ELABORACION DE UN PRODUCTO: “CUENTO”
Enviado por johnjairocruzate • 1 de Abril de 2013 • Trabajo • 1.934 Palabras (8 Páginas) • 791 Visitas
CUENTO, TRABAJO INDIVIDUAL FASE DE PROFUNDIZACION UNIDAD DOS CAPITULO VI, “COMO LEER Y ESCRIBIR”.
ESTUDIANTE
JOHN JAIRO CRUZATE ALZATE
cruzatealzate@hotmail.com
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA –UNAD-
ESCUELA DE CIENCIAS BASICAS, TECNOLOGIAS E INGENIERIAS
PROGRAMA DE INGENIERIA INDUSTRIAL
CURSO COMPETENCIAS COMUNICATIVAS
FLORENCIA- CAQUETA
2009
ELABORACION DE UN PRODUCTO: “CUENTO”
Juanito, sus tres hermanos y la desgracia de nacer en una realidad violenta.
En las entrañas de una vereda de nombre Caguancito, a orillas de un camino pedregoso, protegido por la selva y con difíciles condiciones de acceso y de transporte, pero mantenido en buenas condiciones como resultado de la unión y colaboración permanente de cada uno de los residentes de aquellas bellas pero apartadas parcelas, motivados en la preocupación e interés de sacar adelante dicha región, con el empuje y las características que son propias y que acompañan la berraquera con que el hombre colono colombiano funda los pueblos, avisorando futuro progreso, de quienes hacen patria y forman relación de comunidad para su propio bien y el de su descendencia, para el mes de mayo del año bisiesto de 1985, se dio a luz a un niño al que desde mucho antes de siquiera pensar en procrearse, se decidió que sería la personita que consolidaría por cuarta y última vez, una bella relación entre dos habitantes de la región.
La ilusión producida, la alegría y felicidad que rodeaba la relación de ésta pareja motivó a que el niño fuese llamado y bautizado Juan. Juan como sinónimo de esperanza y de fé en la vida. Desde entonces el vivió en el humilde ranchito de tabla y bareque con toda su familia, compuesta por sus tres hermanos: Pedro, David y Santiago; su padre: Esteban y su querida madre Sara; representantes de un hogar que había perdurado a través del tiempo durante quince años, a pesar de innumerables crisis, que en muchas ocasiones la hicieron tambalear, afectados por la constante presión de individuos representantes del mal en la tierra, que con actuaciones diabólicas y perversas dominan y controlan de manera violenta la vida de regiones tan apartadas donde el campesinado sucumbe a sus pretensiones armadas de someter a la población a realizar lo que más favorezca en su inútil lucha de tomarse e poder de la región a la cual pertenecía la vereda.
Juan era el menor de todos, un chico bastante travieso y juguetón le gustaba salir a los campos verdes a recoger fruta fresca, a tirar piedritas al rio, a hacer tantas cosas que como niño le producían a él y a sus hermanitos toda la felicidad del mundo… jornadas enteras que siempre eran acompañadas y asesoradas con alegría por su madre, mientras el padre de cara al sol desde las 04:00 de la mañana luchaba por trabajar duro en las labores propias del campo, para recoger diariamente los frutos de su trabajo que forjarían el futuro de toda su valiosa familia.
Un día antecedido por una ambiente físico sombrío, acompañado de una tormenta que desde la noche anterior mediante fuertes relámpagos premonitorios señalaban de alguna manera la aparición de una tragedia, muy temprano en la mañana, llegaron a aquel humilde hogar tres hombres rudos, acuerpados y lo peor ¡Armados!, armados no solo de cobardía sino de injusticia social y apatía por lo que representa la vida para un Dios Único y Sagrado que es el que la da y así mismo es el que la debe quitar, cuando de manera omnipotente lo considere, al entrar al patio de la vivienda atinaron a preguntar de manera agresiva, intimidante y violenta, esgrimiendo armas en vez de razones: ¿Vive aquí el señor Esteban?, le preguntó a la señora Sara, un hombre encapuchado al mismo tiempo que le apuntaba con el arma hacia su vientre y los demás secuaces se iban acercando y rodeaban la vivienda con las intenciones de penetrar a ésta ante la primera posibilidad que brindara Sara.
Un aire de escalofrío recorrió inmediatamente el cuerpo de Sara y la preocupación y desconsuelo salieron a flote, siendo demostrados en su voz y rostro ante el acoso permanente que tenían aquellos hombres desconocidos por registrar el interior de su vivienda.
Al escuchar el maltrato del que estaba siendo objeto su madre mediante palabras fuertes que estremecían el interior de la vivienda, con voces que a pesar del esfuerzo infantil por reconocer jamás pudieron asimilar, los hermanitos de Juan corrieron a esconderse pero Juanito quedo perplejo y acercándose a la puerta, solo puso atención a lo que decían aquellos hombres, su madre viéndolo en el estado de shock en que se encontraba lanzó un grito desesperado: ¡Escóndete Juanito! ¡Corre hijo!, Sara ya sabía el motivo macabro de la visita y sólo exclamó atinaba a exclamar a aquellos hombres ¡Por favor no le hagan daño a mi familia! ¡No hemos hecho nada malo solo trabajamos duro, ponemos el esfuerzo y sacrificio con mi esposo diariamente para sobrevivir y dar a nuestros hijos un futuro mejor!
Pero estos hombres sin pensarlo dos veces tomaron a Sara de sus delicados brazos y la llevaron afuera, entonces preguntó uno de ellos: ¿Donde está Esteban?, de rodillas Sara solo pedía compasión, le hacían la misma pregunta una y otra vez y por cada pregunta, había súplica y terror, no escuchadas por sus agresores, quienes le respondían con golpes y malos tratos… Juanito que en medio del llanto llamaba a su madre, ya refugiado y escondido al interior de la vivienda, se preguntaba, que era lo que estaba pasando?, ellos eran personitas inocentes e indefensos, que nunca habían presenciado algo así.
En ese momento sus otros hermanos le preguntaban insistentemente a Pedro, en medio del llanto y el desespero, sobre que era lo que estaba pasando con sus papitos, ¡Cállense
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