como la prolongación del territorio Asiático.
La presencia de otro tipo claramente mongoloide, como es el de los esquimales en el norte de América, obedeció a migraciones posteriores a las que se han citado.
Es dable pensar que, con su débil patrimonio cultural, reducidos, sobre todo los primeros inmigrantes, a convivir en grupos pequeños que avanzaban sin forzar el paso de los ancianos ni de los niños su dispersión por América a lo largo de siglos, marco el inicio nebuloso y gradual de la prehistoria en esta parte del mundo, en la que la cultura tuvo que irse forjando poco a poco, hasta llegar a las etapas históricas de mayor desarrollo en el México antiguo y en el antiguo Perú, en cuyo suelo se asentaron las culturas aborígenes de mayor rango.
Las Altas Culturas Primarias
Alfredo Weber ha puesto especial énfasis en las grandes transformaciones sociales y culturales que tuvieron lugar en un plazo que se desenvolvió entre los años 4,000 al 2,000 a.c. condiciones climatéricas de particular interés se presentaron entonces, en forma optima para Europa y Norteamérica, en tanto que las áreas centrales y septentrionales de Asia resintieron un clima peor, hasta el punto de surgir en la región siberiana el ámbito helado de las tundras que llego a ser sepulcro de no pocos animales atrapados allí, como los mamuts, de los cuales se han encontrado algunos restos congelados. “Es bien conocido, dice el mismo autor alemán, que el marfil de los colmillos de tales mamuts constituía todavía en el siglo XVIII el objeto de un comercio de exportación de alto vuelo”.
A partir del cuarto milenio, antes de Cristo, las comunidades humanas llevaron a cabo cambios sustanciales que corresponden a la parte final del Neolítico, y principios de la Edad de los Metales o Protohistoria.
Hecho fundamental lo constituyo la difusión de la ganadería en Asia; caballar en el norte, vacuna en el centro y porcina en el sur. La baja de la temperatura, unida a la desecación gradual, pusieron en movimiento a los criaderos de ganado en el norte y en el centro, dando lugar a un cierto nomadismo pastoril, con el cual “Asia se convierte en el mayor centro de irradiación de emigraciones que se ha conocido en toda la historia”.
El
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