Educación Social

Introducción

El presente ensayo pretende abarcar las nociones básicas que corresponden a la educación social. En este sentido el objetivo será profundizar, siguiendo una coherencia cronológica, en diversos ejes respecto al ejercicio de la educación social.

En primer lugar y de importancia trascendental es la definición de la educación social y las especificidades que su labor representa. Posteriormente, se referirán y detallarán los diferentes ámbitos de acción en los que puede desarrollarse un educador social.

Se hará mención del universo educativo y sus tres dimensiones: formal, no formal e informal. Cada una de ellas representa un contexto específico para el tema central del texto.

Por último, se enlistarán los cuatro modelos educativos contemporáneos y se señalará la relación que existe entre estos modelos y la intervención que ejerce el educador social.

El educador social

El proceso educativo es social por antonomasia. No obstante, para delimitar la educación social resulta necesario referirse a un campo de acción de espacio sociocomunitario. La formación del educador social requiere de numerosas aportaciones, por tanto, se establece un perfil multidisciplinario. Dentro de las principales aportaciones podemos destacar a la filosofía, la antropología, la psicología, la historia, las artes, la economía, la sociología, entre otras.

Las funciones de un educador social son variadas y dependen muchas veces del contexto en que se encuentre inserto. Se podrían enumerar las más importantes:

Identificar problemáticas sociocomunitarias

Labores de orientación y comunicación institucional

Establecer comunicación con los educandos

Organizar y participar activamente en el desarrollo de la vida comunitaria

Promover actividades socioculturales

Labores de información y formación

La formación de un educador social se origina en el conocimiento teórico, pero es únicamente a partir del trabajo en el campo sociocultural cuando su labor adquiere sentido. Debe, por tanto, existir una retroalimentación permanente de ambas perspectivas.

Existen ciertos atributos que resultan necesarios en el ejercicio de la educación social: sensibilidad social, solidaridad con la comunidad y compañeros de trabajo, confidencialidad, equilibro entre alteridad y distancia afectiva adecuada, respeto por procesos y personas atendidas.

En una definición más detallada, Moreno afirma que:

“La educación social o pedagogía social puede considerarse un campo profesional en construcción de carácter complejo e interdisciplinario, con las posibilidades y límites que le puedan dar las disciplinas en las que se apoya. Dada esta complejidad, es lógico que requiere las aportaciones de la sociología, la filosofía, la economía, la antropología, la psicología, la historia, las artes y las ciencias de comunicación, entre otras. ” (Moreno, 2004)

Ámbitos de acción

Los ámbitos de acción para un educación social son muy variados y corresponden a las necesidades específicas de una comunidad. Según Moreno (2004) los siguientes son ejemplos destacados de los campos para un educador social:

Educación para recluídos en las prisiones

Educación de adultos en todos sus niveles y procesos

Educación para padres de familia

Atención a niños de la calle

Capacitación para el trabajo

Apoyo para la rehabilitación de adictos

Trabajo con inadaptados y marginados

Atención educativa a migrantes

Educación en y para los medios

Animación y promoción sociocultural

Desarrollo y educación comunitaria

Para el ejercicio adecuado en estos ámbitos resulta necesario que el educador social cuente con las nociones básicas del concepto de multiculturalidad, otredad, diversidad, alteridad, contemporáneos y otros conceptos que aportarán a su trabajo comunitario.

De igual manera, en los planes de estudio deberá instruirse sobre la problemática que implica nociones etnocéntricas de cualquier investigador social.

Universo educativo

El universo educativo se refiere a todo el espacio en el que es posible llevar a cabo el proceso de aprendizaje. Sin embargo, existen especificidades en estos procesos y por tanto, existen divisiones que definen tres ámbitos existentes.

El ámbito formal corresponde a aquel que está delimitado por la institucionalidad: la educación se ejerce en horarios e instalaciones destinados únicamente a ello, el proceso va incorporado a un sistema único (en este caso, el sistema educativo nacional) y existen certificaciones según los logros obtenidos en el proceso educativo.

El ámbito no formal es aquel que tiene estructura y objetivos planteados previamente pero no estos no pertenecen al ámbito escolar institucionalizado.

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