Educación E Información
Enviado por • 8 de Octubre de 2014 • 3.188 Palabras (13 Páginas) • 146 Visitas
En la actualidad, es común escuchar que estamos en la sociedad del conocimiento, y parte de esto se debe a que el hombre de hoy es un sujeto más informado y con muchos mas conocimientos que el hombre de un par de años atrás. La razón de dicho motivo es que la información se despliega a lo largo y ancho de la sociedad, es como una nube dinámica que penetra a través de la televisión, el Internet, la radio, y la prensa, entre otros; medios que permiten al individuo estar al tanto de todos los sucesos que ocurren en el planeta o en gran parte de este.
Hoy en día podemos tener contacto y comunicarnos con alguien a quien no conocemos, y hasta llegar a sentir cierta afectividad por aquella persona; caso de los correos electrónicos y los Chat; pareciera que fuera una comunicación con seres del más allá. Comunicación que carece en gran parte de la calidez, del tacto, del abrazo, de la mirada. Comunicación que no necesita tanto de los sentidos (considerados de suma importancia en la modernidad) y que por tanto, no juegan un papel preponderante en el conocimiento de las personas.
Los seres humanos del día de hoy, son sujetos que, sin tener en cuenta su situación económica, disponen de distintos aparatos electrónicos que permiten tener un comunicación activa y poseer información útil para el desarrollo diario de la vida, como por ejemplo cual será el clima durante el día para escoger la ropa que usare, consultar por direcciones de calles a través de G.P.S., averiguar información relacionada con la economía del país, etc.
Esta información llega a todos por igual, tanto a seres instruidos en conocimiento científico, como a seres educados en conocimiento popular; seres del común, de la vida, personas de cualquier condiciones sexual o económica; seres que hacen parte del conocimiento y que sin ellos esta maquina llamada tecnología e información no podría ser capaz de avanzar solo.
Esa información que a la vez es conocimiento dado por la tradición y la experiencia; que no es sistemática, ni regulada, ni controlada sino cotidiana, es a la que me refiero hoy en este ensayo, pues es la información producto de un conocimiento que hace parte de nuestra actuación frente a la vida y la vida de los otros, conocimiento cotidiano que es abstracto y que nos permite vivir como ser social; conocimiento que en ocasiones no necesita del pensar, sino que aparece manifiesto en la palabra viva que expresa lo que se siente y lo que se vive.
Es el conocimiento del mundo de la vida, que es comunicado por medio del lenguaje en todas sus manifestaciones (verbal, corporal, escrito, artístico); conocimiento no institucionalizado que permite representar a todas las personas de cualquier parte del mundo.
Importante es señalar que el conocimiento es parte de un ciclo y espacio vital determinado y a la vez nuestro; conocimiento comunicado en la escuela de la vida, del barrio, donde los profesores, por así decirlo, se convirtieron en padres, tíos o abuelos, es decir, toman un rol fundamental en el proceso de formación de cada persona, es por ello que la educación, el conocimiento y la información que ellos entregan es sumamente importante.
En medio de este mundo vital, hago presente ciertas frases que escuche en mi niñez, tales como: “hijo, estudie para que sea alguien en la vida”. Cuando me lo dijo la primera vez, supe equivocadamente que en ese momento no era nadie, y que tal vez, necesitaba de una preparación especial para poder serlo. No sé si se refería a que necesitaba conseguir dinero para ser importante, y por fin ser alguien en la vida. O tenía que saber en conocimiento formal más que otros para realmente ser alguien en la vida. En conclusión, no sé a que se refería; lo que sí me llamó la atención en esos momentos, es por que no me dijo: hijo, estudiemos para que seamos alguien en la vida. De pronto la oportunidad para ella ya había pasado, no sé quien se lo dijo o como se lo creyó.
Respecto a lo que sucedió después, es la iniciación y transcurso de mi vida escolar, la cual quiero relatar en forma corta, con el fin de poderles compartir que en la vida no hay que luchar para ser alguien, pues la esencia de la misma se encuentra en todas partes, y la escuela, es sólo una más de nuestras experiencias como seres sociales, donde no se encuentra todo el conocimiento, sólo una parte de este.
Pues bien, me entraron a la escuela, porque según mamá y personas cercanas del sector, esa era la posibilidad de ser alguien en la vida. Lógicamente adquirí conocimiento mas no dinero; me extrañó que en vez de recibir algo de capital, tenía más bien que dar para el aseo del plantel o las ventas de la semana.
En la escuela, supe las simplezas de la matemática, lo raro de esta materia es que siempre sumaba cosas que no veía, solo las imaginaba; aprendí el orden de las letras que unidas entre sí forman las palabras; el orden correcto de estas, mas no la forma como ellas hacen poesía.
Pero volviendo a las matemáticas abstractas de clase, les comento que realizaba grandes sumas y restas en las páginas de los cuadernos; esto fue en repetidas ocasiones, algo tedioso; lo que en realidad me gustaba, eran las cuentas de los mandados* que debía hacer en la tienda. Ahí no compraba $100 de tomate sino $80 y me quedaba con $20; con el resto, me compraba un paquete de figuras y dos chicles. Mi mamá por supuesto creía que había comprado los $100 de tomate, pero en realidad eran $80. En este sentido, sabía mas que mamá y por supuesto, conseguía dinero.
Ahora que lo pienso, creo que aprendí a sumar antes de que me enviaran a la escuela, no sólo porque me quedaba con algo de dinero en los mandados, sino porque las otras personas hacían tantas cuentas a mí alrededor, que era cotidiano sumar, restar y hasta leer, pues las calles comerciales se encontraban llenas de avisos que me fascinaban leerlos mientras caminaba.
Que vida tan distinta la de mi escuela a la que llevaba en el pequeño rincón de mi espacio vital, parecían dos mundos distintos; de chico nunca entendí porque tenía que bañarme antes de asistir a la escuela, sabiendo que los sábados y domingos con frecuencia a mamá se le olvidaba. Que distinta era la vida escolar y la de mi entorno Por ejemplo:
En la escuela no debía dejar robar mis colores, tenía que responder por un examen, debía cumplir con la tareas, disfrutaba en demasía el descanso o recreo, sudaba constantemente, golpeaba, me reía desaforadamente, a veces lloraba en el baño, en otras ocasiones colaboraba en las ventas, me rompían el saco, hacía dibujos en la parte de atrás de los cuadernos; quería escribir mi nombre para siempre, así que
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