EVALUACIÓN
Enviado por Nic1983 • 1 de Junio de 2014 • 1.091 Palabras (5 Páginas) • 215 Visitas
EVALUACIÓN
La enseñanza es un profesión que se ubica, según los expertos y los que nos dedicamos a ello, entre dos disciplinas paralelas pero que a su vez pareciera se suman e integran a la perfección, por una parte se ubica dentro del campo científico; el conjunto de saberes específicos, las metodologías, los procesos y hasta los resultados son parte de una ciencia humana que trata de explicar las razones y motivos de los porqués de la enseñanza, su influencia en la persona y en la sociedad en su conjunto, por otro lado, el trabajar con personas, hace a los profesionistas del área verdaderos artistas que deben atender no solo a la razón y a lo objetivo, también al sentimiento y a lo subjetivo, como brochas llenas de pintura, se debe deslizar delicadamente para generar matices en una tela que esta presta a formar parte de un proceso complejo y lleno de texturas.
Es así, como dentro del proceso de la enseñanza y del aprendizaje, se debe tener en cuenta métodos y formas que permitan la obtención de los resultados esperados, sin descuidar las posibilidades que acarrean las emociones y el sentimiento, debemos conocer y utilizar ciertos lineamientos que aseguran un rotundo éxito en la labor educativa.
La evaluación, es parte de este proceso complejo, diferenciarlo entre otros conceptos muy usuales no es fácil, para ello se necesita integral la razón y la lógica para que, que junto a la empatía, se pueda construir un entendimiento claro de la palabra y de su alcance.
Es así como el presente documento tiene la finalidad de retomar solo algunas de las concepciones que considero son más sobresalientes de la palabra evaluar, para luego, contrastar su sentido semántico y práctico con las definiciones de medir y calificar.
Evaluar
En términos precisos, debe entenderse que evaluar con intención formativa no es igual a medir ni a calificar, ni tan siquiera a corregir. Evaluar tampoco es clasificar ni es examinar ni aplicar tests. Paradójicamente, la evaluación tiene que ver con actividades de calificar, medir, corregir, clasificare, certificar, examinar, pasar test, pero no se confunde con ellas. Comparten un campo semántico, pero se diferencian por los recursos que utilizan y los usos y fines a los que sirven. Son actividades que desempeñan un papel funcional e instrumental. De estas actividades artificiales no se aprende. Respecto a ellas, la evaluación las trasciende. Justo donde ella no alcanzan, empieza la evaluación educativa (Álvarez, 2001, p. 11)
Álvarez (1993) explica el sentido de la evaluación “como actividad crítica de aprendizaje, porque se asume que la evaluación es aprendizaje en el sentido que por ella adquirimos conocimiento” (p. 12).
El rasgo democrático de la evaluación educativa alude a la necesaria participación de todos los sujetos que se ven afectados por la evaluación, principalmente profesor y alumno, no como meros espectadores o sujetos pasivos que “responden”, sino que reaccionan y participan en las decisiones que se adoptan y les afectan (Álvarez, 2001, p. 13)
Álvarez (2001) menciona que la evaluación “debe ser un ejercicio transparente en todo su recorrido, en el que se garantiza la publicidad y conocimiento de los criterios que se han de aplicar” (p. 14).
Evaluar solo al final, bien por unidad de tiempo o de contenido, es llegar tarde para asegurar el aprendizaje continuo y oportuno. En este caso y en ese uso, la evaluación solo llega a tiempo para calificar, condición para la clasificación, que es paso previo para la selección y la exclusión racional. Desempeña funciones distintas a los fines educativos, artificialmente necesarias; pero
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