ETAPAS DEL DUELO

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ETAPAS DEL DUELO

Nadie, absolutamente nadie está exento a que su vida tome un giro inesperado que lo haga pensar que todo ha terminado. El mayor reto al cual se enfrenta todo ser humano es el aceptar la llegada de su muerte, de algún familiar o de un ser querido como una etapa natural  del ciclo de la vida.

Un hecho que ha preocupado a la humanidad desde sus orígenes es precisamente  el  tema  de la muerte, aunque hoy en día  ha cobrado una especial relevancia, no sólo en México sino en todo el mundo. El miedo que tenemos a la muerte es precisamente por no saber cómo, cuándo, dónde, por qué y, sobre todo, si dolerá. Creo que la muerte es algo natural y la dosis de incertidumbre siempre conlleva un resultado de ansiedad o temor.

A través de mi vida, he experimentado muchísimas veces el dolor y el miedo en sus múltiples formas, de igual manera dentro de mi experiencia laboral he presenciado el dolor desgarrador de otras personas en innumerables y diversas situaciones en las que debate la vida de sus seres queridos e incluso su misma vida. Hace precisamente dos meses tuve la dolorosa pérdida de mi tía Bertha, una mujer trabajadora, estricta y  de carácter muy fuerte, quién en sus últimos años le detectaron Insuficiencia Renal Crónica, razón por la cual inicio su tratamiento de diálisis. Hace menos de un año le diagnosticaron Cáncer de mama, para ella fue una situación difícil de asimilar puesto que no se explicaba el porqué de todo esto. Reconozco que sólo quien vive esta situación sabe el dolor y el miedo que la acompañan, por más palabras de ánimo, fortaleza y fe que expresemos, sólo quién lo vive puede tomar la decisión de luchar con fe y esperanza o dejarse llevar por el miedo y el temor. Tuve la oportunidad de compartir con ella una frase que leí alguna vez la cuál decía: “Si pienso en todo lo malo que me puede pasar, empiezo a morir desde este momento. Si pienso en todo lo bueno que puede suceder, empiezo a sentir paz en mi corazón, y eso ayuda a mi recuperación.” Y mi tía decidió luchar día con día como toda una guerrera (con fe y esperanza) pensando únicamente en que todo estaría bien, y así lo hiso hasta el día de su partida. La pérdida de todo ser querido siempre va acompañada de un duelo, un duelo que debe superarse y tomarlo de la mejor manera posible.

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida, es un proceso psicológico consecuencia de la muerte o desaparición de una persona, Esta reacción psicológica no sólo tiene componentes emocionales, sino también fisiológicos y sociales. El duelo no puede ser considerado como un trastorno sino como un proceso natural que acompaña a toda pérdida. Todo duelo pasa por una serie de etapas, según Elisabeth Kübler – Ross el duelo pasa por cinco etapas: Negación y aislamiento, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación.

Estas cinco etapas del duelo fueron propuestas por primera vez por Kübler-Ross (Zurich 1926 – Arizona 2004) en su libro de 1969 “On Death and Dying” Kübler fue psiquiatra y escritora suizo-estadounidense, fue una de las mayores expertas mundiales en temas de la muerte, personas moribundas y cuidados paliativos. Fue pionera en el campo de la investigación de las experiencias cercanas a la muerte. Su libro fue basado en su trabajo con pacientes en fase terminal, esta autora afirmó que luego de la muerte se inicia un proceso por el cual la gente lidia con esta pérdida. Estas etapas del duelo no siempre siguen un orden, se cursan hasta finalmente aceptar la muerte como una etapa inevitable de la vida.

Dentro de la película “Sigue la Luz” del director Mike Robe, se pueden a preciar las cinco  etapas del duelo, las cuales se describen a continuación.  

La primera etapa de Negación y Aislamiento consiste en el rechazo consciente o inconsciente de los hechos o la realidad de la situación. Este mecanismo de defensa busca amortiguar el shock que produce la nueva realidad para sólo dejar entrar en nosotros el dolor que estamos preparados para soportar. Se trata de una respuesta temporal que nos paraliza y nos hace escondernos de los hechos. La frase que podría resumir la esencia de esta etapa es “Esto no me puede estar pasando a mí”. En la película ya mencionada, se relata la historia de Ben; un niño de ocho años de edad quién padece de hemofilia (al igual que sus dos hermanos) contraída hereditariamente de parte de su madre Claire, Ben inesperadamente es diagnosticado con VIH, la cual adquirió a través de una transfusión sanguínea. Recibir una noticia de tal magnitud para sus padres no fue nada fácil, Claire entra en una tristeza enorme al enterarse de la enfermedad que padece su hijo, e inmediatamente piensa la manera en cómo ayudar a su hijo para que disfrute cada uno de los momentos que le quedan por vivir, ella siempre trato de ver el lado tanatológico de una manera positiva, acepto la enfermedad de su hijo. Por otro lado para Greg (padre de Ben) fue muy difícil aceptar la realidad, permanecía en la etapa de negación, se negaba a creer que su pequeño hijo moriría. Ambos padres prefieren decirle la verdad a Ben,  quién a su corta edad aún no sabe la magnitud de la enfermedad, más sin embargo enfrenta la enfermedad aunada a todos  los cambios que se presentan, tanto físicos como emocionales, ya que debido a su enfermedad es discriminado en su escuela. Esta etapa es tomada por cada integrante de la familia de manera diferente, Durante esta etapa es de suma importancia el apoyo familiar, ya que cuando una enfermedad terminal se hace presente dentro del núcleo familiar (crisis inesperadas) no solo sufre el enfermo sino también la familia literalmente enferma, ya que presenta una serie de cambios como temores, miedo, llanto, tristeza y una mezcla de sentimientos por saber que en cualquier momento el ser querido no estará más con ellos. Si bien la negación es una parte normal del proceso de duelo es importante destacar que  si el doliente perdura durante mucho tiempo en ella puede llegar a ser perjudicial ya que al no aceptar lo que les ha ocurrido, no son capaces de enfrentar esta pérdida y seguir adelante. Cuando esta negación se hace persistente puede dar lugar a enfermedades físicas como dolor de pecho o hipertensión.

La segunda etapa del duelo es la ira, los sentimientos de enojo estarán presentes con distinta intensidad durante todo el proceso de duelo, es en esta etapa donde la ira toma el protagonismo dirigiéndose este enojo a nosotros mismos, a amigos, familiares e inclusive a Dios. La frase que podría contener la esencia de esta etapa es ¿Por qué yo? ¡No es justo!, ¿Cómo puede sucederme esto a mí?. De acuerdo a la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, es importante que los familiares y amigos del doliente dejen que éste exprese libremente su ira sin juzgarlo o reprenderlo ya que este enojo no sólo es temporal sino que, principalmente, necesario. Debajo de esta ira ilimitada se encuentra el dolor producido por esta pérdida. Si somos capaces de identificar esta ira y expresarla sin temores podremos comprender que ella es parte del proceso de curación. En la película se observa esta etapa cuando Claire platicando con Greg le pregunta que porque Dios permitió que Ben contrajera SIDA, a lo que Greg responde que no lo sabe pero que Ben que no se va a morir solo necesita un milagro. Cuando perdemos a alguien o sabemos que lo perderemos nos enojamos con quien se deje, con la vida, con alguien cercano, con nosotros mismos y hasta con Dios. Pensamos que ese coraje nos da fuerza, pero en realidad es todo lo contrario, no es más que un disfraz para  no afrontar la realidad e impedir avanzar y continuar viviendo.

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