El Oficio De Enseñar

El Oficio de Enseñar

“El Oficio del Docente y la Evaluación”

Litwin, Edith – (2008)

Las prácticas de los docentes que se refieren a la evaluación nos muestran a diario un complejo camino cargado de paradojas y contradicciones.

El Error y los Aprendizajes Escolares

Algunas propuestas de enseñanza pueden inducir al error. A veces es la naturaleza del contenido o su complejidad lo que puede ocasionarlo. Y finalmente, los errores pueden deberse a experiencias de los estudiantes o dificultades propias en el proceso de cognición.

En ocasiones, los docentes partimos de suponer que un conocimiento ya adquirido no necesita revisión y sobre él se puede complejizar o enseñar algo nuevo. Los estudiantes creen que saben o tienen temor o vergüenza a exponer públicamente su desconocimiento. Por lo tanto, es importante revisar los conocimientos e ideas previas antes de abordar un tema.

Las Buenas Prácticas de Evaluación

Son aquellas donde no hay sorpresas, enmarcadas en la enseñanza, sin desprenderse del clima, ritmo y tipo de actividades usuales en clase.

Una buena evaluación, al otorgar confianza y generar un espacio para que los aprendizajes fluyan y se expresen con naturalidad, permite reconocer los límites de las exigencias y recuperar lo humano del acto de aprender.

En una práctica moral nos permitimos educar y confiar en que el aprendizaje se produce sin que se vincule con la evaluación.

Existen dos tipos de modelos de evaluación:

* Cuantitativos: Se distinguen por poner el acento en

la satisfacción de los objetivos planteados y, por lo tanto, en el cumplimiento del curriculum o en el cambio de las adquisiciones de los alumnos al difeenciar lo que se sabía con lo que se sabe una vez acontecido el aprendizaje.

* Cualitativos: Adoptan miradas reflexivas, comprensivas e interpretativas respecto de los cambios que se suceden en los aprendizajes y en el impacto de la subjetividad de los evaluadores, sus expectativas y representaciones en esos actos o reconocimientos.

Si entendemos el proceso de conocer como un lento proceso en el que se empeña, sustantivamente, la reflexión para la comprensión, es lícito identificar estudiantes que partiendo de un escaso rendimiento incrementen paulatinamente, a medida que transcurre el curso, esos niveles de comprensión. Promediar los distintos momentos del aprender no da cuenta del nivel alcanzado y carece de valor. Esas calificaciones parciales deberían entenderse estrictamente como tales sin formar parte de la apreciación final. La nota final es el fruto de apreciaciones compartidas, integra los procesos de trabajo empeñados y difícilmente se expresa en un promedio que dé cuenta del progreso del estudiante en su avance en el conocimiento.

El Portafolios

Constituyen una manera de presentar los trabajos de los estudiantes con el objeto de favorecer su evaluación. Se trata de un registro de los aprendizajes en tanto reúne materiales que se elaboran en el proceso del aprender; una colección ordenada de evidencias.

No todos los

portafolios son iguales. Depende del estudiante su construcción, pudiendo recurrir a diversos medios.

Los estudiantes seleccionan sus mejores trabajos, noticias, audios, fotos, textos, recursos artísticos, etc. Cada trabajo conforma un folio; cada folio ha sido confeccionado, revisado, actualizado, corregido, y da cuenta del progreso del estudiante.

La Evaluación Sometida a Juicio

Estructurad la enseñanza desde la evaluación, los estudiantes estudian lo que será evaluado para el día preciso del examen; perdiéndose el placer por enseñar algo sin preocuparnos por su evaluación o el aprenderlo por la satisfacción de la curiosidad, el interés que despertó o el valor que le atribuimos.

Una estrategia habitual que favorece la calificación es la prueba escrita. La validez que otorgan el registro y la documentación de las respuestas de los estudiantes, en tanto nos queda el reconocimiento de los conocimientos adquiridos en un momento dado, ha promovido su utilización en todos los niveles del sistema educativo. Se añaden la mayoría de las veces una suerte de ritualidades que son la expresión de la seriedad de la práctica: no se pueden hacer preguntas durante el examen, no se puede consultar al docente, no se puede consultar el texto, hablar con los compañeros, detenerse a estudiar nuevamente o posponer la situación de examen. Todos los estudiantes deben utilizar el mismo tiempo porque se suele sostener que estas disposiciones son el reaseguro de la validez del examen, en tanto todos los estudiantes

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