ETICA PARA AMADOR
Enviado por ORamosO • 22 de Mayo de 2013 • 2.971 Palabras (12 Páginas) • 227 Visitas
CAPÍTULO 3: “HAZ LO QUE QUIERAS”
En este capítulo nos dicen que no todo nos tiene que convenir o ser bueno sólo porque sea un orden, costumbre o capricho. Según él habría que analizarlos más de una vez antes de actuar, ya que uno se puede equivocar. Interpreta que no siempre hay que hacer algo porque sea una costumbre, orden o capricho, que eso les debía bastar a los niños tal vez, que son pequeños y aún no saben nada de la vida, pero que ya alcanzada una cierta edad, no se pueden tomar las decisiones tan a la ligera. Hay que aprovechar esa libertad que tenemos, que nos da opción a poder decir sí o no. Aunque tener libertad también implica darse cuenta de lo que se hace, eso no hay que olvidarlo. En total, que según el autor no hay que condicionar nuestras acciones justificándolas por ser una orden, costumbre o capricho ya que no por eso tiene que ser buenas automáticamente. Puede ser que una costumbre no sea buena etc.
En este capítulo también establece la diferencia entre la ética y la moral de modo que la moral la formen las costumbres, incluso órdenes etc., y la ética sea el porqué de esas acciones. Otra de las cosas que intenta explicar es que el ser bueno totalmente no se conoce, ya que lo que puede ser bueno en una cosa o para unos puede ser malo en otras cosas o para otros. Normalmente solemos saber lo que es un ordenador bueno, una tele buena, una bicicleta buena...etc., pero curiosamente no nos ponemos de acuerdo en que es un hombre bueno.
Según Fernando Savater esto es debido a que en realidad no sabemos para qué está hecho el hombre. Y después de todo este embrollo llega a la conclusión de que como el propio título del capítulo dice: debemos hacer lo que queramos, lo que nos haga sentir bien.
CAPÍTULO 4: “DATE LA BUENA VIDA”
En este capítulo nos explica lo que quiso decir con lo de haz lo que quieras. Según él debes hacer lo que quieras porque es lo que te dice tu interior, y dejarte de hacer caso de los demás por muy sabios, inteligentes o expertos que sean. Debes pensarlo tú solo, es decir, usar tu libertad. Aunque también ha llegado a la conclusión de que todo lo que hagamos va a ser por libertad, que no hay manera de librarse de ella, quieras reconocerlo o no esto es así.
También nos advierte que no confundamos el hacer lo que quieras con un capricho. La diferencia está en que no es lo mismo elegir que vas a hacer que hacer lo primero que se te venga en gana (capricho). Lo mejor sería que lo pensases con más detenimiento. Y a ser posible, establecer una serie de prioridades para tener las cosas más claras. Pero a lo que acaba llegando es al que se supone es el deseo general de todos, darnos la buena vida. Y de nuevo habrá que plantearse que es una buena vida para los humanos.
El primer concepto y a creencia del autor y de otros muchos es que una buena vida no se puede llevar a cabo en soledad, sino que hace falta la relación con otro seres. Y debido a esto piensa que tiene que existir una relación recíproca, de modo que darse la buena vida tenga mucho que ver con dar la buena vida también.
CAPÍTULO 5: “¡DESPIERTA, BABY! “
En este capítulo advierte que para llevar una buena vida no hacen falta ricas posesiones materiales, ya que a veces eso no conduce a la buena vida, mientras que algo más simple como puede ser la amistad si puede llevarte a ello. Para explicar aquello de que las cosas no son tan importantes como una buena amistad (por ejemplo), nos dice que una cosa, por muy buena que sea no nos puede proporcionar esta amistad, y que ahí precisamente está la complejidad de la vida. Si fuéramos como las cosas éstas nos podían aportar mucho, pero, como no somos así con eso solamente no nos basta. De ahí deduce que si tratamos a las otras personas como cosas no tendremos la buena vida de la que habla, ya que recibiremos el mismo trato por parte de ellas y acabaremos por no importarle a nadie. A veces también ocurre que trates a las personas como tales y sean ellas las que te traten como a las cosas pero al menos te queda y mereces el respeto de por lo menos una persona:
Tú mismo. Así también te merecerás el derecho de que te traten como a una persona, y así es.
El método que se debe llevar para vivir bien. En total, que a las cosas hay que aprender a tratarlas como cosas, y a las personas como personas, ya que las cosas nos ayudarán a bastantes cosas, eso es indudable, pero las personas nos ayudarán a ser más humanos, que al fin y al cabo es lo que cuenta.
Pero no sólo con eso basta para conseguir la buena vida. También tienes que estar dispuesto a no vivir de cualquier modo. Por tanto tienes que pensarte las cosas antes de hacerlas, y no para cumplir o desobedecer una orden, más bien hay que intentar comprender primero y después actuar. Comprender que es bueno para nosotros, que nos puede llevar a una buena vida. No está mal que hablemos con otras personas en el sentido de dar razones y escucharlas, pero a la hora de tomar la decisión debemos ser nosotros, y sólo nosotros los que decidamos.
CAPÍTULO 6: “APARECE PEPITO GRILLO”
En este capítulo sostiene que la única obligación que tenemos en la vida es la de no ser imbéciles. Y a eso añade que hay varios tipos de imbéciles:
• El que no quiere nada, al que todo le da igual.
• El que lo quiere todo.
• El que no sabe lo que quiere. Imita a la gente que le rodea.
• El que sabe lo que quiere pero tiene miedo.
• El que quiere con mucha fuerza, pero que al final confunde lo que quiere con algo que le hace daño.
Otra de sus afirmaciones es que el imbécil suele acabar mal. Pero también insiste en la diferencia que hay entre ser imbécil dentro de lo moral, y entre serlo por ejemplo en no saber de matemáticas, ya que no es la misma una imbecilidad que otra. Añade que lo contrario a la imbecilidad es la conciencia. Admite que es algo con lo que se nace, y por lo cual, hay personas que tienen más que otras. Pero también es cierto que si no la desarrollan no consiguen nada. Otros factores que influyen en lo de la conciencia puede ser por ejemplo la infancia de un chico que no ha tenido tantas facilidades como otros, para él será más difícil. He aquí una serie de propuestas para evitar en lo más posible la imbecilidad:
Saber que no todo da igual.
Estar dispuestos a fijarnos si lo que hacemos coincide con lo que queremos desarrollar el buen gusto moral. Aceptar que somos libres. Por tanto la gente que piensa que la vida buena se obtiene exclusivamente a base de bienes materiales y sin ni siquiera una buena relación personal con otra u otras personas es una persona sin conciencia.
Normalmente
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