EFECTO: MARKETING

EFECTO : MARKETING

Por: Maritza Romero Mares.

En muchos sentidos, la vida actual se transforma casi inmediatamente y en el lapso de las acciones que cada persona determina al día y que sin pensar a veces, no sólo hablan de un rutina a la que se adscriben para poder mantener las actividades que se han impuesto, o bien asumir la repercusión de cada uno de los roles que ejecutan.

La literatura al respecto es basta, e increíblemente activa… parece que cada vez más los escritores están junto de nosotros, o que incluso, como alguna vez lo imaginaron, somos potencialmente dignos de hacer el nuevo Best seller. Así cada letra escrita en este sentido de la vida, nos toma de la mano y nos lleva por cada una de las sendas que podemos atravesar.

Igual se tiene acceso a cada paso de la vida a una construcción de textos que explican el destino y vida programada o al menos imaginada que podemos seguir. Y entonces pasamos de “Disney Princesas” a “Eres” o “Veintitantos…” y con el detenimiento y capacidad que da la capacidad lectora de quienes son parte del ámbito universitario; se reconocen las distintas dimensiones sociales, por supuesto los indispensables motores de refuerzos y estrategias para sobrepasar el nivel de lo tangible al margen de lo imaginario.

Lo interesante, es que cada vez parece menos imaginario, ya es casi imperceptible el campo que simbólicamente se acerca o mejor dicho asecha a cada miembro de la sociedad para poder presentarle el campo sobre el que pueda o tiene “permitido” abastecer su incansable imaginación para determinar qué puede o quiere hacer.

En este sentido, la brecha del conocimiento resulta cada vez mas estrecha entre los parámetros de lo analizable, con los sujetos o hecho de análisis. Y es que hoy precisamente, seguramente trae consigo una marca puesta. No importa si es el reloj, la ropa, los accesorios, zapatos, lociones o…. Esta haciendo este escrito en una Mac.

Más allá de los accesos a las fuentes que establecen los pasos sobre los que hay generar procesos de análisis, o bien, dejar patente que se debe estudiar a la sociedad, la misma vida y la ciencia de lo experimental da una vuelta a la observación y nos exige que volvamos la vista sobre lo que miramos cada día.

Y sin frases hechas, se demuestra una vez más que si queremos progresar y conceptualizar el mundo, debemos mirar el mundo.

Paradojas como esta, son las bases de quienes han consolidado y refutado modos de acceder a lo que tienen, en algunos casos, en otros … los llevan a un casi sentir de diferencia y los reconstruyen a través de la posesión de objetos, en los que por supuesto se incluye el lenguaje.

Y es que es en realidad la palabra es lo que logra que se generen etiquetas y que se maticen cortometrajes de una vida deseada, que ahora puede ser tangiblemente adquirida. Sí, la mención y la materialización de la palabra logran que se vuelva realidad lo que soy… quiero ser, y seré.

Al principio, denominar a los objetos fue una capacidad y necesidad que el hombre logró por mérito propio para poder interrelacionarse con el medio ambiente y con otros seres. Después categorizaron las relaciones sociales y se fue consolidando el poder que había dado la fuerza.

Es así que los mercados antiguos, cambiaron comercialmente los trueques por la existencia de la moneda; la economía reconocía sus inicios y la capacidad del vendedor o tlacuani dejaba presente los primeros argumentos sobre los que se ejecutaba el poder de decisión de compra.

Vale entonces la pena, destacar la venta de los esclavos que eran también productos que podían estar en un lugar particular para se adquiridos. Hecho que puede ser visto, por supuesto, como un acto de barbarie o de falta de moral o ética. Pero que en el sentido de la venta demostraban que el poder de compra sobrepasaba el maíz o algún otro producto para pasar al derecho de poseer la fuerza por la capacidad económica que se tenía.

Al paso de la historia, el menú de opciones de productos y de servicios se amplió y con ello se abrió también la competencia y la competitividad. El marco de acción de los responsables por lograr las ventas, se hizo tangiblemente más importante, pues ahora no sólo bastaba argumentar la frescura, eficiencia o novedad de lo que estaba en los nuevos mercados y supermercados; se hizo necesario también llegar antes, de una manera más inmediata y con mejores mercancías.

Las características de cada una de las opciones ofertadas debía quedar clara y explícitamente indicada, para que no hubiera dudas, pero sobretodo culpas. Sí culpas, por adquirir elementos no necesarios o gastar presupuestos que en realidad no estaban contemplados.

De esta manera, se planteaba una paridad en relación al tiempo de la producción; sus costos o presupuestos en relación a los insumos necesarios y a la rotación propia de los inventarios o almacenaje. Ford, pasó a la historia por su capacidad de innovar de armar y de su famosa línea de producción, pero… si Taylor no hubiese establecido sus 14 puntos de calidad y los primeros psicólogos no hubiesen hablado de motivación, higiene laboral y del rendimiento del personal… dudo que los autos serían hoy: productos.

Es por ello, que el factor humano aparece y seguirá apareciendo, siempre que se hable de cualquier actividad en nuestro mundo. Incluso es necesario enfatizar que el término Capital Humano, hace una justa dimensión de la importancia que tiene la unión del conocimiento para lograr alcances y avances mayores.

Y en la perspectiva de integración de la que tanto se pregona hoy, este bosquejo es en realidad el marco de lo que hoy conocemos como : Mercadotecnia.

Área del conocimiento de la que hoy todos hablan, que muchos mencionan y otros castigan por el consumismo que se ha generado y por la inconstancia que existe en el comportamiento de la sociedad.

Tal vez, lo que hace falta mencionar, es que por supuesto se reconoce el crecimiento de las empresas, que pudieron consolidarse en el momento en el que contemplaron la cultura corporativa como factor de unión y arranque de todos los que allí trabajen. Que además describieron la ocasión y parámetro de tener un perfil de puesto bajo la perspectiva de pensar: “la gente adecuada, en el momento adecuado”, dieron a los recursos humanos un valor que debía engranar exactamente en cada una de las actividades previstas.

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