ETNOGRAFIA
Enviado por yenpaez7 • 16 de Septiembre de 2014 • 2.076 Palabras (9 Páginas) • 187 Visitas
Etnografía y teoría en la investigación educativa – Elsie Rockwell
INTRODUCCIÓN
La investigación etnográfica de procesos educativos nació en los países anglosajones en la década de los 70. La
etnografía provenía de la antropología y de la sociología cualitativa, y pronto constituyó una opción radicalmente
diferente de los paradigmas dominantes en la investigación educativa, que derivaban de la psicología
experimental y de la sociología cuantitativa. La incursión de la etnografía en el campo educativo provocó
múltiples reacciones: por un lado, fue rechazada por no responder a las “normas científicas”; por otro lado, fue
adoptada como término para cubrir todo tipo de técnicas innovadoras.
La etnografía ha entrado al campo educativo frecuentemente como una técnica (es decir, sin contemplarse su
aspecto teórico) y la discusión entorno a ella se ha dado en los términos del positivismo. Así prevalecen las
preocupaciones por su validez, su representatividad, su objetividad, etc. Se concibe a la etnografía como un
trabajo de campo “libre de supuestos y ataduras teóricas”. Poco se ha hecho entonces por desarrollar las
implicaciones teóricas de la investigación etnográfica de procesos teóricos.
I. EL PROBLEMA: DESCRIPCIÓN Y TEORÍA
Es difícil determinar, por sus múltiples acepciones, a qué nivel del proceso de investigación se refiere la
etnografía. La palabra “etnografía” refiere tanto a una forma de proceder en la investigación de campo como al
producto final de la investigación, una monografía descriptiva. En antropología, el término denota más que una
herramienta de recolección de datos y no es equivalente a la observación participante. Tampoco suele
identificarse solo como método, sino que se insiste en que es un “enfoque” o “perspectiva”, algo que empalma
con método y con teoría, pero que no agota los problemas de uno ni de otro. La etnografía también denomina
una rama de la antropología, aquella que acumula conocimientos sobre realidades sociales y culturales
particulares, delimitadas en el tiempo y el espacio. Por ello, se ha definido como una “teoría de la descripción”
que contrasta con la etnología, considerada ésta “teoría de la comparación”.
Además, existen divergencias en cuanto a la concepción de la etnografía de acuerdo a las distintas perspectivas
epistemológicas, que se suman a la tendencia antropológica a escindir la teoría de la descripción, que alimenta el
“ateoricismo” de la etnografía. De este modo, desde una perspectiva positivista, se postula el carácter empírico y
ateorico de la etnografía justamente por su “empirismo”. La etnografía es así considerada como mera
descripción, y exige al investigador la mayor “objetividad” posible en su tarea de “descubrir” la realidad. Por otra
parte, otros defienden el ateoricismo con fundamentos fenomenológicos, considerándolo un rasgo esencial de la
descripción etnográfica, cuya meta entonces sería “conocer el mundo tal como lo conocen los sujetos que lo
experimentan cotidianamente”. La etnografía es el “proceso de construir una teoría de la operación de una
cultura particular, en términos lo mas cercanos posibles a las formas en que los miembros de esta cultura
perciben el universo”, y exige al investigador la mayor fidelidad posible a la “subjetividad” de los miembros de
una cultura.
Sin embargo, ambas concepciones comparten el supuesto de la etnografía como el proceso de recolección de la
“materia prima”, y se considera que la perspectiva teórica y las concepciones mismas del investigador no
intervienen en la descripción. Por ende, considerada como momento puramente descriptivo y ateorico de la
investigación, la etnografía ocupa un lugar “pre-científico”.
Sin embargo, existe una tradición antropológica que reconoce la imbricación del trabajo teórico y la tarea
descriptiva, el estrecho vinculo entre etnografía y teoría, lo cual permitirá problematizar a la etnografía en tanto
conocimiento de realidades particulares. Nos encontramos aquí con Malinowski, Mauss, y sobre todo Geertz, el
cual sostiene que la descripción etnográfica no es un reflejo de la cultura estudiada, sino un objeto construido, y
que el antropólogo lleva inevitablemente una perspectiva teórica a la tarea de observación e interpretaciones de las realidades desconocidas. Desde esta posición epistemológica, critica del empirismo, toda descripción
involucra, necesariamente, una conceptualización del objeto. Entonces, en toda investigación etnográfica se
encuentra, implícitas o explicitas, conceptualizaciones del objeto de estudio que define cuál de las múltiples
descripciones posibles de la realidad estudiada es la que se hace. Resulta imposible, por ejemplo, construir una
teoría una teoría de una cultura particular, como la ven los sujetos, sin aproximarse a ese objeto con una teoría
particular de la cultura. No es posible tampoco atenerse únicamente a las categorías propias de la cultura
estudiada, ya que etnógrafo siempre selecciona y ordena lo observable a partir de su propia conceptualización del
objeto estudiado.
En conclusión, retomar esta tradición antropológica obliga a hacer consciente el uso de la teoría, en lugar de
negar la presencia de supuestos teóricos en la descripción etnográfica. La etnografía que mejor expresa y da
cuenta de las relaciones y los procesos particulares que se estudian es consecuencia del trabajo teórico y no de la
“materia prima” para empezar a hacerlo.
II. EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA ETNOGRAFÍA
La confrontación entre la civilización europea y los pueblos colonizados constituye el contexto en que se
desarrolló la etnografía. La aparición de la vertiente funcionalista de la antropología a principios del siglo XX,
dicho contexto, tiene un aserie de implicaciones ideológicas, entre las cuales destaca la negación de la historia: se
tiende a ocultar la tradición oral de los pueblos estudiados y la historia de los cambios estructurales provocados
por la expansión del capitalismo. El funcionalismo significó en su momento una ruptura importante tanto teórica
como ideológica con el evolucionismo lineal de la antropología del siglo XIX. Esta perspectiva teórica y
metodológica sostenía la reconstrucción del desarrollo
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