Educacion
Enviado por jacky_lzmx • 9 de Enero de 2014 • 1.909 Palabras (8 Páginas) • 293 Visitas
HISTORIA MÍNIMA - LA EDUCACIÓN EN MÉXICO
Fin de un siglo y de un régimen
UNA VISIÓN DEL PORFIRIATO
La República restaurada quiso avanzar por el camino de la modernidad. Hay orden cívico masacrando la libertad, en todos los sentidos: física, moral, intelectual…; Progreso con desbordante riqueza para una aristocracia soberbia y en contra parte los de ‘camisa y calzón blanco’ inmersos en la más cruel de las pobrezas. La prioridad, conservar la constitución de 1857, para ello había que restablecer y crear organizaciones acordes con un Estado laico representativo y republicano; faltaba una buena economía y elevar las condiciones de vida de los pueblos.
De 1880 al inicio de la Revolución la promesa de “orden y progreso” parecía realizable ya que fue un período de crecimiento económico y poblacional, sin embargo este crecimiento no llegaba a todos (como el caso de los trabajadores textiles y peones acasillados) se veían, además a los indígenas, a las poblaciones rurales, pequeñas y aisladas como verdaderos obstáculos de progreso.
En el ámbito educativo algunas escuelas primarias tenían maestras egresadas de normales (sin embargo la educación aún era enciclopédica), en cuanto a los estudios secundarios y superiores, nada pedían a los extranjeros en calidad. Mientras tanto el Método racional buscó darle al educando una visión exacta de su realidad basado en la experimentación y la observación, pero también en el enciclopedismo, para ser culto y conocedor de muchas cosas. Entre 1880-1910 México produjo hombres de bastos conocimientos. El cambio de enfoque durante el gobierno de Porfirio Díaz fue de suma importancia “el niño se convirtió en el objeto principal de la preocupación de los educadores”. Mientras tanto las fábricas y las colonias alejadas del centro de las ciudades, los pueblos y las rancherías no gozaban de esta modernización.
En el aspecto político durante el congreso de 1882 se discutió acerca de las condiciones indispensables para brindar a los niños un ambiente de aprendizaje ‘sano y estimulante’, se tocaron los temas relacionados con las características del lugar que se asignaría para la educación, el mobiliario, los libros y útiles escolares(ya que durante esta época la mayoría de los lugares educativos no contaban con las instalaciones adecuadas, causa directa de una gran deserción); además de los programas y horarios más convenientes para ‘la salud’, así como la distribución diaria de los trabajos; Recomendaron también ejercicios adecuados para el desarrollo corporal del educando, juegos al aire libre y el ejercicio de la gimnasia; prescribieron la enseñanza obligatoria objetiva y el cultivo de las facultades físicas, morales e intelectuales de los estudiantes. Se recomendó que en lugar de premios y castigos, los alumnos deberían de aprender a reconocer las consecuencias de sus actos para formar en ellos el hábito de hacer el bien.
Los educadores se manifestaron en contra del uso excesivo de la memoria y la violencia. Era entonces urgente una reforma pedagógica que eliminara ‘las prácticas carcelarias’ que hacían de los estudiantes víctimas del maestro y prisioneros de la escuela.
A este respecto uno de los personajes que luchó por transformar la escuela, fue Carlos A. Carrillo en su obra “la enseñanza objetiva” difundió los principios pedagógicos más avanzados, publicó “La reforma de la escuela elemental”.
…El ámbito escolar es propicio para realizar esa práctica social y contribuir a una transformación del entorno, para lo cual todos podemos tener una participación constructiva.
La principal preocupación del maestro Carrillo fue el conocimiento del niño y en ese tiempo tan difícil para hacerlo, lo concibió como un ser con intereses, necesidades y capacidades propias, a diferencia de la mayoría de los adultos y prepararse en el hogar y en la escuela para reproducir los esquemas vigentes para aquella época y aquella sociedad.
Carrillo no olvidó que los niños poseen un gusto natural por el juego y consideró la importancia de aprovechar esa inclinación para favorecer todo lo que resultara educativo. No se trataba de practicar simples pasatiempos para distraer o entretener a los niños, sino de aprovechar la curiosidad, el interés y la creatividad en un verdadero acto de construcción de conocimientos, de adquisición de experiencias y hacia el desarrollo de habilidades y capacidades.
Otro de los grandes temas que preocuparon al maestro Carrillo fue el de las “tareas escolares”, (que es uno de los ídolos mayores para no pocos profesores, ya que supuestamente es la medicina que cura todos los males pedagógicos). Carrillo opinaba que la “tarea” puede ser un arma de dos filos. Cuando se realiza por imposición, porque así tiene que ser, cuando pudiera parecer que un conjunto de acciones repetitivas llevarán necesariamente a mejorar o incrementar los conocimientos, vamos directamente al fracaso. Los alumnos las cumplirán de mal modo, sin aprovechar siquiera aquello de bueno que pudieran tener y las más de las veces sin beneficio alguno.
Otro personaje destacado fue el Alemán Enrique Laubscher, el cual enseñaba a los niños a leer y escribir simultáneamente. Impartía “lecciones de cosas” y geometría en los primeros grados escolares. Estableció la Escuela Modelo de Orizaba y el Centro Experimental de técnicas; junto con Laubscher y Enrique Rébsamen promovió el modo simultáneo de enseñanza, que clasificaba a los alumnos por edades, bajo la dirección de un maestro, contrario al método lancasteriano que los dividía según sus conocimientos y los sometía a la mando de un monitor o alumno de un grado superior. Recomendaba además basar sus enseñanzas en los intereses y conocimientos del niño y guiarlo a descubrir el mundo por sí mismo, exhortaba al docente a recurrir a la enseñanza objetiva, la verdadera educación debía desarrollar las capacidades físicas, intelectuales,
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