El Papel Del Teatro Para La Reflexion Docente
Enviado por JhohannaBedoya • 21 de Mayo de 2014 • 2.155 Palabras (9 Páginas) • 282 Visitas
El papel del teatro como estrategia didáctica para la reflexión docente
“De nuestros miedos nacen nuestros corajes,
Y en nuestras dudas viven nuestras certezas.
Los sueños anuncian otra realidad posible
Y los delirios otra razón.
En los extravíos nos esperan los hallazgos porque
Es preciso perderse para volver a encontrarse”
Eduardo Galeano
La vida misma siempre engendrada de existencia, con todos sus matices, en movimiento, de paralelos y contrarios, con sus aciertos y contradicciones, con sus formas de organización en el mundo, desde las complejidades de los sujetos en relación a las tensiones del universo; desencadena lógicas de sentir dicha existencia, lógicas que se anquilosan a veces en los modos de vida a tal punto que se convierten en actos inconscientes, en los porque si de las presencias y herencias culturales.
Si regalamos una mirada a la escuela como microcosmos de la sociedad, encontramos una reproducción estética de las formas de ver el mundo desde la institucionalización, al orden de las cuestiones heredadas de forma explicita o implícita, los sujetos que aquí se relacionan, los objetivos por los cuales se convocan, las fibras individuales que teje cada sujeto y generan tensión con relación a los demás. En este sentido de observar la escuela como escenario que trasciende la lógica de la sociedad, se abordara la reflexión sobre dos tensiones que sobreviven en la vida escolar y que aun aguardan tras los bastidores: entre la sociedad – publico y los actores – maestros.
La primera está referida al montaje de la obra, comprendida desde el escenario educativo como las formas en que se organiza el trabajo, esto compete a un asunto sensible, pues como particula de la sociedad, emergen todas las posibilidades de relación entre los sujetos, la institucionalización, la inequidad, los niveles, las garantías, los reconocimientos, entre otros aspectos.
La segunda tensión esta referida a las concepciones que de su que hacer tienen los maestros, como producto social y cultural en la que también fueron educados y que tiene su origen en la transmisión social.
Es en los implícitos del pensamiento docente, entre bastidores de la gran obra – a veces circo -, que se concentra esta reflexión, para concluir en un análisis fundamental al abordar aspectos de orden didáctico y pedagógico.
Primera tensión: La organización del trabajo en el montaje de la obra
Entendiendo la practica pedagógica en asociación con una obra de teatro, se apela a dimensionarla en sus divisiones, para el teatro pese a que existen unas divisiones del trabajo definidas, estas se tejen en constructo con los sentires y proyecciones de cada uno de los personajes, cuidando sutilmente la intencionalidad del guion; para el sistema educativo parece mas importante tener claro dichas funciones (incluso reglamentadas), que comprenderlas en la confrontación diaria para retroalimentarlas en pro de un objetivo común, en consecuencia dichas clasificaciones del trabajo son lineales y jerárquicas , los objetivos de la educación se modifican para satisfacer las necesidades de las jerarquías superiores y las bases inferiores pragmatizan obedientemente a los parámetros de nación, quienes a su vez deben responder a las políticas de orden internacional, atendiendo con frecuencia a las sugerencias de los “sabios” que piensan el sistema desde fuera.
Comprender la organización de esta majestuosa obra llamada educación de esta forma lineal ha demostrado el por que para la contemporaneidad ha traído serios distanciamientos y tensiones con las demandas sociales , las cuales no corresponden a un sistema lineal sino complejo, como consecuencia el sistema educativo opera de tal forma que se culpa de arriba hacia abajo y viceversa, obviando siempre las cuestiones y complejidades que subyacen al interior de cualquier clase de grupos.
En la construcción de escenas transformadoras:
Ante el panorama anteriormente expuesto se hace necesario precisar la practica pedagógica en distintas dimensiones, las cuales se denominaran para los fines de este escrito, como las bambalinas en que se recrea el escenario educativo, y desde las cuales debe ser comprendida y transformada la organización del trabajo educativo.
a. Las bambalinas del saber: Este contexto contempla dos niveles, uno sobre la comprensión que tienen los maestros de la disciplina, de sus procedimientos, de su historia y la epistemología de los conceptos básicos. También, implica el saber acerca de cómo los estudiantes desarrollan ese conocimiento.
En este sentido Pérez Gómez (1992) plantea “…la función de la escuela y de la práctica docente del maestro es transmitir a las nuevas generaciones los cuerpos de conocimiento disciplinar que constituyen nuestra cultura” (p. 79). Hay escenarios que centran su atención en la adquisición y transmisión de los conocimientos específicos de las disciplinas científicas, donde la conducta de los estudiantes es fundamental para el desarrollo de los contenidos; no es usual ver una puesta en escena que repita y haga repetir de forma irreflexiva a sus actores, se hace indispensable concebir que en la organización para el trabajo educativo el objetivo es permitir sentir, crear, posibilitar nuevas lecturas de mundo a partir de unos supuestos de los cuales el maestro, como actor debe ser un supremo conocedor, tanto del contenido como de las formas en que hará que sus estudiantes perciban y modifiquen de acuerdo a los nuevos sentidos planteados.
b. La construcción de un guion: Los maestros – actores deben comprender los mecanismos más apropiados y eficaces para organizar el proceso didáctico y el conocimiento curricular; hace referencia a la organización del trabajo en el aula en relación con los aspectos propios de la disciplina, es decir: saber cómo y cuándo se enseña, los momentos y mediaciones para el aprendizaje. Esos procedimientos están relacionados con los criterios que orientan el proceso de selección, secuenciación y adecuación de saberes y su contextualización en la escuela, en la vida misma.
c. La obra como “teatro vivo”: implica abordar la comprensión de las prácticas pedagógicas no solo desde su anticipación (planificación) sino desde los grados de reflexión y los procesos meta cognitivos que se producen en los formadores (novatos o expertos) después de una clase. Esta escena permite identificar las formas como el maestro resuelve conflictos y situaciones de aprendizaje que se presentan en el cotidiano de su labor. Desde la concepción de la practica como “teatro vivo” los propósitos educativos se amplían mas allá de la comprensión del contenido que se está desarrollando; es decir que permite
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